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DIA DEL ESCRITOR

Sonia Ruíz

Hoy quiero rendir homenaje a los colaboradores de este Nopal, ya que, como escritores, de alguna manera son arquitectos de historias y custodios de la cultura que, a través de sus palabras, nos invitan a navegar por nuevos mudos mientras reflexionamos sobre sus pensamientos y sus formas de expresión, al mismo tiempo que vamos comprendiendo los aciertos y desaciertos de la sociedad y entonces, de alguna manera contribuyen significativamente al contenido cultural de una comunidad. Pero, ¿por qué el 13 de junio? Porque es la fecha de nacimiento de Leopoldo Lugones, quien fue un destacado poeta, ensayista y político argentino, quien fue el primer Presidente de la Sociedad argentina de Escritores (SADE). Lugones, es considerado una figura clave en la literatura Iberoamericana y un precursor que ayudó a definir la identidad literaria del país. Sus obras como “Las montañas de oro” y “La guerra gaucha” dejaron un legado duradero para las futuras generaciones.
Los escritores, aunque no lo sean de profesión, siempre van a tener un papel fundamental en la sociedad, cual fuera su línea; narrando historias, abordando temas humanos, temas científicos, sociales o políticos, siempre ofrecerán perspectivas que generan empatía o fomentan el pensamiento crítico. Nuestro país ha sido cuna de grandes autores: Elena Poniatowska, Sor Juana Inés de la Cruz, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Juan Rulfo, por mencionar algunos, han dejado una huella imborrable en la literatura de habla hispana y han puesto a México en el mapa literario mundial.
Este día, nos invita a reflexionar sobre el impacto de las letras en nuestra vida diaria, el escribir nos desafía a pensar, a sentir, a actuar. Es un arma poderosa para influir en la sociedad. Desde mi punto de vista muy personal, creo que los escritores de estas columnas lo hacen por diferentes motivos: Para comunicar, es decir, lo hacen desde un emisor hasta un receptor en diferentes contextos. Para entender, escribir nos ayuda a razonar, así aclaramos las razones sobre un hecho o un pensamiento. Para recordar, escribimos para recordar en el presente y en el futuro, la capacidad de una persona para recordar, es muy limitada y se deteriora con el tiempo. Para que nos recuerden, estarás de acuerdo que hay personas que hoy no se recuerdan si no fuera por los textos que dejaron escritos, escribir es una forma de hacernos eternos. Para desahogarse, escribir relaja y alivia, es una terapia para sacar los sentimientos, es un desahogo en momentos de tristeza o de alegría. Para divertirse, plasmar en letras nuestro pensamiento es divertido, algunas historias serán verídicas, otras quedan en sentimientos, pero a todas se les da forma mientras te diviertes. Para ordenar ideas, cuando escribimos, nos damos cuenta de las prioridades de la vida, nos damos cuenta de lo que verdaderamente es importante, de lo que es una urgencia y de lo que puede postergarse, en sí, al escribir ponemos ideas en orden. Otro motivo para escribir, es para mostrar inconformidad, reivindicar, cambiar la realidad. Con este motivo es con el que más me identifico porque al hacerlo, lo siento como una protesta, me siento a un orden preestablecido, quizá en la mayoría de las veces reflejo ideas que no son las que imperan. Esto aplica al lanzar mensajes de crítica al sistema. Porque lo necesitan, cuando sientes esa intensa fuerza de contar esa historia que llevas dentro, cuando necesitas propagar el fuego interno del paisaje que has visto, de esa persona que has conocido, de esa vivencia que te ha estremecido o simplemente dar esa opinión que sientes necesario dar. Para cumplir tus sueños, escribir tiene algo que forma parte de tu ADN, podemos tener miles de sueños, algunos inalcanzables, pero escribir, no entra en el kit de lo inalcanzable.