LOS ESCOMBROS DE LA REVOLUCION MEXICANA
Saúl Monreal Ávila
A pesar de los largos y multicolores desfiles, las múltiples alusiones a ese periodo de la historia, las fiestas gubernamentales donde acuden todos en traje de Adelita, de revolucionario, y se tocan los corridos de la época, los 20 de noviembre, como el que pasamos, en la realidad y en el actuar de gobernantes priistas (Quienes se ostentan portadores de una herencia política emanada de la revolución), pareciera estar de moda minusvalidar a la Revolución, su lucha, postulados e incluso sus protagonistas…Como si se quisiera derrumbar todo lo que fue por muchos años soporte estructural de este país; como si se quisiera hacer leña de uno de los capítulos medulares de la historia mexicana hasta no dejar nada, para que nada pueda sostenerse, mucho menos una nación.
Creemos que el logro más tangible y sólido de la Revolución Mexicana, fue la creación de la Constitución de 1917. Uno de los documentos, principio rector de la nación, que mejor expresa la esencia del mestizaje mexicano, al combinar las raíces indígenas, comunidad y arraigo, unido a los postulados herencia de los liberales del siglo XIX, como Francisco I Madero, José María Luis Mora. Los Hermanos Flores Magón, (Enrique, Ricardo y Jesús), Álvaro Obregón y Benito Juárez entre muchos otros, que crearon este documento de sincretismo politico y cultural que ofreció, por décadas, la posibilidad de avanzar hacia la visión de un desarrollo incluyente, equidad trabajada, compromiso social como pocos.
Esto lo decimos porque nuestra constitución define a nuestro sistema de gobierno, las expectativas sobre el desarrollo social que debe tener el país, la manera en la que se busca dar protección a los derechos fundamentales, la forma en la que se deben de llevar a cabo las relaciones entre gobernantes y gobernados, las necesidades en materia de justicia, entre otros temas, pero que a la fecha, ha sido mutilada en casi 700 reformas que han modificado el texto original. De los 136 artículos contenidos en el texto original sólo 22 se mantienen intactos. En total se han realizado 229 decretos de reformas a la Constitución para un total de 699 cambios, solo Peña Nieto ha promovido 147 reformas y cambios para dar cabida a sus perniciosas reformas estructurales.
En los últimos 35 años se han hecho 486 modificaciones a diferencia de las 213 que se hicieron bajo el mandato de 13 Presidentes en el periodo que comprende de 1921 a 1982, poniendo en relieve la pérdida del espíritu con que esta fue elaborada por Liberales y Constitucionalistas, y hoy, a 107 años del Plan de San Luis lanzado por Francisco I. Madero contra el régimen de Porfirio Díaz, el país vuelve a su condición anterior a 1910, desacreditada la política por los corruptos y corruptores priistas del régimen, con las mismas viejas herramientas de la demagogia, el clientelismo, el contratismo, los subsidios, las complicidades palaciegas, las maniobras de la vieja usanza, quieren arreglar los nuevos grandes problemas de un país que se les fue de las manos, ya sin identidad ante el mundo, carcomido por la nueva vieja corrupción priista y asolado por la inseguridad que ellos mismos han permitido y de la que se benefician.
De ser pretendidamente líderes de los países “No Alineados” en la década de 1970, ahora somos el país más alineado ante los intereses del gobierno estadounidense, que hace ver incluso los estados de Norteamérica ejerzan mayor autodeterminación frente a su federalismo que nosotros mismos, los mexicanos. Solo basta recordar a Luis Videgaray, en reuniones de la OEA convocadas exprofeso para agredir a Venezuela, (Resultando bastante raspado por cierto) o despotricando contra Corea del Norte, expulsando incluso a su Embajador, entre otras perlas, hasta ahí nos ha llevado este régimen (presuntamente el partido de la revolución Mexicana).
Ahora, de las conquistas emanadas de la Revolución Mexicana, contenidas en aquella Constitución de 1917 solo quedan los escombros, y al inicio del proceso electoral más importante y delicado de todos los tiempos, la rueda de la historia ha vuelto a Mexico en la condición que se encontraba al periodo previo de la gesta revolucionaria de 1910, y con las mismas disyuntivas, las posibilidades de una dictadura militar, que con el ejército en las calles, y en busca de la promulgación de una ley que le otorgue amplias facultades, (con la aprobación de la Ley de Seguridad Interior) esto es una posibilidad absolutamente real, o la opción de un cambio de gobierno, como todo lo que esto implica, y sacar a la oligarquía plutocrática Priista- Panista-Verde ecologista que está dejando en la ruina al país.
Por ello, creemos que es vital en este momento histórico se suceda un gran cambio, lo que se ha venido llamando la cuarta transformación de la Nación. Una revolución pacífica del siglo XXI por la vía de las ideas, de la razón y la justicia, las tres anteriores surgieron en primer instancia de las fuertes convulsiones que sufrió nuestro naciente país cuando la guerra de independencia con el imperio español, posteriormente, la Guerra de Reforma o guerra de los Tres Años, que transcurrió entre el 17 de diciembre de 1857 y enero de 1861, cuando se sucedieron fuertes enfrentamientos entre liberales y conservadores, de lo que surge la segunda gran transformación, la tercera fue la revolución Mexicana de 1910, de la que surgió la constitución de 1917, fundamento de la nación que ahora conocemos.
La cuarta transformación implica un cambio de régimen, y con él, de paradigmas, el país más que nunca requiere una nueva transformación, pero pacifica, de ideas, que tenga como fundamentos la razón y la justicia, no la acumulación de riqueza y privilegios para una elite empoderada, que ya se ha enquistado en el poder desde hace decenios, convirtiéndose en el obstáculo más importante para el desarrollo del país, y hoy, a nada nos lleva la nostalgia de vestirnos de revolucionarios, de Adelitas las mujeres, no es malo, pero necesitamos más. Requerimos una sociedad actuante, con voluntad de cambio y canalizar nuestro hartazgo por los malos gobiernos en acciones concretas. Por eso convocamos a que nos sumemos a la revolución del siglo XXI en las urnas e iniciemos entre todos una nueva etapa, la cuarta transformación de México.