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Sedición.
Por: Juan Carlos Girón Enriquez

Hace algunos días el General Cienfuegos tuvo a bien declarar que el ejercito no debe estar en las calles, que su lugar es en el cuartel. Tiene toda la razón.
Más allá de que el ejercito tenga un perfil no calificado para las labores de seguridad pública y de que el país no esta en guerra, los militares tienen un perfil distinto que los hace no aptos para realizar acciones que tengan como objeto propiciar la seguridad de la población en contexto de paz.
Porque independientemente de que el Estado llame a sus políticas de seguridad pública como una “guerra contra el narco” la realidad es que en la vía de los hechos no es una guerra, sino el endurecimiento de las acciones persecutorias del poder público en contra de la delincuencia organizada y no organizada.
Bajo esa tesitura, las fuerzas armadas han declarado, a través de su Secretario de Defensa que esa no es su labor, no están entrenados para ello, no pueden seguir cargando el peso de las violaciones a derechos humanos cuando están llevando a cabo acciones que no corresponden a su perfil profesional, a sus funciones, a su marco de acción.
Pero, hay un trasfondo, que se puede leer como un rompimiento, una línea, un alto. El Presidente es, de iure, el Jefe Supremo de las fuerzas armadas, que éstas están para obedecer incuestionablemente las órdenes de ese jefe supremo, por lo que la declaración del General Cienfuegos parece mas una sedición que un sometimiento, es un claro señalamiento del cansancio de las fuerzas armadas en nuestro país por estar cumpliendo con una función que no les corresponde y que a pesar de ello son considerados como únicos responsables de las políticas públicas fallidas en materia de seguridad.
Una decisión irresponsable fue sacar al ejercito a las calles, pero mas irresponsable aún no tomar medidas concretas que permitan irlos regresando poco a poco a los cuarteles, en lugar de ello cada día son mas militares los que están en las calles en diferentes entidades cumpliendo funciones de seguridad pública.
Ahora, las fuerzas castrenses, en síntoma de hartazgo se manifiestan públicamente contra la decisión de mantenerlos en la calle, y esa declaración en otros tiempos hubiera sido el inicio de un golpe de Estado, en estos tiempos es simple y sencillamente un enérgico llamado de atención al poder público para que cada quien dentro del ámbito de sus competencias, se dedique a las funciones para las cuales han sido entrenados. Si las fuerzas de seguridad no tienen la capacitación o las herramientas o los medios para cumplir de manera adecuada con su función, entonces que el Estado tome cartas en el asunto y los dote de la capacitación, los medios y las herramientas para hacerlo, pero que no ponga al ejercito a realizar funciones que no le corresponden y menos les deje toda la responsabilidad de los errores del Estado.
Es necesario poner atención a ese tipo de declaraciones porque no son otra cosa que un llamado de atención al poder público del desgaste que le esa generando con políticas públicas fallidas, a las instituciones que han tardado mucho tiempo en construirse. El ejercito es el primero en manifestarse, pero no será el único.
Docente Investigador de la Unidad Académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas. E-mail: giron705@hotmail.com

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