“A la Rapunsel”
Por LA MADA (Magdalena Edith Carrillo Mendívil)
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Tratando de deshacer lo hecho me enredé hasta los hombros,
mis propias palabras se trenzaron en cabelleras inexistentes, la Rapunsel de mis cuentos y mentiras me arrojó bajo la torre, yo, temerosa como siempre a las alturas cerré los ojos, caída libre, eterna novedad siempre renovable.
Ahora la novedad es ya obsoleta, los medios lo estropean todo, ya nada es sorpresa, ni siquiera fueron sorprendentes tus simpáticas mentiras, esas que fluían tan libres. Eran fácil creerlas, tanto que al final terminé llorando de la risa…
Tu estupidez rozó frágilmente los límites de mi lucidez.
Inevitable combatir la ceguera de lo evidente.
El frágil velo es capaz de distorsionar la verdad, la cubre, la transforma… casi la borra.
A contra luz la matiza, la vuelve etérea y es cuando la verdad se vuelve irreal, incomprensible. La verdad se vuelve mentira…y es entonces que la creemos.
Ambiguo sonido entre Lithium y la cuerda que le das a tu reloj.
No acabo de entender la historia;
todo quedaba entre la ternura ligeramente sarcástica de un cuento corto de Benedetti, el cándido cachondeo de Vargas Llosa… y siempre, tú mirada de cronopio fija, analizando a este especie de Maga apenas descrita por Cortázar.
Estamos perdidos en un intangible túnel debatiendo con Sábato… Corro tras hojas perdidas, inalcanzables, Creo, imagino historias jamás escritas,
las escribo sobre sueños que al despertar se desvanecen y al menos, por un momento vuelvo a sentir ese beso, tu eterno, tu imposible beso.
P.d. Hasta lo más extraño tiene una explicación…si no la tiene con gusto se la invento, ¿dígame usted, que historia necesita? Nos ajustamos a sus necesidades y tiempos. Advertencia: las historias absurdas develan verdades… de usted depende si se expone. No se aceptan reclamaciones.
Ahora sí, fin.