INSEGURIDAD, TALÓN DE AQUILES
Por: Arturo Nahle G.
En los primeros cinco meses del 2005 a la nueva Gobernadora de Zacatecas Amalia García le reportaron solo 208 robos con violencia, seis años después (en el 2013) al nuevo Gobernador Miguel Alonso el número de robos con violencia se le quintuplicó, y seis años después (en el 2017) al nuevo Gobernador Alejandro Tello afortunadamente le bajó el número de robos violentos.
En cuanto a los homicidios dolosos, en los primeros cinco meses del 2005 a Amalia García le reportaron solo 18 homicidios dolosos, seis años después (en el 2013) a Miguel Alonso se le incrementaron de 18 a 61, pero seis años después (en el 2017) al Contador Tello se le dispararon a 203 homicidios.
Por lo que hace a los secuestros, en los primeros cinco meses del 2005 a Amalia García le reportaron solo 2 secuestros, seis años después (en el 2013) a Miguel Alonso le reportaron 14, y seis años después (en el 2017) a Alejandro Tello se le duplicó a 28 secuestros.
Pues el mismo fenómeno se ha apreciado en el ámbito nacional, en los primeros cinco meses del 2007 al nuevo Presidente de México Felipe Calderón le reportaron casi 65 mil robos con violencia, seis años después a Peña Nieto el número de robos violentos le subió a casi 90 mil y en los primeros cinco meses de este 2019 a López Obrador se le disparó a casi 113 mil.
Lo mismo pasó con los homicidios dolosos, en los primeros cinco meses del Calderonismo se registraron 4,350 muertes violentas, seis años después a Peña Nieto el número de muertos le creció a casi 7,800 y en los primeros cinco meses de este 2019 a López Obrador el muertómetro le creció a más de 12 mil.
Por lo que hace a los secuestros, en los primeros cinco meses del 2007 le reportaron a Calderón 180 secuestros, seis años después a Peña Nieto se le disparó a 679 secuestros, y en los primeros cinco meses de este 2019 con el Gobierno de López Obrador el número de secuestros afortunadamente ha bajado.
¿Qué está pasando en Zacatecas y en todo país? ¿Por qué la violencia no cesa? ¿por qué incluso sigue a la alza?
En el caso de Zacatecas podríamos echarle la culpa a la creciente presencia de grupos delincuenciales: con Amalia García solo tenía presencia en el Estado un Cártel (los Zetas), con Miguel Alonso apareció otro grupo (el Cártel del Golfo) y con el actual Gobernador ya perdimos la cuenta (los Zetas, los Golfos, los Talibanes, el Cártel del Noreste, Jalisco Nueva Generación, Sinaloa y los que se acumulen).
En el ámbito nacional podríamos culpar a las estrategias fallidas de los Presidentes. No funcionó la Guerra de Calderón, no funcionó la política dizque preventiva de Peña Nieto y con López Obrador la Guardia Nacional no acaba de nacer y está más ocupada en blindar la frontera sur de los indocumentados centroamericanos que en combatir a los incontables grupos delictivos que se mueven a sus anchas por todo el territorio.
Yo creo que no son los recortes presupuestales el “Talón de Aquiles” de los Gobernadores; no es la economía o el estilito tropical el “Talón de Aquiles” del Presidente de la República; el “Talón de Aquiles” del país desde hace 15 años ha sido y sigue siendo la inseguridad, la violencia desbordada que está más allá del trasiego de drogas o del huachicol.
Con el nuevo siglo y el nuevo milenio no despertó el México Bronco que presagiaba Porfirio Díaz, no, despertó el México Delincuencial producto del desempleo, de la pobreza, la corrupción, la impunidad, las adicciones, la crisis de valores y otros males que se fueron acumulando a lo largo de los años.
Podemos vivir sin un nuevo aeropuerto, sin el Fondo Minero, sin el Consejo de Promoción Turística, sin el Fondo para los Pueblos Mágicos, sin el Prospera, sin Estancias Infantiles, sin el Inadem; también sin las Tandas para el Bienestar o las Becas Benito Juárez. Con lo que no podemos vivir es con miedo, con miedo de perder en cualquier momento y en cualquier lugar nuestra libertad, nuestro patrimonio o incluso nuestra vida.
La inseguridad es el “Talón de Aquiles” de todos y por lo mismo el combate a este flagelo tiene que estar en el centro de todas las políticas públicas, por encima de colores o ideologías políticas, por encima incluso del combate a la corrupción y la austeridad republicana.