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Por una prensa libre y viva

Por: Claudia Edith Anaya Mota

De acuerdo con la Asociación Artículo 19, durante el sexenio del ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa, fueron asesinados 48 periodistas, en el gobierno de Enrique Peña Nieto, sumaron 47; en el sexenio actual, de acuerdo a información de la propia Secretaría de Gobernación, van 47 casos y todavía faltan tres años para que concluya este periodo de gobierno.

A pesar de que existe un compromiso expreso del Ejecutivo Federal para “encontrar a los culpables”, la Subsecretaría de Derechos Humanos, Población y Migración ha reconocido que el 90% de estos crímenes quedan impunes.

En el Reporte de diciembre de 2018 a septiembre de 2021 de la citada Subsecretaría, señala que el 33% de estos casos se encuentran en investigación, 7% están judicializados, 5% tienen sentencia y el resto siguen sin acción penal.

Ante estas cifras, lo cierto es que el sexenio del gobierno encabezado por MORENA pasará a la historia como el gobierno con más periodistas asesinados en comparación con los dos sexenios anteriores y a pesar de que el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas tuvo un incremento de 88% de personas afiliadas, solo 495 de ellas son periodistas (155 mujeres y 340 hombres).

Debemos tener en cuenta que el Mecanismo surgió en 2012 como eje articulador y coordinador de las fuerzas del Estado mexicano para generar una política nacional; pero a 10 años de su creación, parece que las autoridades estatales y locales no están cumpliendo con sus responsabilidades, ya que lo que surgió como un Mecanismo extraordinario, se convirtió en una especie de ventanilla única de atención o la única política pública para atender este tipo de ataques.

Por ello, quiero expresar mi solidaridad con el gremio periodístico, porque debemos reconocer que el mecanismo de protección está debilitado y a esta situación de por sí ya de alerta, se suma la conducta del Presidente de México del viernes 11 de febrero, donde dio muestra de una intención del uso de las instituciones para amedrentar a un periodista por su trabajo de investigación, violentando incluso, los preceptos constitucionales.

Este comportamiento del Poder Ejecutivo Federal, la máxima figura de poder político en nuestra nación, resulta preocupante, porque este proceder tienden a imitarlo los gobernadores de su partido a nivel local, es decir, si el Presidente amenaza a uno o varios medios de comunicación, a uno o varios periodistas o los descalifica, los señala, los estigmatiza, y entonces, comienza a haber réplicas de los funcionarios en los estados.

No olvidemos que México es vergonzosamente, uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo, especialmente para aquellos que investigan temas “molestos” para los gobiernos o bien, los relacionados con el crimen organizado, según la Organización “Reporteros Sin Fronteras”.

La inusitada violencia provocada por el crimen organizado y ahora animada desde el Poder Federal y sus imitaciones a nivel estatal, ha traído como consecuencia mayores ataques a la prensa por su labor de investigar, de cuestionar e informar, que cabe subrayar que siempre lo han hecho, independientemente del partido o persona que esté al frente del poder político y público. Es necesario parar ya esta discurso retórico que solo alimenta más la violencia con más violencia.

*Senadora de la República.