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SPAUAZ: NUEVAS TAREAS
Aquiles González Navarro.

Tiene razón Miguel Moctezuma Longoria, ex candidato a la Secretaría General del Spauaz: “los universitarios deben buscar nuevos esquemas de participación y a partir de ello tratar de abrirse camino cuyo punto de partida es el sujeto del cambio universitario”, dijo a la Jornada el pasado 26.
Y es cierto; ni la dirigencia del sindicato, ni los académicos afiliados a este, pueden continuar en el esquema mediocre de administrar un contrato colectivo que cada año se empequeñece, tal vez inevitablemente. Los tiempos en que el problema del país era “administrar la abundancia” (López Portillo dixit) son cosa del pasado.
El nacimiento del Spauaz es coincidente con el régimen lópezportillista y éste con el descubrimiento de nuevos yacimientos de petróleo. De ahí la “repartición” de recursos, a manos sueltas, a los sindicatos universitarios. El contrato colectivo UAZ-SPAUAZ, puede considerarse en los años 80´s, como uno de los que mayores prestaciones disfrutaba a nivel nacional.
Tres meses y medio de aguinaldo libre de impuestos, canastilla de enseres por el nacimiento de algún hijo de académicos , bono para ayuda de pago de renta, seguro de educación para los hijos del trabajador universitario hasta la licenciatura, seguro de vida, servicio médico privado y pago de medicamentos sin límite, servicio de cuidado, alimentos y educación infantil (CECIUAZ), prima de antigüedad equivalente a 1% por cada año de servicios hasta el límite de 25 años, jubilación de 15, 20 y 25 años, pensión por orfandad y pensión por viudez, dotación de mobiliario y vehículo para el local sindical, etc.
Parecía que López Portillo tenía razón: el problema de México era el cómo “administrar la abundancia”. Aún recordamos a los demócratas y sindicalistas rectores Díaz Casas y Jorge Hiriartt, proponiendo nuevas cláusulas para el C.C. “¡¿Cómo ve mi Lic., por qué no le agrega…?!” Y los sindicalizados felices.
Sindicato Sui géneris. Pasar el tiempo en los movimientos de huelga era interesante: jugando dominó al hacer sus respectivas guardias podíamos ver a la media noche al Secretario General de Gobierno, a varios magistrados, al Rector, al Secretario de Salud, a Jueces y a Agentes del Ministerio Público o a funcionarios de la Administración Central de la Universidad y servidores públicos del gobierno del Estado y de la Federación.
Sólo que los tiempos han cambiado: de aquel contrato colectivo que en 1980 arrancó aplausos y reconocimientos en una asamblea del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional (STUNAM), debido a la abundancia de prestaciones, hoy poco queda y, si la inercia continúa, nada quedará.
Los dirigentes del SPAUAZ ya no tienen la posibilidad del incremento de prestaciones laborales y, a lo más que pueden aspirar, es a la administración de un Contrato Colectivo de Trabajo disminuido, pero al que vale la pena defender, bajo el ingenio de una dirigencia que se en apoye las normas del Derecho Laboral (también disminuido) que puedan aplicarse por la defensa del contrato mismo y de la Universidad.
“A trabajo igual salario igual”. Hoy en la Universidad los salarios no se pagan con igualdad o equidad. En muchos casos el amiguismo o favoritismo o hasta niveles de corrupción preocupante, ocasionan disparidad en el pago de prestaciones o salario.
El Sindicato debe impulsar la creación de un tabulador general de sueldos, donde se haga pública la remuneración anual y prestaciones de cada trabajador.
Consecuente con lo anterior, la revisión (UAZ-SPAUAZ) a partir de la publicación del tabulador, de prestaciones y salario de todo aquel trabajador que lo solicite, con la obligación del patrón de hacer el ajuste correspondiente si cabe hacerlo.
Es imperativo la creación de un tabulador de sueldos para el personal directivo y administrativo, hoy motivado a los altos salarios, desproporcionados, en relación con los que reciben los maestros en general y aberrantes para una institución endeudada y vigilada por la mira de un régimen político que quisiera verla aniquilada. Por ver un ejemplo: el rector en el mes de diciembre de cada año recibe una suma superior a los 600 mil pesos por concepto de aguinaldo y prima de antigüedad. Y los ex rectores también.
Hoy el Sindicato de Personal Académico de la UAZ, debe fortalecer su trabajo en la defensa del Contrato Colectivo, pero también constituirse en coadyuvante de la contraloría y en promotor de una gran reforma universitaria que bajo el análisis de las fortalezas y debilidades de la institución promueva el cambio y el combate a la corrupción.
Se vale porque la principal atribución del sindicato es, sin lugar a dudas, la conservación del trabajo en condiciones de equidad, de respeto y libre de abusos y privilegios.

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