CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Lo que ocupa Zacatecas es que cada quien haga bien lo que le corresponde, y mientras esto no suceda será imposible salir de este nivel de atraso en lo que al combate a la inseguridad, a la corrupción y al desarrollo económico y social se refiere.
Paula Rey Ortiz, secretaria de la Función Pública, hasta el momento es el vivo ejemplo de la tibieza, la ineficiencia y la ineficacia en su máxima expresión. Sin dudarlo podemos decir que es de las funcionarias de primer nivel que no ha podido, a un año y meses de gobierno, entregar resultados, ni pensar en algo contundente porque eso es mucho pedir.
Resulta que ayer, con bombo y platillo, Raúl Estrada Day se encargó de anunciar, a través de sus redes sociales, que nada, que el Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Estado de Zacatecas, hoy Tribunal de Justicia Administrativa, le notificó a Paula Rey que declaraba nulo el procedimiento de responsabilidad administrativa DJ/178/PA/2015 en su contra, emitido el 9 de junio de 2017.
Es decir, la “máxima autoridad” en la materia se encargó de eximir de toda responsabilidad al ex director de los Servicios de Salud y, además, otorga 15 días a la SFP para que cumpla la sentencia y se olvide de intentar siquiera inhabilitar al médico Estrada Day, por tres meses o hasta 10 años para trabajar en Gobierno del Estado.
En su momento, Paula Rey aseguró que este funcionario, y otros más quienes de un momento a otro podrían recibir una resolución similar, se le presentaron observaciones que no pudo subsanar, pero el Tribunal emitió su fallo y dijo que no, que esto era mentira.
Por ello, Raúl Estrada se queja ahora que los señalamientos de las supuestas faltas administrativas que juró la SFP de Zacatecas habría cometido, lo colocaron en una situación incómoda tachándolo de corrupto sin base alguna, lo que obviamente es un daño a su moral pública. Y ahora ¿quién tendrá que pagar estos platos rotos?
¿Al PRI?
El nivel de desprestigio que pesa sobre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) lo obligó a nombrar a un panista como su candidato a la Presidencia de la República. Hasta el hartazgo se han dedicado a predicar que José Antonio Meade no es priista, es humilde, es honesto, viaja en vuelos comerciales y hasta carga su propia maleta.
Igualmente, nombraron como su candidato a la gubernatura de la Ciudad de México a Mikel Arreola, otro ex funcionario federal en la administración de Enrique Peña Nieto, que es todo, buen ciudadano que viaja en El Metro pero que jamás nadie puede decir que es priista.
Pues ahora resulta que en Zacatecas, tras revisar las encuestas que llegan al escritorio del inquilino de La Casa de los Perros, le han puesto el ojo a un ex panista, ex Verde Ecologista y ex Moreno, pero nunca priista, para que se ponga la camiseta tricolor y vaya por segunda ocasión por la alcaldía de Zacatecas.
Cuauhtémoc Calderón Galván, quien durante los últimos meses ha explorado múltiples opciones, desde ser candidato independiente hasta abanderar al PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, hoy conjuntados en la coalición Por México al Frente, escuchó ya el canto de las sirenas por parte del PRI, canto que lo trae muy alborotado.
El empresario restaurantero sabe que sus bonos están por las nubes, pues no hay medición que no lo ubique en primerísimo lugar, lo que también es del conocimiento del tricolor que no tiene una sola carta fuerte en la capital, por eso hoy Cuauhtémoc Calderón anda vendiendo muy caro su amor y deshojando margaritas. Lo malo es que el tiempo en estos momentos no corre… vuela.
Zacatecas transparente