Día de Muertos
Silvia Montes
DÍA DE MUERTOS exactamente se vivió en Zacatecas con la pérdida de tres elementos de la Policía Estatal que repelieron ataques de civiles armados cuya presencia en el estado es permanente sin lograr que el decretado “Año de la Paz” sea cierto.
SE VIVIÓ terror en los lugares donde se registraron los hechos. No quiero ni nombrarlos porque eso ahuyenta las visitas que de por sí han disminuido y que sólo se incrementan por motivos de una fe que ya no se vive con la tranquilidad de antaño.
LITERALMENTE fue “día de muertos”, insisto y lamentablemente se trató de elementos policiales que cayeron cumpliendo con su deber y cuyas familias desconozco si realmente recibirán una indemnización como la que merecen por estas pérdidas.
CON profundo dolor resulta lamentable percatarse de que termina el año supuestamente pacífico con homicidios dolosos que ignoro si afectan la cifra alegre de una disminución significativa abrogándose, desde el gobierno estatal, el “éxito” de una estrategia claramente fallida.
TRES OFICIALES menos de los que cubren plazas que los municipios ya no están en condiciones de atender porque su personal optó por el retiro que surge del temor y en otros casos por otros motivos que evidencian la enorme dificultad que afrontan los ayuntamientos.
ABATIDOS otros tres justo en el “día de muertos”, reitero, nos dicen que es poco probable sentirnos satisfechos con el decreto que establece paz porque los hechos ocurren a plena luz del día y la gente corre a esconderse por temor a ser alcanzados por una bala perdida.
EN DISTINTOS momentos han perecido integrantes de la corporación policíaca. La cuenta crece y los que permanecen seguramente lo hacen por la enorme necesidad del ingreso arriesgando la vida en una tierra donde no existen oportunidades de empleo.
ENFRENTAMIENTOS por otra parte, dejan en los lugares donde ocurre una sicosis que aún no sabemos enfrentar. Lo más doloroso es que los niños vivan a temprana edad estas experiencias. Es injusto y no vemos llegar el día de un cambio verdadero.
LA PENA y el miedo es lo que queda en lugares que fueron pacíficos en la convivencia vecinal. Nuestros paisanos de Estados Unidos viven a la distancia el mismo temor por sus seres queridos sin que alguien inspire alguna esperanza y si el gobierno federal la encarnara, es muy pronto todavía para pedir cuentas a la Presidenta Sheinbaum.
EN ZACATECAS el de la paz ha sido un año manchado de sangre. Casi llegamos al final y lo hacemos con esta clase de eventos que nos sacuden y nos remiten a la realidad que no alcanza a cubrirse con enunciados de papel que se confrontan con los hechos.
SIN LÍMITE posible no queda más que cuidarse en extremo. La noche fue por mucho tiempo el horario más temible pero eso también se acabó como los lugares céntricos, las plazas públicas, las presidencias municipales, las carreteras, todo es peligro. Terrible.
Periodista