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Sonia Ángelica Ruiz
NO TODOS LOS ORGANISMOS SON IGUALES I

Para poder adelgazar hay que reducir la producción de insulina, ¿cómo? Disminuyendo las ingestas de comidas hipercalóricos, es decir, comes carbohidratos refinado, se produce insulina, esta producción te provoca mucha hambre y entonces engordas. Si por el contrario, tu alimentación es a base de alimentos libres de carbohidratos, en lugar de producir insulina, produces glucagón, una hormona contraria a la insulina. En lo personal no estoy a favor de los regímenes alimenticios que incluyen colaciones (meriendas), porque aun las de muy bajas calorías, aumentan la producción de insulina y terminarán con tu metabolismo, lo que requerimos es hacer tres buenas comidas hiperproteicas e hipocalóricas al día, altas en proteínas y bajas en carbohidratos.
La mayor adicción que existe, es a los carbohidratos y eso se corrobora cuando se tiene ansiedad o mucho antojo por algún alimento en especial, hay quienes tienen adicción a las tortillas, otros al arroz, al pan, a los biscochos, otros a las bebidas carbonatadas azucaras, o de plano hay quienes su adición es a todo los carbohidratos refinados sin tener algo específico y para poder liberarnos de esta adicción hay que saber que debemos hacerlo de forma gradual y que aun así podemos experimentar efectos desagradables, tal como los tuviera un adicto que quiere desintoxicarse presentando un síndrome de abstinencia.
Lo primero, es aceptar que somos adictos a algún alimento, lo segundo es establecer la estrategia para retirarse de la adicción, por ejemplo tomando mucha agua e ir quitando ese alimento de forma paulatina, después elegir un día donde se consuma solo proteína, sin otro alimento añadido, por ejemplo un día con solo carnes, de preferencia blancas, queso y huevo, de la manera que se prefiera, la cantidad que quiera, “únicamente” eso. De esa manera quitaremos nuestra adicción.
Si sus comidas son altas en carbohidratos, el cuerpo produce grandes cantidades de insulina para manejar la glucosa que se crea de los carbohidratos. Es recomendable evitar los aperitivos, tentempiés y comidas muy prolongadas, ya que después de una hora comiendo surge un segundo disparo de insulina para poder manejar la glucosa adicional que se acumuló. Mientras menos insulina produzca el cuerpo, más fácil se nos hará adelgazar, mientras más insulina produzca, más engordaremos. Sin insulina es imposible engordar y todo lo que suba la producción de insulina en el cuerpo, le subirá los niveles de colesterol.
Personalmente, considero que el tema del metabolismo debería de incluirse en la curricula de la carrera de medicina, ya que hay mucho desconocimiento del tema por parte de los médicos en general, veo en la actualidad que mis colegas, especialistas o no, al recabar los estudios de laboratorio de sus pacientes, observan que el colesterol y los triglicéridos están altos y lo atribuyen al hecho de haber consumido productos con colesterol y no solo eso, sino que, una vez que ven ese reporte, se limitan a prescribir pravastatina y bezafibrato para “disminuir” los niveles, alejándose en su totalidad de lo más importante; capacitar al paciente, informarlo y explicarle que con el hecho de disminuir el consumo de carbohidratos, disminuye su colesterol y sus triglicéridos sin necesidad en muchas ocasiones del medicamento. Y si a esto, le sumamos la propaganda que tenemos los médicos por las compañías farmacéuticas, claro está que la información que recibimos es creada para la venta de medicamentos, no para eliminar las causas del alto colesterol. Pareciera que detrás de todo esto, bien pudiera estar la mano oculta de la industria farmacéutica.
Hace aproximadamente 22 años, satanizaros a los huevos, dándole un trato sensacionalista a la noticia de que el huevo era alto en colesterol y que era malo consumirlo. Lo que debemos saber del huevo es que es una proteína perfecta, que no contiene colesterol malo, solo contienen colesterol bueno y comerlo todos los días no es malo, sino por lo contario, te reduce el colesterol malo, la única condición es no acompañarlos con carbohidratos.
La realidad de todo esto, es que no existe la dieta excelente, primero que nada hay que saber hacia dónde se inclina nuestro metabolismo, es decir, si somos más carnívoros o si somos más vegetarianos, pero sobre todo, saber por qué tipo de sistema nervioso está determinado nuestro metabolismo porque no todos los organismos son iguales. Estuve leyendo que Dalia Lama, líder espiritual del Budismo Tibetano, se convirtió al vegetarianismo estricto y abandonó por completo la carne. Después de 2 años, enfermó de hepatitis y su médico tratante no lograba reestablecerlo hasta que le indicó que volviera a empezar a comer carne, lo cual hace que recupere su salud. Todo indicaba que la dieta vegetariana le había reducido las defesas y se habría enfermado. Dalia Lama continuó consumiendo carne como parte de su dieta. De igual manera, hay grupos étnicos en la India, donde el vegetarianismo es la norma y al consumir carne, la gente se enferma o se debilita, definitivamente, los cuerpos humanos, son distintos. Sí, las funciones de nuestros órganos se controlan a través del sistema nervioso autónomo, o sea, de forma involuntaria. Este sistema nervioso autónomo se divide en dos: en sistema nervioso simpático, (que es el que acelera) y el sistema nervioso parasimpático (que es el que relaja). Es aquí donde radica la diferencia de cada individuo, hay quienes se inclinan a tener un sistema nervioso predominantemente simpático y otros, a tener un sistema nervioso predominantemente parasimpático. Hay un test para saberlo, más adelante lo revelaré, por ahora debemos conocer que dependiendo de la inclinación que tenga cada individuo, será la alimentación que requerimos. “No todos somos iguales”