¡Maestro, guía del conocimiento y de un buen porvenir!
Sria. Bennelly J. Hernández Ruedas
Cada 15 de mayo, conmemoramos el día del maestro, una fecha en la que reconocemos a quienes, día con día, siembran y cultivan la semilla del saber; con el único propósito de preparar a ciudadanos con capacidades, habilidades y conocimientos, para lograr más y mejores oportunidades a futuro.
La figura del maestro es, uno de los pilares más importantes en la formación de individuos críticos, comprometidos y preparados para enfrentar los desafíos de la vida.
Desde los primeros años de vida hasta la etapa profesional, los maestros acompañan a sus estudiantes no solo en el aprendizaje de materias, sino en el descubrimiento de sí mismos.
En particular, puedo decir que nuestros maestros zacatecanos no solo enseñan, también escuchan, orientan y animan. Por ello, su impacto va más allá del aula; marcan nuestra vida; inspiran vocaciones; contribuyen a la construcción de una sociedad más justa, más consciente y más humana.
En nuestro estado, tan solo por su extensión y particulares demográficas, esta vocación cobra un sentido aún más profundo. Nuestros maestros enfrentan realidades que, muchas veces, ponen a prueba su resiliencia, su pasión y su compromiso.
Miles de docentes redoblan esfuerzos para garantizar que la educación llegue hasta el último rincón del estado, acudiendo a comunidades apartadas, entre cerros y caminos rurales, con el objetivo que ningún niño se quede sin aprender.
Es muchas veces la figura de confianza en quien los alumnos encuentran motivación para seguir adelante, incluso cuando las circunstancias no son favorables.
Por ello, un maestro se mantiene en una preparación constante. A pesar de que las condiciones no siempre son óptimas, los docentes preparan sus clases con entrega, buscan nuevas estrategias, se capacitan, incluso, deben adaptarse a los cambios, para formar a las futuras generaciones con más empatía, tolerancia y participación social.
En este día tan especial, con mucho cariño, reconozco con profunda admiración y respeto, a todos los maestros zacatecanos, mis colegas; aplaudo su esfuerzo, su constancia, su vocación de servicio.
Gracias por ser guías, por ser referentes, por sembrar esperanza. Por resistir, por adaptarse, por innovar. Sobre todo, por creer que un aula, por pequeña que sea, puede ser el punto de partida para cambiar el mundo.
Que la sociedad valore siempre la labor del docente, que se sigan dignificando sus condiciones y que nunca falte el respeto que merecen, quienes enseñan con el alma.
Porque detrás de cada buen ciudadano, de cada profesional, de cada sueño cumplido, hubo un maestro que creyó en él primero.
Correo electrónico:
bennelly.hernandez@zacatecas.gob,mx