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Esta generación eligió nuestra primera Presidenta

Dra. Verónica Arredondo

En un hecho histórico y sin parangón, Claudia Sheinbaum ha triunfado en la elección presidencial para dirigir el país durante el periodo 2024-2030. Es la primera vez que una mujer se convertirá en la máxima mandataria de la nación. Es la primera vez que una mujer será presidenta en México. Nuestra generación la eligió. Todavía no alcanzamos a dimensionar lo que ha ocurrido, pero si se me permite sugerirlo, esta es una de las transformaciones que de verdad necesitábamos. Nos ha costado décadas, pero estamos ante las puertas del cambio de paradigma.

Hace como cien años se conformaron las primeras ligas y encuentros feministas que demandaban la participación ciudadana de la mujer en la vida política del país. Porque no siempre hemos tenido derecho al voto; sufragar es un derecho que hemos tenido que ganárnoslo luchando. Hace como cien años, colectivas y grupos de mujeres, se organizaban para exigir a la nación visibilidad, justicia, igualdad. Y hoy, cien años después, reconocemos que tenían razón a través de la elección de la primera mujer presidenta de la nación.

A este hecho histórico, creo que tenemos que arribar con esperanza. Creo que tenemos derecho a esperar cambios sustanciales y de raíz para bien del país y la ciudadanía. Esta será la primera oportunidad que tenemos nosotras, las mujeres, de vernos representadas por una de nosotras en la máxima instancia del poder. Hemos sido representadas por otras mujeres en las cámaras, en gubernaturas, ha sido un buen intento, que ahora nos lleva a la siguiente para de la realidad.

Debemos reconocer nuestros logros, demandar con base en esos logros. No es que el país sea el mejor lugar para vivir, persisten las desigualdades, eso lo sabemos. Pero es un logro haber llegado, porque con Claudia de alguna manera llegamos todas, somos todas las mujeres mexicanas las que conformamos la nación, la sociedad. Somos todas las mujeres mexicanas que podremos presumir que una de nosotras, sí, una de nosotras, dirige las riendas de México y que esperamos que nos lleve a buen puerto. Eso es lo que tenemos que exigirle: que trabaje por el bien común.

Me siento orgullosa de las mujeres y hombres que participaron en las elecciones, las y los que votaron, opinaron, trabajaron. Yo sí me siento orgullosa tener una presidenta; me siento orgullosa de las estudiantes, de las amas de casa, de las obreras, de las oficinistas, de las científicas, de las profesionistas, de las empresarias. Me siento orgullosa de ser mujer y de que una mujer sea mi presidenta, porque hemos batallado en cientos de trincheras y durante décadas para que este momento se convirtiera en una realidad.

Supongo que ahora las expectativas crecerán, que Claudia Sheinbaum será juzgada con más exigencias que si fuera un hombre. Supongo que sus errores se magnificarán y que sus aciertos no se celebrarán. Supongo que examinarán su mandato con precisión milimétrica, que todo lo que haga o proponga, en un principio, será muy discutido y quizá hasta ignorado, ¿por qué?, porque es mujer. Pero porque es mujer, tiene más valor lo que ha logrado, lo que hemos logrado entre todas, porque le ha costado, y nos ha costado el triple de esfuerzo.

Cuando yo era niña, no me imaginaba que fuera testigo y que formara parte de este hecho histórico, pero lo agradezco. Agradezco a todas las mujeres que lucharon y que no se callaron. Me siento emocionada e ilusionada, quiero ver el desarrollo de la presidenta Claudia Sheinbaum, porque deseamos, necesitamos que lo haga bien, que dirigirá este país pensando en nosotras porque es una de nosotras. Y me encantaría ver a más mujeres en puestos de mando, de dirigencia, porque somos capaces de cambiar para bien las cosas que suceden en el mundo.

El camino es largo, pero lo estamos caminando juntas!