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Dr. José de Jesús Reyes Ruiz

UN PAR DE LOCOS A CADA LADO DE LA FRONTERA

Para documentar mi pesimismo… y el de los demás

Estas reflexiones no pretenden ser de tipo filosóficas, ni siquiera psiquiátricas, para ello remitimos a quien estas líneas lea a revisar el maravilloso tratado de la locura de Erasmo de Roterdam. Nuestra idea es simplificar al máximo las cosas para intentar entender a los presidentes tanto de nuestro país como aquel que se encuentra al norte de nuestra frontera.

Para comenzar diré que la locura desde el punto de vista médico ya no es necesariamente una enfermedad psiquiátrica sino más bien neurológica. Es producto de un desbalance neurobioquimico en varias estructuras del cerebro, que se presenta como resultado de un patrón biológico que la persona que lo sufre hereda y tiene desde el nacimiento, aunque su enfermedad puede – o no – manifestarse en cualquier etapa de su vida y claro; puede ser desencadenada por factores sociales,  emocionales o de otros tipos.

Sería complicado extendernos más a este respecto, la idea es sustentar con argumentos como es que un  problema de este tipo afecta a los  presidentes de nuestro país y del imperio. Lo que sucede es que lo que popularmente conocemos como Locura, es en realidad un término para algo que en Psiquiatría se conoce como Psicosis, y dentro de esta - que no es un problema funcional sino orgánico -  se encuentra la Esquizofrenia que tiene muchas variedades.

El asunto al que vamos es que una persona que sufre de Esquizofrenia, en términos muy generales podemos decir que vive en un mundo que no compartimos el resto de quienes estamos vivos, y el reto del Psiquiatra que intente controlar su padecimiento – o del neurólogo – es darle un tratamiento para que regrese de ese mundo alterno, al mundo de todos.

Si nos basamos en lo dicho anteriormente, podremos entender cómo es que lanzo la hipótesis que tanto Trump como Peña Nieto padecen un poco este tipo de mal, ya que el mundo en el que habitan es muy diferente al que compartimos, vemos y vivimos el resto de los mortales. Pero claro que existe una enorme diferencia entre ambos, a mí en lo personal me da la impresión que el magnate neoyorkino si padece el mal al que hacemos referencia al entender – por múltiples razones – que el mundo en el que habita es el real y no el inventado como sería el caso del Sr. Peña que se inventa un México que solo el – y sus cercanos – ven pero que el resto de los mexicanos no experimentamos por ningún lado.

El verdadero esquizofrénico habita del otro lado del rio – hablando metafóricamente -  y en este sentido yo afirmo, - y es el motivo de las presentes reflexiones el sustentar con argumentos la hipótesis – que Trump habita del otro lado del rio sumido en una ignorancia y una arrogancia que le hace desinteresarse por la realidad que viven los norteamericanos – y para el caso el resto de los habitantes del mundo – que vivimos de este lado del rio.

El caso del Sr. Peña es diferente, el habita de este lado del rio, pero en su mente, en sus sueños y en su imaginación, piensa que está del otro lado en un ámbito donde todo es progreso y felicidad, su problema es que no logra que los mexicanos puedan desplazarse dentro de esta nube imaginaria que nos podría conducir al otro lado, sino que vivimos una triste realidad de pobreza, de corrupción, de impunidad, que hoy por hoy se ve incrementada por el otro esquizofrénico que allende a nuestras fronteras no solo vive en un mundo que la mayoría no compartimos sino que además tiene un odio innato a todo aquel ser humano que tenga algo de pigmentación sobre la piel sobre todo si es de origen mexicano.

Para el neoyorquino todo lo mexicano es feo,  criminal y subdesarrollado, no merece vivir en el mundo moderno que el imagina, y como no puede borrarnos de sobre la faz de la tierra, prefiere ignorarnos y no vernos mediante la construcción de un muro que separa al imperio del tercer mundo, del subdesarrollo que ellos – y claro ayudados por nuestra clase política – han contribuido a generar al sur de sus dominios.

La célebre frase de América para los americanos es ya para el anacrónica, si pudiera construir además del muro un océano que les separara de Latinoamérica lo haría, solo Canadá y Estados Unidos merece vivir en el mundo actual, y claro los países europeos que se liberen de la migración y que conserven su blancura.

El problema de Trump – y sus logros – es que ha podido convencer a la mitad de la población norteamericana de la verdad de su discurso mentiroso, y los ha logrado convencer de que al menos en pensamiento habiten y compartan su mundo imaginario del otro lado del rio,  ha despertado al gringo que muchos describen como idéntico a él, a personas igual de ignorantes y sobre todo de arrogantes que se sienten superiores al resto de los habitantes del mundo y que hacen que sus sentimientos xenofóbicos - que tenían escondidos en algún rincón de su subconsciente  - salgan y se manifiesten con todo su esplendor.

Son increíbles las similitudes que existen entre Hitler y Trump, el centro del pensamiento del otro loco de principios del siglo XX era la superioridad de la raza Aria y los porqué  tendrían que controlar el mundo. Él se sentía superior al resto de los habitantes del mundo de su tiempo, incluso sobre aquellos que aun siendo blancos – de origen semita – como los judíos, tendrían que desaparecer, o cualquier otro que para el caso no fuera parte de una raza superior que intentaron encontrar en sus raíces ancestrales.

La idea de la SOLUCION FINAL centro de la política del Furer, era desaparecer a los judíos, o aniquilarlos o simplemente enviarlos a donde no fueran visibles – la isla de Madagascar – pero no solo a ellos, claro que también a polacos, rusos – bolcheviques – homosexuales y demás. Es obvio que no contemplaban a las razas diferentes de piel pigmentada o de ojos rasgados porque no les tenían cerca, pero en cuando pensaron en ellas los caminos no diferían en nada con las políticas implementadas en contra de los judíos.

En su esquizofrenia Hitler – a diferencia de Trump – se ganó la voluntad del pueblo germano mejorando la economía de un país que había quedado destruido física, social y económicamente después de la derrota en la primera guerra mundial, el prometió y cumplió levantar de la ruina a su país, y lo hizo.

Trump en un paralelismo que tendría que ponerlos los pelos de punta ve realmente a su país no como el imperio  que todos vemos sino como un país que ha sido abusado por sus vecinos – principalmente por México – y por sus aliados para los que ha ganado guerras y ha protegido militarmente a costa de los dineros que tendrían que ser de los norteamericanos y de nadie más.

Nada más lejano a la realidad, ahora la pregunta que muchos se hacen - yo con ellos - es y lo apunto en mayúsculas

SI DONALD TRUMP SE CRE LO QUE DISE EN SU DISCURSO O LO MENSIONA DE LA BOCA HACIA AFUERA SOLO PARA CONVENCER Y LOGRAR ADEPTOS.

Permítanme comentar a este respecto que si por un lado cree realmente lo que dice, por ejemplo que Estados Unidos ha sido abusado por la comunidad internacional, si México entre otros países les han faltado al respeto, si el tratado de libre comercio ha sido solo benéfico  para México y los negociadores mexicanos faltaron el respeto de sus contrapartes – que seguramente piensa fueron retrasados mentales – para tener los máximos beneficios, si la OTAN ha sido un instrumento que solo cubre económicamente los Estados Unidos para beneficio de Europa quienes cómodamente se han sentido protegidos abusando de los dineros de los norteamericanos, si países como Japón han también abusado de las enormes cantidades de dineros que los Estados Unidos ha invertido en ellos y no les han regresado ni la centésima parte de lo invertido, y así sucesivamente.

O esto es lo que piensa y entonces el diagnostico estaría totalmente justificado, el señor vive en una esquizofrenia de un mundo que no es el que todos compartimos o realmente es un personaje de una inteligencia superior que invento este discurso para ganar la presidencia  aprovechándose de la arrogancia y de la ignorancia de la mitad del pueblo norteamericano y sobre todo de sentimientos xenofóbicos de los norteamericanos que ahora salen a relucir, pero que siempre han estado ahí algunas veces ocultos pero que gran daño han provocado en contra de las minorías pigmentadas, principalmente de los descendientes de los afroamericanos en el siglo pasado y hoy en día de los latinos principalmente si son de origen mexicano.

Dentro de estas dos posibilidades, me quedo con la primera, en el sentido que su discurso es real, nace desde el centro de su pequeño cerebro bajo ese copete que le caracteriza, siento que realmente siente y piensa lo que dice, que realmente nos ve como enemigos no a vencer sino a desaparecer sobre la faz de la tierra, y actúa en consecuencia, en su mente – aunque aún no lo diga – existen pasos a dar y los está dando y lo que se viene por delante es lo más peligroso.

Así como los Polacos fueron los primeros damnificados y afectados por las políticas de Hitler, los Mexicanos somos los primeros damnificados y afectados por las políticas de Donald Trump, si fueran otros tiempos ya tendríamos la maquinaria bélica del imperio invadiendo el norte de nuestro país lo que hoy en día es impensable posiblemente sea parte de los sueños que sueña el magnate constructor de torres.

Pero si la esquizofrenia de Trump es en sí peligrosa, la de Peña Nieto no lo es menos

Esta historia continuara…

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