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Universidad Pública.
Por: Juan Carlos Girón Enriquez
En ocasiones no sabemos si somos víctimas de los acuerdos políticos en las cúpulas del poder o es verdaderamente una lucha sindical. Independientemente, no podemos negar que la Universidad Pública se encuentra en una crisis severa, por clientelismo, mala planeación, mala gestión y falta de compromiso de las autoridades.
La Universidad Autónoma de Zacatecas es una de las tantas universidades a nivel nacional que enfrenta una crisis financiera derivada de malas administraciones a lo largo de los años y presupuestos austeros que otorga la federación. Esta situación, lejos de mejorar, se va complicando cada vez mas, puesto que se siguen llevando a cabo acciones tendientes a favorecer a ciertos grupos en el poder, en lugar de buscar un verdadero compromiso con el alumnado, la sociedad y los propios docentes y trabajadores.
Todos y cada uno de nosotros somos parte importante de la Universidad Pública, unos porque hemos atravesado por sus aulas como alumnos, otros como docentes, pero la gran parte de la sociedad de manera indirecta a través de las aportaciones que hace con sus impuestos, y que en menor o mayor medida sirven para dar vida a estos grandes motores de conocimiento e innovación científica.
Aunque poco se presuma, muchas cosas, con gran calidad académica, se hacen en la Universidad Pública, nuestra universidad no es la excepción, por lo que es importante que se hablen de las cosas malas para poder combatirlas, pero también es trascendental que se de publicidad a las buenas, por que en las aulas de las diferentes licenciaturas, maestrías y doctorados, se encuentran docentes investigadores bien preparados y de calidad, así como alumnos que demuestran sus capacidades en proyectos estatales, nacionales e internacionales en los que participan en diferentes áreas.
Es el momento oportuno para que las autoridades universitarias presenten a la comunidad universitaria, a la sociedad zacatecana, proyectos viables de solución para salir de esta crisis, mensajes claros a la federación de transparencia en la administración de los recursos, donde se le de certeza a los alumnos, docentes y trabajadores en los recursos aportados por estos en sus inscripciones, cuotas obrero patronales e impuestos, donde se cumpla con las obligaciones adquiridas por la universidad con las instituciones de seguridad social, fiscales y con las obligaciones adquiridas con los alumnos con respecto a infraestructura adecuada, aulas, bibliotecas de acuerdo al número de alumnos y a las necesidades propias de cada área del conocimiento.
Una cosa es que existan malos maestros, malos alumnos, malos trabajadores y malas autoridades, y otra cosa muy distinta es que se mida a todos con la misma medida, porque se hace trabajo y es de calidad, lo más lamentable es que los que hacen trabajo queden en medio de una lucha campal entre grupos de poder y no permitan que la universidad crezca, se fortalezca, por el contrario, la desgastan en una lucha improductiva de poder que solo se terminará en el momento en que los grupos de poder se hagan a un lado para permitir el fortalecimiento de la universidad pública.
La transparencia y la rendición de cuentas son lo pilares más importantes de una sociedad democrática, y lo deben ser también de la universidad pública, por lo que como sociedad y como universitarios este es el momento de usar los mecanismos previstos en la ley para exigir de nuestras autoridades universitarias esa información que no han querido ofrecer de manera voluntaria. Activemos los mecanismos de transparencia y acceso a la información para que nos proporcionen la información que no han querido hacer pública sobre el déficit universitario, ejerzamos nuestro derecho de petición de manera responsable.

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