Diciembre me gustó pa' festejarnos
Dra. Verónica Arredondo
Hemos vivido bajo el transcurso de un año con altibajos, como todos los años pues, pero este año, inmediato, quizás me hace pensar más vívidamente en el mismo que en otros. Decía que hemos vivido un año con altibajos, al menos en mi caso, porque ha habido buenos momentos y otros momentos complejos de experimentar, aunque creo que todo lo que ocurre pasa para crecer y desarrollarse. Me gusta verle el lado positivo a los hechos, si es que alguno tiene. Considero que los obstáculos se interponen para salvarlos. De las experiencias, por terribles que estas sean, hay que tratar de sacar un aprendizaje, una conclusión. O no.
Yo lo que creo es lo siguiente.
Como nación enfrentamos grandes retos, pero de ello hablaré en un próximo texto. Como sociedad, estamos aprendiendo a reconstruirnos y regenerarnos, después de décadas de unipartidismo y la dictadura perfecta. Como mujer advierto que más mujeres están buscando formas organizativas fuera del patriarcado; el sistema político, social, cultural, ciudadano, no está preparado para fomentar ni sostener un movimiento de tal magnitud y alguna cosa habrá que hacer para integrar todas las demandas y propuestas que pueden reestructurar el país para el bien de todas y todos.
Diciembre, final de año, para mí representa una forma de comenzar un ciclo; quizá ustedes se preguntarán, ¿cómo?, ¿por qué pienso eso?, si es la conclusión de un año. La respuesta es súper sencilla y en unas líneas adelante la revelaré. Entiendo que los ciclos comienzan y terminan, y que cada uno representa una cierta oportunidad de planear objetivos y metas. Entiendo que a veces logramos cumplir con eso y que otras veces erramos. Que cuando otro ciclo comienza, podemos tomar revancha.
Diciembre, para mí, es un mes que se presenta y representa el inicio simbólico de una oportunidad, ¿por qué? Resulta que es el mes en que nacieron mi papá, mi mamá y yo misma, diferentes días, diferentes años, pero mismo mes. Entonces algo tiene que significar la coincidencia, algo. No es fortuito. Me gusta pensar en la magia, en el destino, en las estrellas y el universo. Yo creo que la vida tiene un lenguaje que nos va indicando para dónde jalar. Mi papá, pese a las dificultades, goza de buena salud. Mi mamá es un roble y un cimiento importantísimo en la comunidad y en nuestra familia. Yo ahora estoy en Zacatecas con plena la intensión de integrarme y aportar mis conocimientos y experiencias recientes para fomentar el desarrollo social y científico. Es decir que, parece que las cosas, lo astros, se alínean para sostener un relato donde caben las esperanzas y las buenas nuevas.
Me gusta estar en Zacatecas, cerca de mi familia y de las amistades con las que crecí; cerca también de mis primeros colegas, excompañeros de aula con los que me introduje en el camino de las matemáticas. Es bueno y hermoso siempre recordar de donde viene una. Es bonito ver los colores y aroma zacatecanos. Recorrer las calles y admirar las construcciones y paisajes. Añoraba tanto estar aquí de esta forma, me siento feliz.
Nos veremos más seguido, estimadas y estimados lectores y lectoras. Espero tener la oportunidad de conversar con alguno de ustedes. Espero que podamos hacerle frente a todos los problemas que enfrentamos como comunidad, como región. Tenemos las fuerzas, los medios y, sobre todo, la gente. Zacatecana y zacatecanos con ideas e iniciativas para transformar la realidad para que podamos vivir en un mundo mejor.
Este no será mi último texto de este año, este texto es para saludar diciembre y hacerle saber que es mi me favorito. Feliz cumpleaños papá, feliz cumpleaños mamá, feliz cumpleaños a mí.
Post scriptum: merecemos vivir hermoso lugar, desde distintas perspectivas, zacatecanas y zacatecanos nos lo hemos ganado. Espero que estas fiestas decembrinas sean un respiro para la gente, y que haya felicidad y bondad en todos los hogares y corazones.



