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¿Las mujeres, sexo débil?

Bennelly J, Hernández Ruedas

Esta semana se conmemora el día Internacional de la Mujer, una fecha para celebrar la lucha de las mujeres en la historia, por hacer valer su voz y decisión; logrando avances para ir fortaleciendo y garantizando el respeto de nuestros derechos; como son, recibir educación; tener un trabajo fuera de casa; participar en la política, al poder votar y ser votada; el derecho a una vida libre de violencia.
Sin embargo, para alcanzar cada uno, la mujer no la ha tenido fácil. Podemos empezar por contextualizar porque el 8 de marzo se instituyó como día de la mujer. Fue en esta fecha, en 1875, que decenas de mujeres trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York, se manifestaron para protestar por la desigualdad salarial respecto a sus compañeros, a pesar de tener jornadas más extenuantes de trabajo.
Fue tan fuerte el mensaje que provocó esta protesta para el mundo, pues representaba el levantamiento de mujeres decididas a cambiar las reglas que, la policía prefirió actuar con una brutal agresión hacia ellas, asesinando a 120 trabajadoras.
Es duro pensar cuantas mujeres sufrieron, fueron violentadas, derramaron sangre o, incluso, se les arrebató la vida, por mantenerse firmes en la lucha de buscar cambiar y ofrecer un mejor mundo, con condiciones de equidad, por una vida más justa y libre para todas.
Sin embargo, cada acción, buena o mala, ha sido un estandarte para seguir luchando y trabajando por reconstruir la sociedad; buscando que cada día las mujeres puedan gozar de igualdad de trato, en el acceso a oportunidades laborales; en la remuneración adecuada y condiciones de trabajo dignas.
Sin menospreciar o hacer mención de avances chicos o grandes, ya que todos han sido igual de valiosos en cada momento de la historia; aún nos quedan desafíos pendientes para garantizar los derechos humanos de las mujeres, ante la desigualdad, discriminación y violencia que persiste.
Lamentablemente, en las últimas dos décadas se ha intensificado todo tipo de violencia contra niñas y mujeres. La violencia ha ocurrido tanto en las calles, en los espacios públicos, como en el propio hogar. Seguimos conociendo hechos repugnantes como el acoso sexual, que se presenta en la escuela, en el ámbito laboral, espacios públicos, cualquier lugar.
Por ello, la lucha de la mujer no puede desistir. Poco a poco entre nosotras seguimos haciendo el cambio; porque siempre hemos sido el pilar del hogar, la decisión, ese consejo sabio que orientó a los grandes hombres que; como lo dice el dicho, siempre estuvo detrás una gran mujer.
En el ámbito legislativo, podemos destacar que se han logrado implementar acciones; tales como, la creación de la Ley Olimpia, para sancionar la violencia digital; se tipificó la violencia política en razón de género; también se incorporó a la Constitución el delito de feminicidio, con procedimiento de prisión preventiva oficiosa; por mencionar algunos.
Por primera vez en la historia del Poder Legislativo Federal, se alcanzó una composición igualitaria del 50 por ciento de diputadas y diputados.
Este cambio ha sido tan trascendental, ya que la participación de la mujer en espacios de poder, implica que la toma de decisiones cuente con un enfoque real en materias de género, igualdad y erradicación de todas las formas de discriminación y violencia contra las mujeres.
Dejando por referente su importancia dentro del sistema, para trabajar en sus autonomías económica, física y política; fortaleciendo su rol en la economía, el desarrollo y la transformación social. Nunca más, el sexo débil.
Esta semana alusiva a la lucha de la mujer, no regales flores; regala tu compromiso de cambiar, de deconstruir mentes y juntos luchar por las condiciones dignas y justas que merecemos todos, mujeres y hombres, por igual.

Diputada Federal