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A 10 años de Ayotzinapa.

Por: Jenny González Arenas.

Hace 10 años México enfrentó una verdad, en nuestro país pueden desaparecer 43 estudiantes normalistas sin que nadie sepa que pasó.
Muchas versiones, muchas verdades, muchas incógnitas, pero lo más grave es que ni el gobierno en el que se suscitaron los hechos, ni el gobierno siguiente que tanto presumió su capacidad de resolver, fueron capaces de dar tranquilidad a las familias de los desaparecidos.
En México pueden pasar muchas cosas, lamentablemente, no todas las cosas que pasan son positivas, en el caso de los estudiantes desaparecidos muchas son las cosas que se han hecho mal.
Un grupo de expertos internacionales que buscando llegar a la verdad solicitó acceso a información que se les negó, violentando no sólo tratados internacionales, también negando a las familias la posibilidad de accede a la verdad, lo cual también es un derecho humano.
México enfrenta un escenario complicado, de polarización, de desesperación, de desconfianza en las instituciones y tardar 10 años en resolver un asunto tan mediático no es la mejor manera de iniciar la reconciliación social.
Tampoco se trata de minimizar los demás problemas que enfrenta nuestro país, todos los desaparecidos son importantes, todas las víctimas de delito merecen que se repare el daño, todas las personas tenemos derecho a la verdad, pero ante la visibilización de algunos problemas, la solución efectiva de esos problemas marca la pauta para la solución de otros similares contribuyendo de manera efectiva en ese proceso de justicia restaurativa.
Nuestro país necesita urgentemente solucionar los problemas estructurales, pero como país, es importante que se definan estrategias que permitan atender tanto lo urgente como todos los demás problemas; para llevar a cabo esa tarea se requiere de la participación de todas y todos los mexicanos.
Un espíritu social, de comunidad y de compañerismo, sin fomentar la división ni la confrontación, sino el trabajo colectivo en beneficio de todas y de todos. Sin Charitos ni fifis, pero si con mexicanos que pueden ser víctimas de la violencia o víctimas de un sistema que se ha deteriorado cada vez mas.
La construcción de instituciones sólidas, que permitan dar certeza a la ciudadanía, que den confianza, pero que también cuenten con las condiciones de trabajo necesarias para poder desempeñar sus funciones de manera efectiva, porque al final del día todas y todos, servidores públicos o no, somos ciudadanos y como tales merecemos respeto.
10 años o más para resolver un delito de tal magnitud que es increíble que no exista información fidedigna que permita conocer la verdad, ya no digamos castigar culpables, porque en un sistema de impunidad como el que hay en México, el castigo a los culpables es una tarea prácticamente imposible.
En un país de instituciones democráticas, cada cual tiene parte de responsabilidad en estos procesos sin conclusión. La investigación, las fiscalías también tienen parte de responsabilidad, pero cuando a ellos no se les deja hacer su trabajo, entonces desde ahí empezamos mal.
El fortalecimiento de las instituciones va desde la prevención, la fiscalización y la impartición de justicia, pero también con el respeto a la autonomía de poderes, a las funciones que cada cual tienen perfectamente delimitadas en un sistema democrático y que la ciudadanía aprendamos a diferenciar cual es la parte de responsabilidad que le corresponde a cada una. De eso se trata de respetar y de ser respetados, pero también de trabajar dentro del ámbito de nuestras competencias y de dejar que cada quien haga lo que le corresponde.
Acceder a la verdad es un derecho humano y una responsabilidad. 10 años es mucho tiempo.