Psicologa Maira Gallegos
LOS ABRAZOS Y SUS BENEFICIOS
Abrazar es acariciar el alma de la otra persona y proporcionarle un refugio entre nuestros brazos.
Gema Sánchez Cuevas.
A propósito del 21 de enero, Día Internacional del Abrazo, éste es el contacto que consiste en rodear con los brazos a otra persona. Este contacto contribuye a la mejora de las relaciones entre personas y especialmente entre parejas, padres e hijos o personas cercanas. Es la expresión que más se relaciona con las muestras de cariño y afectividad en nuestra cultura occidental. En los abrazos no hay necesidad de expresar palabras y aun así tienen un importante efecto fisiológico y emocional.
Al abrazar se segregan neurotransmisores, especialmente la oxitocina, que se relaciona con el placer. También se libera dopamina y serotonina, que son los encargados del buen humor y generan una sensación de armonía y plenitud, dosis que cargan al cuerpo de bienestar, pero también al alma. Está claro que entonces nuestro cerebro produce una respuesta química que genera un gran bienestar.
Además de lo anterior, reduce el estrés, regula la presión arterial y el ritmo cardiaco, mejora el flujo sanguíneo, favorece al sistema inmunológico, disminuye las probabilidades de padecer demencia, aporta sensaciones de seguridad, energía y fortaleza. En los niños estimula la hormona del crecimiento. Es esencialmente efectivo para el desarrollo de los bebés, tanto física como emocionalmente. De hecho, parte de los beneficios de la lactancia de la madre parten del contacto físico-íntimo y profundo que se genera entre la madre y el bebé durante el amamantamiento.
Este contacto físico mejora también las relaciones familiares, combate el insomnio, aumenta la autoestima, estimula el desarrollo y la supervivencia de las neuronas y puede prevenir enfermedades. Estudios demuestran que los abrazos mejoran la calidad de vida, pero también favorecen la longevidad, estimulan los sentidos y ayudan a controlar el apetito.
Personas que no reciben abrazos pueden desarrollar un ritmo cardiaco de 10 latidos más por minuto en comparación con quienes si lo hacen. Pueden también desarrollar hábitos negativos como comer de manera abundante y descontrolada, fumar o consumir alcohol en exceso.
Virginia Satir, psicoterapeuta familiar, ha encabezado estudios sobre los abrazos donde menciona que una persona necesita al menos cuatro diarios para soportar sus responsabilidades, ocho para proporcionar bienestar y 12 para promover su crecimiento personal.
Además, existe la abrazoterapia que se puede definir como una técnica ancestral, que usa el abrazo como el instrumento terapéutico para lograr la integración y equilibrar el cuerpo, la mente y las emociones. Por lo tanto, esta práctica de suministrar abrazos es un método de apoyo y un arte, que tiene el propósito de aliviar el dolor, mejorar la autoestima y hacer sentir bien.
Como menciona María del Carmen Torrado (especialista en terapia cognitivo-conductual en infancia y adolescencia), existen reglas importantes para dar un abrazo. De esta manera sirve como terapia sin afectar a otros. Lo primero es que todas las partes deben estar de acuerdo por medio de palabras o solo abriendo los brazos y estirarlos para esperar a que la otra persona acuda o por medio de palabras pidiéndolo. Puede haber un agradecimiento por el abrazo por medio de una palmada, una palabra o bendición. Al practicarlo debe ser con respeto, sin obligar a nadie, y completamente lleno de afecto y cariño.
Los abrazos pueden cuidar el corazón y además oxigenar los tejidos, lo cual también ayuda a prevenir el envejecimiento precoz, que se traduce en una mejor calidad de vida. Son una manera de enviar el mensaje “Me importas y eres importante”.
Sin el abrazo y sin el beso parecería que se está generando una distancia emocional y social con el otro. Las consecuencias de este distanciamiento están repercutiendo aún en la actualidad gracias a la anterior pandemia del COVID iniciada en el año de 2019. Los seres humanos son relacionales, sociales y emocionales por naturaleza ya que viven en comunidad.
Un abrazo ayuda a atenuar estados de ánimo negativos; genera seguridad, felicidad y afecto. Se recomienda realizar este sencillo acto para el bienestar psicológico, emocional y corporal, tanto en los infantes como en los adultos, ya que ayudará a acrecentar la alegría y la salud de los individuos.