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POR QUE UNA CONTRALORIA SOCIAL o CIUDADANA

Dr. José de Jesús Reyes Ruiz

Para documentar mi pesimismo… y el de los demás

Hace ya más de 30 años que en una fallida cruzada moral, el entonces presidente de la republica Miguel de la Madrid propuso una nueva institución que estaría encargada – en apariencia – de vigilarle las manos a los encargados de gobernar – hubiera hecho mil veces más si hubiera dejado a un lado los intereses de su pupilo Carlos Salinas de Gortari y a los tecnócratas ya que con ellos se inicio de la parte más triste de la historia de nuestro país; los 30 años de políticas neoliberales generadoras de mayor pobreza y mayor inequidad, pero eso si alimentadores de mexicanos en las listas de Forbes, que durante muchos años estuvo liderada por Carlos Slim, el mayor beneficiado de las políticas privatizadoras iniciadas e instituidas por el propio innombrable.

Fue así como nace una institución más - con todos los costos que ello implica y con nula utilidad real para el pueblo de México - la Contraloría Superior de la Federación se convertiría en Secretaria de la Función Publica con ya no digamos magros sino nulos resultados.

El señor de las botas, el de la lengua larga, de las ideas cortas y de un cerebro no superior a una almendra, Vicente Fox salió en su momento a afirmar que esta secretaria ahora sí, bajo su mandato se encargaría de pescar los peses más gordos, pero ni a charales pequeños logro consignar, y valla que durante su sexenio y los que le siguieron la corrupción se incrementó exponencialmente.

Y así llegamos a los tiempos actuales en donde sí se realizara un estudio de costo beneficio de esta Secretaria ha logrado en favor de aquellos que costean sus enormes recursos, entenderíamos porque en este país, no hay dinero que alcance y los beneficios de tal dispendio resultan prácticamente en nada. Que alguien nos diga que pez gordo ha caído en las redes de esta institución que ni si quiera podemos llamar mediocre.

Uno de los momentos más tristes de la historia reciente de nuestro país; nos recuerdan que durante el sexenio que ya casi termina – gracias a Dios – la sociedad exigió una investigación seria en el caso de La Casa Blanca, una mansión en Las Lomas con un costo aproximado de 7 millones de dólares y que pueden estar seguros le fue otorgada como un presente por parte de la compañía española OHL y otras como HIGA por los servicios ofrecidos a ambas – multimillonarios contratos – otorgados por el entonces gobernador del Estado de México y después candidato a la Presidencia de la Republica, y después ya como presidente.

Un obsequio menor si se toman en cuenta los enormes contratos establecidos entre ambas partes, y claro había que darle también un regalito al segundo de abordo, el ya famoso Virrey Videgaray, (aquel que se encarga de tenernos de rodillas frente al imperio del norte que vive bajo el reinado de un señor racista como el que más, que odia a los morenos mexicanos más que a nadie en este mundo) con una mansión de menor valor pero no por ello despreciable, la también famosa casa de Malinalco.

Cuando esta información salió a la luz gracias a la investigación de los periodistas de Carmen Aristegui, la respuesta de la sociedad no se hiso esperar, y este hecho conjuntamente con la desaparición de 43 estudiantes de la escuela Normal Rural de Ayotzinapa, fueron los dos hechos que marcaron el parte aguas en la administración del Sr. Peña y el inicio de su declive vertical que hoy en día le convierte en el más criticado presidente de la historia de nuestro país...

La respuesta que se le ocurrió al señor de los pinos y a sus asesores, es nombrar como titular de la Secretaria de la función pública - que tenía ya un largo tiempo sin una cabeza – a un personaje suigeneris, bajito, con caireles hechos a propósito de una ya de por si escaza cabellera, que como rezaría el refrán pupilar, si no hubiera nacido habría sido inventado por Walt Disney.

Este señor siempre servil al mandamás recibió con gusto la encomienda de investigar a su jefe, y suponemos siguió – como estaba – durmiendo el sueño de los justos como lo hace el carnal Cervantes - y un año más tarde sale a exonerar de toda culpa a su jefecito – a sus órdenes jefeeeeee –en el entendido que esta, la justicia divina, sería suficiente para que la sociedad dejara de pensar mal en el jefe del ejecutivo. Pero resulto todo lo contrario, solo a un retrasado mental podría habérsele ocurrido otro desenlace… ¿o que se esperaba de esta farsa?

Y aquí en estas tierras dejadas de la mano de Dios se dieron cosas que bien podrían plantearse como paralelas a lo que sucedió entonces en la federación, el sexenio que recién termino de Miguel Alonso se pasó de la mano en la práctica de mil y una irregularidades y mil y una corruptelas que se quedaron impunes sin pasar desapercibidas por la sociedad, y que obviamente incrementaron exponencialmente la deuda que tendremos que cubrir la sociedad zacatecana por generaciones.

Y como diría el tres veces grande(Hermes Trimegistos) - como arriba es abajo - aquí nuestras gloriosas instituciones no podrían quedarse atrás, la Secretaria de la función pública local quien al frente tiene a una mujer también de caireles en el peinado, Paula Rey quien recibió - arriba de la mesa - la indicación de investigar “hasta sus últimas consecuencias” y “caiga quien caiga” sobre las corruptelas del sexenio previo, pero bajo la mesa recibe la indicación de NO HACER NADA y claro, hacer como que hace – inhabilitando a alguno de los culpables – con el único objetivo de inmunizarlos es decir vacunarlos para que ninguna otra institución ni local ni federal pueda someterlos a juicio por la misma causa, ya que - de mí se acuerdan - estos señores serán exculpados en un futuro a corto plazo y se les liberara de toda culpa por no encontrar evidencia alguna de peculado, y colorín colorado, este cuento se habrá terminado.

Con estos escenarios dantescos, la pregunta, pero sobre todo la respuesta no puede esquivarse, y es la siguiente: Si las instituciones no hacen el trabajo, la sociedad tendrá que tomar las riendas de estos como de muchos otros asuntos dejando el cómodo sillón del espectador para participar en forma activa en la conducción correcta de esta sociedad que tan manipulada ha sido por la clase política de todos los colores – léase que no podemos decir ideologías – encontrar las respuestas, exhibir a los responsables, ponerlos contra la pared y finalmente exigir que las instituciones – antes de mandarlas de una vez por todas al diablo – hagan el trabajo para el que fueron diseñadas.

Sera – no me queda duda – la sociedad la que encontrara la punta de la madeja y la desenredara para que la ciudadanía sepa quiénes son los verdaderamente responsables de la ruina en la que vivimos.

En un país donde la transición no ha terminado por consolidarse, donde la democracia resulta una de las más costosas del mundo entero, donde con los dineros - tanto del erario como de orígenes obscuros como el tráfico de droga y el lavado - se logra ganar elecciones en contra de la voluntad de la mayoría como recientemente sucedió en el Estado de México. En un país donde la voluntad del pueblo es pisoteada por aquellos que dominan lo que muchos conocen como establishment mientras que otros se refiere a esa elite como la mafia del poder, la ciudadanía, las bases deben - con el objeto de pensar que se tiene algún futuro – que tomar las riendas en sus propias manos a sabiendas que las clases gobernantes no lo harán porque sus intereses son otros muy lejanos a los intereses del pueblo.

Es por ello que en el combate de uno de los principales problemas que aquejan a nuestra sociedad es el de la corrupción que se alimenta de su hermana la impunidad, la ciudadanía tiene que utilizar todas las armas – que no son muchas – que estén a su disposición para investigar lo que las instituciones no han investigado, es decir sacar a la luz los actos de corrupción que son del dominio popular, y exhibir, es decir poner en evidencia a quienes los cometieron, y obtener por las vías que tenga en sus manos la información para poder exigir a las instituciones que realicen el trabajo que no se les da la gana – por razones obvias – realizar, y también poner en evidencia a las instituciones a través de la denuncia pública que se encargue de refrescar la memoria una y otra vez - las veces que sea necesario - hasta que la sociedad harta ya de tanta permisividad, alce la voz y exija cuentas claras a los responsables del desfalco.

La ciudadanía, la Sociedad Civil ya ha demostrado en el pasado olvidarse de las autoridades y tomar las riendas de la acción que se requiere en un particular momento de su historia, lo hicieron en el 85 con el gran temblor que destruyó parcialmente la ciudad de México, el entonces presidente inicialmente paralizado por el desastre, se vio rebasado con creces por una sociedad que no iba a quedarse esperando sentada que tomara tardíamente las decisiones pertinentes, tomo las riendas y actuó, nadie lo olvida, lo está haciendo nuevamente con el gran sismo de Oaxaca y Chiapas no se esperó y no cree en la demagogia que les dice al oído no están solos, prefiere el apoyo que proviene de la CNTE o del creador Toledo y actúa en consecuencia.

Así lo hiso cuando el tema de la inseguridad y la violencia se le salió de las manos a las instituciones creando las guardias locales que muchas veces por razones obvias fueron infiltradas por las fuerzas de los carteles y por el mismo gobierno - que muchas veces son una y la misma cosa - y que terminaron – muchos de ellos – como algunos de sus dirigentes – Dr. Mireles – como presos políticos en cárceles de máxima seguridad para que el secreto de esa asociación gobierno - delincuencia organizada quedara oculto.

Son estos los tiempos de la sociedad, no hay alternativas tenemos que actuar, hoy o nunca..

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