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Derechos Humanos de los pacientes.

Por: Jenny González Arenas.
Ante un mundo globalizado que habla de los derechos humanos en todos
los temas, la medicina no podía, ni debía quedar exenta. Es un tema que atañe a
todos, niños y niñas, jóvenes, adultos, hombres, mujeres, personas de todas las
razas, de todas las religiones, de todos los estratos sociales y de todas las
preferencias sexuales que pueden presentar un problema de salud.
De la misma manera, los médicos se ven inmersos en todo tipo de
disyuntivas en su vida profesional, que repercute, no solo en la salud, sino en la
vida, en la familia, inclusive, en el entorno de una persona.
De esta forma, es importante que hablemos un poco sobre el tema de los
derechos médico – paciente. En este tema se esta dando algo parecido a la
situación que no encontramos en el entorno infantil o en el entorno laboral o en el
bancario y que no se han marcado los límites necesarios. Se habla hasta el
cansancio de los derechos de los clientes, o de los derechos de los niños o de
los derechos de los trabajadores y, sin conceder demasiado, debemos decir que
mucho se habla de derechos pero muy poco de obligaciones y no solo de los
médicos o los banqueros o los patrones, sino de quienes ejercen los derechos,
como lo son los niños, los trabajadores o los pacientes.
Si bien la CONAMED ha sido un organismo que se ha encargado de
difundir ampliamente los derechos de los pacientes, poco o nada ha hecho para
generar una cultura de respeto mutuo en la relación médico – paciente, porque
tanto el paciente se puede encontrar en una situación de desventaja frente al
médico, como el médico puede ser víctima de un paciente que le oculta
información o le engaña en sus padecimientos o malestares, muchos pueden
decir que en la pericia del médico estará el determinar si lo están engañando con
el padecimiento, pero también es cierto que hay situaciones que ponen en riesgo
la vida del médico que el paciente le oculta como una enfermedad contagiosa o
si ha seguido o no el tratamiento de manera exacta según las indicaciones que le
ha dado su doctor.

Es por ello que en una relación como la médico - paciente, no se puede
hacer responsable al doctor de todo lo malo que suceda en esa relación, puesto
que en las relaciones profesionales entre personas, siempre hay una
corresponsabilidad, y esta no puede ser la excepción.
Mucho se habla de que el paciente tiene derecho a un expediente clínico, y
a ser informado o a firmar un consentimiento informado, a que se le proporcione
una segunda opinión en caso de solicitarlo, pero poco se habla del derecho que
tiene el médico a ser tratado con respeto, a que su opinión profesional sea
tomada en cuenta, a recibir todos los datos médicos que estando en posesión de
su paciente puedan contribuir a un mejor diagnóstico o tratamiento, en fin, una
serie de derechos que no se les respetan a los doctores y que en ocasiones ni
ellos saben que los tienen, incluso frente a la institución en la que laboran que
eta obligada a proporcionarles las herramientas de trabajo suficientes para su
desempeño, que cuenten con el instrumental, medicamentos, personal auxiliar,
instalaciones adecuadas al servicio en el que prestan sus servicios.
Finalmente, la corresponsabilidad entre médico – paciente, parte de la
información que ambos tengan tanto de sus derechos como de sus obligaciones,
no se trata de que solo una de las partes se sienta comprometida y la otra sienta
que tiene el derecho a que nada le pase, se trata de que sepamos que somos
personas, tanto los médicos como los pacientes y que hay límites tanto al
conocimiento y la capacidad humana así como que se respete la integridad de
ambas partes.