¿Misión cumplida?
Por Claudia Edith Anaya Mota
De todos es conocido que muchos políticos prometen en campaña grandes obras que hacen soñar al electorado con un mejor futuro, pero que en el fondo, los aspirantes saben que su promesa no la van a cumplir y los que cumplen, no las terminan cómo se prometieron. Efectivamente, tenemos que terminar con este populismo que les encanta a las personas y que ha surgido a raíz de la seducción de un electorado basado en los engaños y las falsas promesas de quienes hoy ejercen un cargo.
Existen instituciones como la Auditoría Superior de la Federación y la Secretaría de la Función Pública que son las encargadas de revisar que las obras que contratan el Gobierno Federal y que luego entrega a la población, cumplan con la normatividad vigente, sean transparentes y de calidad sean las que se entreguen para población, por ello es tan importante no dejar de desistir en las denuncias para que sean únicamente obras que se entregan a los ciudadanos cumplan con los requisitos legales establecidos.
Particularmente en la obra del aeropuerto de Santa Lucía, hay cosas específicas que me molestan porque le han causado un grave daño al erario y les explico las razones:
La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional (NAIM) cuya obra ya tenía un 40% de avance, no costó 100 millones de pesos como lo aseguró la Secretataría de Comunicaciones y Transportes, sino que en un primer momento de acuerdo a la ASF, costó 331 mil 996 millones de pesos, para luego “corregir” ante los “otros datos” del Presidente y quedó en 113 mil 327.7 millones de pesos.
Después comenzaron un nuevo aeropuerto y cabe aclarar que no comenzaron desde cero, lo comenzaron en una pista militar en donde ya había avances, la obra fue entregada no como la prometieron, pero entiendo que puede crecer y concluirse. El problema es que esta obra lleva un 53% de sobrecosto de lo calculado y sumando lo de el aeropuerto Felipe Ángeles, se hubiera podido concluir el NAIM; si lo vemos desde otra óptica, con la cancelación del aeropuerto de Texcoco y atendiendo la primera cifra calculada por la ASF, se podrían haber construido cuatro aeropuertos como el de Santa Lucía. El país no está para despilfarros y francamente esto lo es.
La cancelación del aeropuerto de Texcoco es producto de un berrinche, un gran error en todos los sentidos. Incluso, desde 2018 hay advertencia del MITRE por el nuevo modelo aeronáutico que fue puesto en marcha desde ayer. Recordemos que el MITRE, una prestigiosa organización global especializada en aeronáutica sin ánimo de lucro que arrancó en los laboratorios del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en español), adviritieron que antes de concluir que Texcoco era mejor opción, si se compara el desempeño de Texcoco de esta con la alternativa planteada por la suma de Benito Juárez y Santa Lucía, esta segunda alternativa “era preocupante al requerir la creación de un espacio aéreo sumamente complejo”, como señaló en un comunicado en 2018.
En febrero de 2021, la organización global de aeronáutica dictamimó que, por interferencia aérea, el aeropuerto de Santa Lucía no podría funcionar. Ante esta conclusión, el Presidente hizo lo que sabe hacer: descalificar a quien lo cuestiona y señalarlo como “corrupto”, a lo que el MITRE respondió: “Somos una institución sin fines de lucro, lo que nos otorga neutralidad técnica y anticorruptible. Contrario a lo que se dice, un solo aeropuerto puede llegar a tener mayor, incluso muchísimo mayor capacidad que dos e incluso tres. Las razones son complejas y el pueblo mexicano no puede percatarse de cosas que parecen obvias (que dos aeropuertos son mejores que uno) aunque no lo son”…A pesar de todo ello, ayer se presentó como una obra única construida en tiempo récord, pero eso sí, muy “del pueblo”.
Son las farsas, lo que tanto daño le hace a este país, son las farsas, los disparates, los berrinches y el abuso de poder; eso es AIFA.
*Senadora de la República.



