En seguridad, panorama sombrío
Por Claudia Anaya Mota
El pasado fin de semana, vivimos una jornada muy violenta en materia de seguridad. Al menos, 19 personas alrededor de nuestro estado fueron masacradas y nuevamente el lunes pasado, en los diarios de la capital de la República volvimos a ser noticia nacional.
Como ustedes saben, reviso constantemente estudios y datos duros para poder construir propuestas que ayuden a resolver esta crisis. Si bien es cierto que tanto información del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) y el Índice de Paz México coinciden en que en 26 entidades del país se hab logrado mayores niveles de paz, ambas fuentes de información, reportan que en 6 estados (entre ellos, Zacatecas), la violencia no se ha podido resolver.
Estos datos duros nos ayudan a tener un panorama sobre los focos rojos a nivel nacional, pero hasta el momento no había encontrado algún texto o análisis que explicara la causa de este fenómeno, hasta que leí un estudio realizado por Vanda Felba-Brown, Directora de la Iniciativa sobre Actores Armados no Gubernamentales y especialista en Política Exterior del Instituto Brookings en Estados Unidos que se titula “Crime and anti-crime policies in Mexico in 2022: A bleak Outlook.”
Los indicadores nacionales e internacionales coinciden en que efectivamente, la violencia ha disminuido en ciertas regiones, pero la investigadora profundiza en que estas cifras a la baja, no se deben a que los programas sociales estén rindiendo frutos, ni tampoco a que el estado de derecho se haya fortalecido o que las fuerzas policiales locales hayan incrementado su nivel de eficacia. La razón de esta disminución de criminalidad en ciertas regiones, es inquietante.
La paz prevalece en algunas entidades federativas porque un cártel se ha impuesto por encima de otro a través de la violencia, y lo más preocupante, es que el pasado 15 de junio durante la Conferencia Matutina, el propio Presidente confirmó los hallazgos de Felba-Brown cuando afirmó: “Hay lugares en donde predomina una banda fuerte y no hay enfrentamientos entre grupos y por eso no hay homicidios”.
Retomando el concepto de la académica, vivimos una “narco pax”, pese a que esta paz es endeble porque los grupos criminales, sobre todo los vencidos, están buscando cómo recuperar el liderazgo de los territorios para expander sus negocios tanto lícitos como ilícitos.
Ante la inacción gubernamental, el crimen organizado han avanzado a tal grado, que ya participan en elecciones estatales y municipales. El narcotráfico ya no se conforma con cooptar a los funcionarios electos, ahora deciden quién va a ganar al influir con violencia y con dinero.
Luego entonces viene la pregunta: ¿Qué sucede en los estados como en Zacatecas donde la violencia rebasa a las autoridades locales y federales? La respuesta de este estudio, es que vivimos en una anarquía derivada de que aún no hay una hegemonía por parte de un grupo criminal. Todos hemos sido testigos de que hay una especie de “ejércitos” fuertemente armados que transitan libremente por nuestros caminos y carreteras frente a los ojos de la Guardia Nacional, la Policía Federal y de nuestros policías locales, lo que facilita su permanencia y su proliferación.
La respuesta del Gobierno Federal es francamente escalofriante: “Abrazos, no balazos”; “Tenemos que ser respetuosos de los derechos humanos, los delincuentes son también seres humanos y merecen nuestro respeto”; “El mal no se puede combatir con el mal, mejor haz el bien sin mirar a quién”…Y mientras, poblaciones enteras viven el terror sin esperanza de paz, como lo estamos viviendo en Zacatecas.
Respetar los derechos humanos y respetar los debidos procesos no está peleado con combatir a la delincuencia organizada y no solamente no está peleado, sino que es la responsabilidad de la autoridad hacerlo.
*Senadora de la República.



