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ESTRATEGIAS Y BUENOS PROPÓSITOS

Psicologa Maira Gallegos

No dejes que el ayer ocupe mucho espacio de tu hoy.
Winston Churchill
Fijarse metas es el secreto para un futuro grandioso.
Tony Robbins

Ya es una tradición que al inicio de un nuevo año la mayoría de las personas se fija metas para lograr a través de los llamados propósitos de nuevo año. En realidad, los propósitos deben ser permanentes sin tomar en cuenta el tiempo o la época para mejorar la vida y tener un mejor desarrollo personal.
Para cumplir con dichos propósitos es recomendable tener una estrategia, aunque sea básica. Se considera que la estrategia es un plan de acción diseñado para conseguir un objetivo. Las estrategias cuando no funcionan deben ser retomadas a través de un nuevo plan.
Las personas se fijan objetivos y en ocasiones deben realizar valientes pasos para admitir de qué manera quieren ganar algo en la vida, porque ésta tiene varios niveles o categorías que deben ser consideradas como fundamentales. Los principales propósitos se formulan para el trabajo, las finanzas, las relaciones de diferentes tipos y la salud física y mental. Para concretarlos o llevarlos a cabo es necesario realizar una combinación de estrategia, enfoque y compromiso. Por ejemplo, si alguien pierde su trabajo, fijar el propósito de obtener un nuevo empleo es un objetivo fácil de plantear. Ponerse objetivos no es un gran dilema, pero en realidad los trabajos no abundan, no llegan a la persona tan fácilmente. Ni tampoco es fácil conseguir un trabajo deslizando el dedo todo el día en una pantalla de teléfono. Para conseguir un nuevo trabajo se debe solicitar, cumplir con ciertos requisitos y acudir a entrevistas. Antes de eso se debe investigar el lugar donde se podría trabajar o contactar a una persona clave. Hay que pulir el currículum y otra serie de cosas más. Para cumplir con ese propósito (obtener un nuevo empleo) se requiere de una estrategia. Esta debe ser creada a la medida de la persona y visualizar bien los objetivos. Hay que tomar en cuenta las habilidades y hacer cálculos sobre las condiciones de un trabajo actual (si es que se cuenta con él). Todo ese conocimiento debe ser considerado como si fuera una llave útil para abrir la puerta de las oportunidades. Es necesario explotar y explorar el conjunto de habilidades con las que se cuenta para “abrir la puerta de otros trabajos”. Considerar cuánto tiempo se tiene para primero abrir la puerta de trabajar en el currículum. Y la de “cómo se puede seguir yendo a un trabajo actual sin renunciar a él hasta asegurar que ya se tiene el siguiente empleo que se quiere conseguir”.
Un requisito fundamental para acceder a una buena estrategia relacionada con un propósito es la concentración. Se debe concentrar en tareas pequeñas y manejables, una a la vez. Para la consecución de un trabajo es necesario tener presente el objetivo y establecer una estrategia, cuyo paso número uno, en este caso, es actualizar el currículum. Hay que calendarizar este paso. Reservar el tiempo suficiente para llevar a cabo esta acción y no distraerse en otras actividades. Hay que darse el tiempo y el espacio para hacer lo que se tenga que hacer y acercarse de manera segura al objetivo: actualizar el currículum a una hora determinada; comprar o tener una vestimenta adecuada para la entrevista y tomarse un tiempo para esto; darse cuenta de las habilidades que son adecuadas para calificar en un trabajo diferente o mejor. Ahí es donde el foco debe estar en el tiempo que sigue, que puede ser meses o años; al final, valdrá la pena por tener un trabajo diferente o mejor.
Luego, todo lo que se necesita saber es que una vez que se ha identificado la estrategia y se ha concentrado el enfoque se está preparado para comprometerse y cumplir con un propósito.
Si se quiere conseguir un nuevo trabajo, organizar una cena memorable, correr un maratón, limpiar la casa a profundidad, escribir un texto académico o un libro, etc., se tiene que tomar cada paso individual que llevará a cumplir con el propósito.
Los propósitos son cambios que se buscan y que no tienen que ser descomunales o extraordinarios. El propósito se traduce en la estrategia para conseguir aquello que se anhela y que se encuentra en las pequeñas acciones y en los pasos cotidianos para conseguir lo que se quiere. Una estrategia es tener esperanza como sentimiento positivo que impulsa y que da una sensación de confianza y que indica que es posible lograr lo que se quiere. La tarea es animarse y trabajar a diario para realizar los propósitos. Se debe entrar en acción y hacer uso de los recursos que se tienen en el momento, pero con un plan de tres aspectos decisivos:
- Conocerse, aceptarse, quererse y defender con asertividad lo que importa.
- Saber que no es posible controlar todo lo que sucede, pero sí poder elegir las actitudes frente a ello.
- Aprender a vivir conectados con la parte más autentica de uno mismo.