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Estrategia tardía.

Por: Jenny González Arenas.

Por mucho que no quisiera uno seguir hablando de lo mismo, resulta imposible hablar de otra cosa. No hay otro tema que ocupe los encabezados de todas las noticias. Todos hablan de la pandemia que ocupa los esfuerzos de los gobiernos del mundo.
México no es la excepción, nuestro gobierno, al igual que muchos otros, tiene que dar muestras no solo de fortaleza, sino de liderazgo ante la situación que enfrentamos.
Antes de comenzar a hablar de lo que se esta haciendo, no podemos dejar de mencionar lo que se dejó de hacer. Si bien es cierto, la intervención pasada señalábamos lo que se había dejado de hacer, ahora tenemos que retomar el tema, porque es evidente que se ha avanzado pero no tenemos la certeza de que sean pasos seguros.
Primero el presidente señaló que no podíamos detener la economía, que siguiéramos saliendo a la calle y que el pánico era creado por la oposición, después comenzaron una campaña de distanciamiento social, que más que política de salud, parecía propaganda política, hasta que ahora, el mensaje a la nación se transmite vía youtube y se hace el llamado a la ciudadanía para que permanezca en casa.
No se trata de criticar por criticar. México ha sido un país que a lo largo de su historia se ha caracterizado por su solidaridad con los hermanos de otros pueblos y la capacidad de recibir migrantes, asilados y refugiados, creemos que esa pueda ser la razón para que no se cerraran las fronteras, sin embargo, el gobierno debe de ocuparse de hacer lo que le corresponde, atender las necesidades de su población.
Los mensajes son confusos, no deberían de serlo, confiamos en que los datos que tiene ahora el gobierno si sean los verídicos, pero, en ocasiones, más vale pecar de desconfiados, porque en situaciones como esta, llama la atención que en otros países se ha disparado exponencialmente la curva de infectados, mientras que en México la situación es distinta. O tenemos un sistema inmune diferente al resto del mundo, o no se están haciendo las pruebas suficientes por lo que los datos no son reflejo de la realidad.
Aunque este gobierno nos ha acostumbrado a tener otros datos, por lo que, si hubiera cifras oficiales que no fueran del agrado del gobierno, probablemente el mismo presidente se encargaría de decir que ellos tienen otros datos.
La realidad es que, en estas circunstancias, la autoridad esta obligada a ser transparente, porque solo así tendremos verdadera conciencia de la amenaza que nos aqueja y de tomar las medidas adecuadas para la protección de toda la población.
Si se requiere proteger la economía, claro que esa es una prioridad del gobierno, pero también es cierto que si la población enferma, no va a haber economía que soporte un sistema de salud colapsado, menos si pensamos que esos que van a enfermar son la población económicamente activa, que no dejo de trabajar y que siguió exponiéndose al contagio.
Son decisiones difíciles de tomar, se debe de poner en una balanza la economía y la salud, no se trata de sacrificar una por la otra, sino de buscar el menor sacrificio de ambas.
Tomar una decisión no es fácil, pero recordemos que el actual presidente anduvo en campaña 18 años, así que debía estar preparado para este tipo de situaciones, dejar de culpar a la oposición, porque la pandemia no estaba en la boleta electoral.
Un país como el nuestro, parte del mundo en el que vivimos esta expuesto a este tipo de situaciones. Lo importante sería que cuando se tomen las decisiones, no sea demasiado tarde.