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LA 3DE3, ¿UNA “MAMADA”?

Ricardo Monreal Ávila

 

El Diccionario de la Real Academia define el mexicanísimo término “mamada” como la “1. acción de succionar la leche de las mamas; 2. cantidad de leche que el niño mama cada vez que se pone al pecho”.

 

Después del término “güey”, “mamada” y sus derivados es la palabra más usada en el caló mexicano para transmitir sentimientos y emociones intensas de sorpresa, rechazo e indignación. Por ejemplo, el clásico “No mames güey” es la expresión juvenil más usual en nuestro país de acuerdo a los estudios sobre mexicanismos.

 

Este preámbulo viene al caso por lo acontecido el pasado fin de semana durante una conferencia de prensa ofrecida por el expresidente Vicente Fox en su rancho palaciego de San Cristóbal. Al ser interrogado sobre su disposición a presentar la “3de3” en su condición de usufructuario de una pensión pública vitalicia (el planteamiento se debe a AMLO), Vicente Fox montó en cólera y enseñó el cobre:

 

“Ese tres de tres es otra mamada más de los que roban y hacen creer a la gente que ellos serán los salvadores, y le quieren hacer creer a la gente que ya nadie roba. No va por ahí” (Milenio Diario, 22 de agosto 2016).

 

Es del dominio público que la ley “3de3” es una iniciativa de dos organizaciones de la sociedad civil, sin nexos formales con el gobierno, aunque sumamente estrechos con la iniciativa privada, como son Transparencia México (TM) y el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

 

Que se sepa, estas organizaciones no gubernamentales ni manejan ni viven formalmente de recursos fiscales, por lo que Fox debería definir qué tipo de robo o raterías le conoce a quienes públicamente promueven lo contrario: la transparencia y la rendición de cuentas.

 

Es una paradoja que el expresidente que impulsó la creación del Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI, hoy IFAI) no esté dispuesto a transparentar su patrimonio, su declaración fiscal ni sus posibles conflictos de interés, a pesar de reconocer explícitamente que su “chivo” (su manutención y alimentación) lo obtiene íntegro de la pensión que recibe como expresidente de México. Es decir, vive del presupuesto público.

 

Fox recibe 205 mil pesos mensuales por concepto de pensión. 95 mil pesos que los 300 mil pesos mensuales que recibe Carlos Slim, el hombre más rico de México, como director general del consorcio de empresas agrupadas en Carso (América Móvil, Telmex, Sanborns, Sears, etc.). El ingreso público de Fox --y de los demás expresidentes--,  lo ubica en un grupo privilegiado de mexicanos; en la punta de la pirámide salarial, ya que sólo el 0.5% de la población trabajadora del país percibe ese ingreso.

 

No obstante ello, esta pensión vitalicia no le alcanza al expresidente, ya que confiesa estar frecuentemente en “cartera vencida” al no pagar sus cuentas de crédito y no tiene “dinero escondido” para sufragar esas deudas, ni él ni “la señora Marta”.

 

La pensión más alta que autoriza el IMSS es de 35 mil pesos mensuales, para un empleado que se jubila con nivel directivo alto en una empresa privada. Esto significa que ese empleado debió haber pagado en los últimos 5 años de vida laboral alrededor de 15 mil pesos mensuales por concepto de pensión, servicio médico, cesantía, fondo de vivienda y otras prestaciones.

 

Un jubilado que gana 35 mil pesos mensuales es un verdadero aristócrata y burócrata o empleado privado privilegiado. Pero el que gana 20 5 mil pesos mensuales es un verdadero faraón del presupuesto. Es casi el paraíso terrenal. Pero ante todo es un ofensa frente a los mexicanos adultos mayores que no ganan ni una pensión o lo miles de mexicanas y mexicanos retirados cuya pensión mensual es de 3 mil pesos. Esto sí que es una verdadera y auténtica “mamada” dirían los jóvenes Millenials

 

La resistencia del expresidente Fox a rendir cuentas de lo que tiene y lo que gasta (por ejemplo, la remodelación y mantenimiento del versallesco Rancho San Cristóbal, con sus caballerizas, jardines y lago artificial, así como los viajes al extranjero y el equipo de asesores y guaruras que le acompañan), pinta de cuerpo entero la máxima que rige las políticas públicas de rendición de cuentas en el país, así como las medidas anticorrupción desde que Miguel de la Madrid creó la Contraloría de la Federación: hágase la transparencia en las mulas de mi vecino, de mis opositores y de los ciudadanos, pero no en las mías ni en las de mis cuates o cómplices.

 

La vulgar negativa de Fox a presentar su 3de3, además de exhibirlo como un ideólogo sofisticado de la opacidad, nos lleva a una pregunta de fondo: ¿deben los expresidentes de México transparentar y rendir cuentas de su patrimonio e ingresos?

 

La respuesta es sí, por supuesto. En primer lugar, la pensión que reciben los expresidentes es un recurso fiscal proveniente del Presupuesto de Egresos de la Federación, y el principio de transparencia es que todo centavo público puede y debe ser auditable y fiscalizable, incluso los rubros reservados como el gasto en seguridad nacional.

 

En segundo lugar, de los cinco expresidentes que tiene el país (Luis Echeverría, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón), los tres últimos mantienen un activismo público notable. Felipe Calderón, el expresidente que más caro le cuesta al país por los equipos de seguridad destinados a él, a su esposa y a su familia, hace abierto proselitismo partidista a favor del PAN y hasta del PRD, sin rendir públicamente cuentas de nada a nadie.

 

En tercer término, los más de 50 millones de pesos al año que los expresidentes y sus ayudantes cuestan al país, no es cualquiera “mamada”. Con ellos se podría ampliar en 50 millones de litros al año el programa de abasto popular de Liconsa y se garantizaría la lactancia primaria de los niños indígenas en extrema pobreza de tres estados. Ellos sí necesitan mamar del lácteo presupuesto federal, no los expresidentes de la República.

 

En conclusión, ¿deben los expresidentes recibir o no una pensión vitalicia? Y en caso afirmativo: ¿deben o no presentar y difundir sus 3de3? Este es el fondo.

 

ricardomonrala@yahoo.com.mx

Twitter: @ricardomonreala

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