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DESORGANIZACIÓN Y MALICIA

Por: Isadora Santiváñez Rios

La construcción de un sistema de gobernabilidad debe gestarse desde la autoridad que ostenta el poder, ya que esta tendría que ser la más interesada en que sus aliados y opositores puedan construir, de manera conjunta, la estabilidad necesaria para garantizar el cumplimiento de las funciones administrativas y financieras de cualquier gobierno.
Carecer de formas, fondo y trato, puede generar un grave descontrol dentro de la administración púbica y de la vida política de cualquier entidad.
Los gobiernos que inician una nueva administración necesitan tomar como primer paso el acercamiento y la construcción de puentes de comunicación con todas las fuerzas políticas, principalmente con aquellas que, de inicio y esencia, no comulgan con el sistema de gobierno en el poder y por consiguiente, conciben a la política desde una ideología y percepción diferente.
La política se distingue por normar el oficio de la conducción de un Estado, así como la pugna por el control del poder; además, su principal función es la moderación entre el poder y los diversos intereses sociales, por lo que, el quehacer político se entiende de manera acertada como la construcción de puentes que permitan transitar en cada uno de los niveles de gobierno.
Es por tal motivo, que muchos gobiernos consolidan una estrategia de acercamiento con la oposición y buscan avalar y acreditar sus iniciativas y algunas de sus políticas publicas.
Sin embargo, durante los últimos años, con los gobiernos de Morena, ha iniciado una forma dictatorial de construir desde la autoridad, teniendo como insignia la sumisión y la toma unilateral de decisiones, lo que ha provocado una gran inestabilidad política en nuestro país, ya que si bien, estos gobiernos logran concretar desde el mayoriteo sus iniciativas, la realidad es que la falta de consensos limita su visión y también la acorta.
Cerrarse a otras opiniones y puntos de vista nubla la conciencia y determina una percepción equivocada de la realidad.
Un gobierno que busca transitar solo, está destinado al fracaso, al error y principalmente al rechazo justificado de las mayorías, cuando empiezas a alejarte de la clase política también lo haces de la ciudadanía, y ante ello, pierdes cualquier legitimidad.
La oposición no resulta ser un dolor de cabeza ni liderazgos que necesites considerar para aparentar, la oposición garantiza el equilibro del poder, la estabilidad política, la legitimidad en la toma de decisiones, pero, principalmente, es el reflejo de los resultados de un proceso democrático que tanto le ha costado al país.
Algo que los gobiernos de Morena no han logrado entender es que entre más se cierren a la diversidad, peores representantes serán de la sociedad, mientras tanto justifican su frustración dictatorial con desorganización, cuando evidentemente se cierran y excluyen por malicia.