Después de la Huelga.
Por: Jenny González Arenas.
La Universidad Autónoma de Zacatecas juega un papel muy importante en la sociedad zacatecana. El rol que tiene va más allá de formadora de la juventud. Deberíamos ser ejemplo de dialogo, democracia, participación, innovación, cambio, actualización. Pero también debemos ser ejemplo de lucha, de dignidad, de congruencia, de independencia y autonomía.
La reciente huelga en la institución ha sido el escenario perfecto para desenmascarar muchos elementos que dejan descubierto la realidad en la que ha caído la institución en los últimos años – mínimamente veinte años a la fecha.
Se han desactivado las instancias de discusión y debate e ideas en la institución. Órganos de decisión como el Consejo Universitario, los Consejos Académicos de Área, los Consejos de Unidad ya no son, en la vía de los hechos, esos espacios de toma de decisión. No se han renovado conforme a la ley, no tienen la representación paritaria entre los sectores universitarios que deberían de tener, ni se concentran en la discusión de los temas de relevancia en los ámbitos de su competencia. Se han acabado el modelo democrático de toma de decisiones.
El modelo unipersonal y vertical de toma de decisiones tiene a la institución sumida en una crisis institucional en la que hasta la autonomía se está perdiendo de facto.
Para muestra de ello se tienen los adeudos que Gobierno del Estado tiene con la institución y que el rector no se ha tomado la molestia de cobrar; eso pone en clara tela de juicio la independencia de las autoridades universitarias, no sólo por la falta de gestión de un mejor presupuesto para la Universidad, sino por la nula capacidad de reclamar lo que se adeuda y eso no sólo pone en riesgo la viabilidad de la institución, sino que deja al descubierto la falta de compromiso de quienes dirigen la institución, puesto que piensan solo en quedar bien con el gobierno y no en consolidar a la institución.
En un ejercicio de participación democrática, desde el sindicato se ha dado muestra de participación, de reactivación de las instancias sindicales y de compromiso institucional.
Se ha demostrado que no es necesario pensar igual o pertenecer a un grupo, sino que se trazan objetivos comunes que permiten ir avanzando, no sólo en la consolidación de un sindicato verdaderamente autónomo, sino que el contrapeso es necesario para la mejora considerable, no sólo de la estabilidad laboral o de los derechos colectivos, sino de una institución que fortalece los mecanismos que permitan la mejora académica de la Universidad.
Personal Académico con mejores condiciones laborales tiene la posibilidad de realizar las funciones sustantivas universitarias con mayor calidad y compromiso. Garantizar mejores condiciones de jubilación puede permitir también, a largo plazo, condiciones de relevo generacional acorde al crecimiento y desarrollo poblacional.
La consolidación de un sindicato como contrapeso para el respeto de los derechos laborales es también la garantía de una universidad más fuerte. Este contrapeso no implica una división, sino el buscar objetivos comunes entre patrón y personal académico que nos permitan, desde nuestras trincheras, ir generando condiciones para una lucha conjunta por una mejor universidad, tanto internamente, como en la exigencia al Estado de un mejor presupuesto para garantizar mejor educación superior a la juventud zacatecana.
El contrapeso interno es necesario para fiscalizar un uso adecuado de los recursos, y la alianza es externa para buscar mejores condiciones para todas y todos.
Secretaria General del SPAUAZ