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PROTECCIÓN A LAS INFANCIAS

Por: Isadora Santivañez Rios

A lo largo de los años, la legislación en México se ha adaptado para abordar temas de gran interés y sobre esto generar condiciones de protección a todos los sectores sociales, sin embargo aún queda mucho por hacer y la flexibilidad en el sistema de justicia penal permite dejar a un gran numero de delincuentes fuera de la cárcel o sin algún tipo de castigo, lo que puede generar problemas trascendentales, más si los delitos son de gravedad.
Ante esto, es indispensable garantizar condiciones de seguridad para los sectores más vulnerables, por lo que la protección de niñas, niños y adolescentes frente a cualquier forma de violencia es un deber constitucional y una responsabilidad ética del Estado.
Por lo que se puede decir que los delitos más atroces que pueden cometerse son contra las infancias, dentro de los que destacan el abuso sexual infantil, el cual por su gravedad, constituye una de las violaciones más lacerantes contra los derechos humanos de niñas y niños, atenta contra su dignidad, su integridad física y emocional y compromete seriamente su desarrollo, debido a sus secuelas profundas y permanentes, afectando su vida adulta y el tejido social en su conjunto.
En Zacatecas, los delitos sexuales contra menores han aumentado notablemente en los últimos años. Tan solo en 2023, se registraron más de 250 denuncias por este tipo de delitos, y el año subsecuente incrementó un 18%, aunque, se estima que la cifra real es mucho mayor, pero no se denuncia debido al silencio y a la impunidad.
El actual marco legal zacatecano contempla sanciones, pero estas resultan insuficientes para inhibir la comisión de estos delitos y garantizar justicia a las víctimas, por lo que es necesario establecer penas más severas, eliminar beneficios procesales para los agresores y ampliar la protección a las víctimas; además de reconocer como forma de abuso sexual infantil a la exposición de menores a actos sexuales, ya que esta situación también genera graves daños psicológicos. Según los expertos esto puede modificar incluso la orientación sexual de los menores, ya que ver en una edad temprana a un hombre o a una mujer desnudos, puede provocarles secuelas graves que les generen no volver a querer estar en una situación similar en su edad adulta, provocándoles rechazo a la intimidad. No olvidamos que la infancia marca de manera sustancial la vida adulta de cualquier individuo, por lo que nuestra legislación no debe ser laxa ni flexible, debe proteger en todos los entornos y sentidos a las infancias, para que no corran ningún tipo de riesgo traumático o algún peligro a su integridad física y emocional.
La protección de las infancias debe ser una prioridad para el Estado, ya que garantizar su sano desarrollo y cuidar el bien superior del menor, resulta fundamental para contar con sociedades más justas y equitativas, en donde los entornos sean seguros y de respeto.
El Estado debe fortalecer la protección jurídica de los menores, para ampliar las penas al abuso sexual infantil y tipificar otras formas de abuso que impliquen un daño al sano desarrollo de las infancias. Las niñas y niños deben ser prioridad.
Diputada Local