Ningún tipo de violencia cabe en nuestra universidad
Dra. Verónica Arredondo
Ningún ejercicio de violencia debe de suceder en las universidades. Ninguna autoridad universitaria debe de hacer uso de su posición dentro y fuera de las instalaciones para aprovecharse de una persona. De hecho, ningún individuo debería de ejercer violencia sobre otro individuo. Es importante que todo lo que esté relacionado con una universidad, toda la gente: alumnos, maestros, directivos, sean claros, transparentes, honestos, porque representan a un lugar cuasi sagrado, desde el punto de vista cultural, educativo, formativo, científico, lo es, que es trascendental para el desarrollo de la comunidad, de un estado, de un país.
En Zacatecas, la violencia es un obstáculo que impide el crecimiento de zacatecanas y zacatecanos, resulta inconcebible que la violencia sea ejercida dentro de las instituciones, pero ocurre. Es más lamentable aún, que la máxima autoridad de la UAZ sea acusado y encontrado culpable de ejercer violencia sexual contra una menor de edad, vulnerando todos sus derechos y su confianza. La violencia sexual es un fenómeno que se manifiesta en Zacatecas, existen cifras al menos oficiales al respecto, pero seguramente la mayoría de delitos no son denunciados por las víctimas. De acuerdo con REDIM (Red por los Derechos de la Infancia en México), Zacatecas es el 25o estado con mayor población de niñas, niños y adolescentes, pero es la tercera entidad del país con mayor cantidad de homicidios/feminicidios contra las y los menores de edad. Es decir, nuestro amado terruño, no es seguro para las niñas y niños.
Por eso es inaceptable que la máxima autoridad de la máxima casa de estudios de Zacatecas, haya vulnerado la confianza y los derechos de una mujer, una menor de edad sí, una mujer. Es incomprensible que la UAZ no haya actuado hasta que el ahora exrector renunció. La comunidad estudiantil, el profesorado, no entendemos el porqué de la inacción. Esto no se trata de una cacería brujas ni de una denuncia cívica, se trata de un delito que ocurrió y pretende ser olvidado rápidamente, no sé con qué objetivo. No podemos permitir que la niñez, los adolescentes de Zacatecas supervivan a un régimen de terror e ignominia.
Creo que para muchas y muchos, lo que menos importa es el exrector. La justicia ocurrirá por medio de la inacción o como menos le afecte, como toda la vida y como siempre. Nosotras y nosotros estamos obligados, y queremos, a prevenir este tipo de delitos. No queremos convertirnos en policías de nuestra comunidad, porque sabemos que la policía solo cuida los intereses de los poderosos. Queremos salvaguardar a los nuestros, a nuestras infancias en primer lugar, de quienes quieren hacerles daño.
Las mujeres hemos sido violentadas, vulneradas, violadas, la mayor parte de la historia, una mayoría de tiempo abrumadora, así que no quiero que me digan que el feminismo es innecesario. El feminismo es muy necesario como acción social, cultural y política. Hablo del feminismo porque es la lucha que nos corresponde, el movimiento que ha ganado las batallas para que las mujeres tengamos voz y voto; vemos muchas veces, que en general los hombres nunca cederían ni un centímetro de poder y lugares en el mundo. El exrector pasó por encima de los derechos de una de nosotras, no le importó ni la humanidad.
Quisiera desear que no se vuelva a repetir un incidente de estas características, pero en el fondo sé que seguirá sucediendo porque nuestras resoluciones como sociedad no son firmes o responden a los intereses del poder. La UAZ no puede ser coto de delincuentes, de abusadores, de violadores. Ninguna violencia cabe en un lugar que genera conocimiento y avances sociales, artísticos, científicos. Indignación, enojo, repudio, es lo que siento en este momento. También me siento apenada, porque la universidad se quedó sin hacer nada.
Mi solidaridad y abrazo para con todas las mujeres víctimas de violencia.