Sonia Ruíz
EL AJEDREZ, UN JUEGO ESTRATÉGICO
Juzgo importante hablar de este juego considerado, deporte, aunque obviamente tiene una dimensión social, educativa y terapéutica. Importante es recordar que se juega sobre un tablero cuadriculado de 8x8 casillas alternadas en blanco y negro, que constituyen las 64 posibles posiciones entre las que se mueven las piezas durante el desarrollo del juego. Al principio cada jugador tiene dieciséis piezas: un rey, una dama, dos alfiles, dos caballos, dos torres y ocho peones. La estrategia es para encontrar el objetivo que es encerrar al rey del oponente, lo que trae como resultado el jaque mate y el fin de la partida.
Este juego, entró a Europa a través de los árabes durante el siglo IX, específicamente a España y en el siglo XVI empezó la tradición de organizar competencias, teniendo el primer campeonato oficial del mundo de ajedrez en 1886, las competencias internacionales están reguladas por la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE). A finales del siglo XVI era Ruy López de Segura el mejor jugador del mundo. El niño prodigio del ajedrez llamado, Samuel Reshevky, de ocho años, derrota a varios maestros del ajedrez en unas partidas simultáneas en Francia.
Hay algo que siempre ha ocupado mi mente al momento de proponerme una partida y es la curiosidad por conocer el perfil psicológico de los ajedrecistas. Cuando fungí como subdirectora de promoción de la salud y Secretaria Técnica del Consejo Estatal contra las Adicciones (CECAZ), a nivel estatal, dentro de los múltiples eventos, cada año se conmemoraba el Día Internacional de la Lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas, el 26 de junio, era toda una fiesta deportiva con el torneo de ajedrez por equipos más grande de México, el Jaque Mate a las Drogas y este año se celebró la edición número 21, en el arranque de cada torneo, mi mente se trasporta a querer saber cómo será la psicología de cada jugador pues son categorías de niños de primaria, de secundaria y de escuela media superior. Estoy convencida que, aunque el ajedrez es ampliamente considerado el mejor ejemplo de actividad intelectual entre los juegos, existe muy poca evidencia entre capacidades cognitivas concretas y la pericia en el ajedrez, es decir, la correlación entre inteligencia y pericia en el ajedrez es muy estrecha, pues está comprobado que el factor que explica mejor el desempeño ajedrecístico es la práctica, no obstante que es evidente que este juego destacadamente intelectual requiere concentración, cálculo y capacidad de análisis. Pero, sin duda, hay otro aspecto que, evidentemente caracteriza a un ajedrecista y es su tipo de personalidad. Hay un estudio donde sacaron de acuerdo a un test aplicado a 219 niños que jugaban ajedrez, mismo que se aplicó a 50 niños que no lo jugaban, cuyos rasgos de personalidad fueron clasificados de acuerdo con el test de personalidad de los cinco grandes: 1. Apertura a nuevas experiencias 2. Responsabilidad 3. Extroversión 4. Amabilidad 5. Neuroticismo, sugería que era más probable que los niños con alta puntuación en los factores 1 y 3 fueran jugadores de ajedrez. Los niños varones que puntúan más alto en el 4, están menos interesados en el juego. Hay otros estudios que mencionan que aquellas personas cuya personalidad les hace placentera la búsqueda y experimentación de sensaciones nuevas y fuertes, se sienten mucho más atraídas por el juego que aquellas que evaden esas sensaciones, sin importar el género. Sin embargo, ningún estudio ha detectado que haya alguna correlación entre los rasgos de personalidad y la pericia ajedrecista de un jugador. Lo importante de todo esto es que hay 7 cosas que suceden a tu cuerpo cuando juegas ajedrez: desarrollo cognitivo, mejora la memoria, aumenta la creatividad, desarrollo de habilidades sociales, mejora el rendimiento académico, reducción del estrés y enriquecimiento cultural. Su práctica podría ser buena en la prevención de la demencia y está comprobado que existe un 33 % menos de riesgo en desarrollar Alzheimer, por consiguiente, jugar ajedrez, tiene un papel relevante para la salud mental.