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Reanima Tello al Corporativismo en Zacatecas

Por Norma Beatriz Luévano O.
Mientras en el país se libra una guerra bestial entre gobernadores y demás políticos de variado rango (sin menospreciar al propio presidente),  por conquistar el primer lugar en corrupción y excesos, en Zacatecas pareciera que a juicio de Alejandro Tello Cristerna, gobernador,  la situación todavía aguanta un piano, cuando así las cosas derrocha optimismo al anunciar  a los burócratas de nivel de confianza del estado que tendrán que afiliarse al PRI y cooperar con parte de su quincena a los innumerables gastos del organismo político en agradecimiento por conseguirles empleo, cual agencia de colocación.
Según la nota publicada por el periódico Imagen el lunes 24 del cuarto mes,  el mandatario estatal habría hecho llegar el mensaje a los funcionarios por medio de Jorge Durán y Juan Francisco del Real, presidente del PRI y jefe de la oficina del gobernador, respectivamente, quienes según refiere el reporte se reunieron con los empleados estatales el pasado 20 de abril.
La historia narra que ambos funcionarios habrían persuadido a las víctimas de dar su mochada argumentándoles que están en deuda con el gobernador y con el PRI por darles trabajo.
¿Por qué no nos sorprende? Cuando acariciábamos la romántica idea de que ya habíamos trascendido, un poco, al viejo corporativismo priísta, viene Tello Cristerna a aterrizarnos con tal atrevimiento, como si el horno estuviera para bollos.
Está claro que la tan añeja tradición priísta de coptar y controlar al sector obrero, campesino y popular limitando su participación social y política está lejos de convertirse en historia. Aún por encima de una sociedad cada vez más informada y letrada, los tentáculos del poder corrupto se abren paso y se fortalecen con el miedo social a la pobreza.
Aunque los responsables siempre tendrán maneras de desacreditar este tipo de noticias, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales y el propio Instituto Electoral del Estado deberán investigar a fondo el hecho y aprovechar la oportunidad de ganar algo de confianza social.
En cuanto al mandatario estatal, vale expresar que a meses tan sólo de asumir el cargo son varias ya las promesas de campaña incumplidas, como la de buscar a los “mejores perfiles” para integrar su gabinete. Ingenuos nosotros creímos que se refería a los más cualificados, cuando las evidencias muestran que se trataba de los más convenientes a sus intereses y los del partido que lo llevó al poder. Por otro lado, si la lógica es pagar empleos con afiliación y diezmo, entonces los zacatecanos bien merecen que en muestra de agradecimiento por conseguirle una mega chamba de cinco años, su gobernador pague el favor afiliándose a sus causas o mínimo cumpla con las que él quiso comprometerse en el remedo de contrato unilateral que creó y firmó en campaña ante notario.
Todo indica que de esto tendremos que soportar otros cuatro largos años y cinco meses, pues la promesa “si no cumplo me voy” nos puede recordar una frase de Quevedo: “nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir”.

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