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El subejercicio presupuestal en la educación pública en México

Por: Claudia Anaya Mota

El pasado 15 de agosto, el Presidente Andrés Manuel López Obrador nombró a la Profesora Leticia Ramírez como nueva Secretaria de Educación Pública Federal, en sustitución de la Maestra Delfina Gómez, quien dejó su cargo para participar en el próximo proceso electoral en el Estado de México.

Lo cierto es que la educación pública en nuestro país, es un reto constante que presenta numerosas aristas y que en esta administración, poco hemos avanzado en este rubro tan relevante en el desarrollo humano y que representa una oportunidad para el avance económico de quienes culminan una formación profesional en las escuelas públicas y encuentran en este sendero una manera de aumentar su bienestar en la escala social.

Lo cierto es que en estos cuatro años, la educación no ha sido prioridad para el Gobierno Federal como sí lo han sido obras como el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas o el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, particularmente estas dos últimas obras que ya han sido inauguradas y hasta hoy, no se refina ni un solo litro de combustible ni tenemos un aeropuerto de talla internacional, es decir, tenemos cero beneficios de estas obras. El Tren Maya, sigue avanzando, pese a resistencias.

Una muestra de que la educación no es prioridad, es el inédito subejercicio de más de 7 millones de pesos en el primer semestre de 2022, una cifra nunca antes registrada en la última década. Si revisamos a detalle los Informes sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública emitidos cada trimestre por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, entre enero y junio de este año, la SEP reportó gastos por 177 mil 441.9 millones de pesos, es decir, 7 mil 398.9 millones menos que los 184 mil 840.7 millones calendarizados por Hacienda.

El subejercicio coincide con el ciclo escolar 2021-2022, en el que millones de alumnos de educación básica regresaron a clases presenciales, luego de que las aulas permanecieron cerradas por más de un año a causa de la pandemia; también coincide con la cancelación del Programa de Escuelas de Tiempo Completo, un programa muy noble que permitía horarios ampliados y representaba un excelente apoyo para el educando en la realización de sus tareas, representaba un ingreso mayor para los docentes y a los padres de familia, les daba tranquilidad, al saber que sus hijos estaban siendo atendidos y cuidados mientras ellos están desarrollando su actividad laboral.

Recordemos que el Programa de Escuelas de Tiempo Completo fue sustituido en 2020 por otro programa llamado “La Escuela es Nuestra” que hace llegar de manera directa, “sin intermediarios”, recursos económicos para el mantenimiento y mejoramiento de las escuelas del país y que son manejados directamente por los Comités de Padres de Familia de cada plantel educativo.

La Auditoría Superior de la Federación en su último reporte, señaló que no hay una evidencia suficiente de los planteles beneficiados sobre el uso de los recursos, es decir, hay duda de que efectivamente se hayan dado a las escuelas y esta anomalía ha provocado un daño al erario de 573 605 millones de pesos.

Resulta inquietante que el subejercicio identificado en este primer semestre del año, tiene coyuntura con el anuncio del Poder Ejecutivo Federal de llevar la “austeridad republicana” a la “pobreza franciscana”, lo que hace pensar en la desaparición de más programas y mayores restricciones en el gasto en un rubro tan relevante y tan sensible para nuestro avance como nación.

*Senadora de la República.