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EXPLOSIÓN EN ZACATECAS
Isadora Santibañez
El comercio local al igual que otros sectores de la población han pedido a las autoridades su apoyo; ahora fue el turno del sector de bares y antros; cuyos dueños informaron el desplome en las ventas y la baja afluencia turística durante el pasado periodo vacacional.
Lo sucedido en la Terraza la Condesa abonó a la problemática por la que atraviesa este ramo de la economía zacatecana, fue un golpe a la “tranquilidad” que tanto pregona el actual gobierno, fue un golpe a la esperanza de los ciudadanos que poco a poco iban creyendo en la discurso del bienestar y de La Paz.
Nuevamente Zacatecas es nota nacional, no por su avance en el turismo, o por su avance en la generación de empleos, tampoco por sus logros en materia de infraestructura en carreteras o el avance en la construcción de vialidades que mejorarán el tránsito en la zona conurbada.
No. Esta vez; fue noticia por los hechos sucedidos en un restaurante bar de la zona metropolitana. Y aunque ahora reconocieron lo ocurrido, no quita el miedo y la incertidumbre que vivieron los ciudadanos, principalmente de las zonas aledañas.
Hay muchas versiones, y las oficiales no concuerdan, por lo que es necesario que Gobierno del Estado plantee una estrategia más certera y realista, recordemos lo sucedido en la Fenaza el año pasado, el supuesto tanque de gas que generó varios heridos y en donde las versiones oficiales se contradijeron.
El hermetismo y la zozobra en el gobierno del estado continúa, y peor aún, en temas tan delicados como la seguridad. Lo acontecido ha estremecido no solo los muros de dicho bar, sino también la frágil percepción de seguridad que queda entre la ciudadanía. De acuerdo a lo comunicado, no hubo víctimas mortales esta vez, pero la normalización de la violencia es ya una condena silenciosa que pesa sobre todos.
Este hecho no puede tratarse como un simple incidente aislado ni como un caso más en las estadísticas que día con día se maquillan desde el gobierno de David Monreal Ávila. No se trata solo de un coche explotado.
Durante la administración de David Monreal, Zacatecas ha pasado de ser una tierra de trabajo y cultura a una tierra de miedo y silencio. Las promesas de recuperación de la paz han quedado enterradas entre discursos vacíos, simulaciones y estrategias de seguridad que no han dado resultados.
Mientras la ciudadanía vive con miedo, el gobernador parece vivir en otro Zacatecas. Uno ficticio. Uno en el que la violencia solo existe en comunicados tibios y conferencias con lenguaje técnico que no explica nada. Pero en las calles, en los bares, en las casas y en las escuelas, la violencia es real, es cotidiana, y cada vez más cercana.
La explosión en esta terraza, debió ser una alarma más. Pero en esta administración, las alarmas ya no despiertan a nadie. Ni siquiera a quienes tienen el deber de protegernos.
¡Es tiempo de que las autoridades despierten, la ciudadanía no cree en cifras maquilladas e informadas a modo. Necesitamos paz, seguridad y autoridades competentes que estén preparados para afrontar los problemas por los que atraviesa nuestro estado! Zacatecas merece un Gobierno que le responda.