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Dr. José de Jesús Reyes Ruiz
LO QUE NO SE DICE DE LA MIGRACION
II PARTE

Para documentar mi pesimismo… y el de los demás

Hace una semana intentamos iniciar un análisis a fondo sobre el tema de la MIGRACION y LOS MIGRANTES; un asunto en extremo complejo donde nuestro país es al que le toca pagar los platos rotos - sin deberla ni temerla - de un problema que al menos en este momento nos es ajeno, pero por el que es culpado una y otra vez por el magnate neoyorkino que ocupa la casa blanca con sus gritos de:

“¡MEXICO NO HACE NADA PARA DETENER EL FLUJO DE MIGRANTES!”

Como si tuviéramos la obligación de hacerlo, es claro que tenemos indicaciones “ORDENES” precisas de parte del señor del copete postizo para que hagamos lo que nos han señalado, y de no obedecerlo tendremos que esperar que ellos echen abajo el nuevo tratado TEMEC (Tratado Económico para México, Estados Unidos y Canadá) cosa que asusta en extremo a nuestras autoridades que intentan con todo no contradecir al loco de los Twits y que tratan de seguir sus órdenes sin chistar y al pie de la letra.

Hacen bien ¿es pregunta? Yo al menos no lo creo, estoy seguro que tendrían que buscar una respuesta más digna y un poco enérgica a las amenazas que nos vienen del norte, porque son eso, solo amenazas, NO ES FACTIBLE QUE ECHEN ABAJO EL TEMEC así tan fácil, y claro de Trump se puede esperar todo pero no creo que los norteamericanos le permitan llegar a estos extremos, ante una caída del tratado todos tendríamos mucho que perder, ellos igual que nosotros, no se deben olvidar que a inicios del presente año se dieron cuenta que MEXICO es el socio comercial número 1 de los norteamericanos, aun por arriba de CHINA y las Naciones Europeas, en todo caso un intento de tumbar el tratado logrado con grandes dificultades sería casi imposible, no nos olvidemos que ello y con ello la anulación del actual tratado aún vigente - mientras no entre el TEMEC en funciones - tendría que llevarnos a jugar el juego de la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERSIO es decir NO SE TRATA DEL FIN DEL MUNDO NI MUCHO MENOS.

Tampoco nos olvidemos que entre más se tarde el TEMEC para entrar en funciones las reglas del juego bajo NAFTA siguen vigentes y bajo estas reglas México tiene un mucho mejor campo de acción y más beneficios, por lo que no nos debiera correr ninguna prisa para que se iniciara el siguiente acuerdo, claro mientras no se le ocurra alguna acción drástica al loco de la Casa Blanca.

Porque si es real, tiene la capacidad de cerrar la frontera y también de anular el tratado TEMEC aún no en funciones, pero al hacerlo tendría que pagar costos muy elevados por el desastre económico que ello conllevaría no solo para nuestro país sino para el suyo propio, y tendríamos que apostar a que no está en condiciones de perder un solo voto de los ciudadanos norteamericanos en la víspera del proceso de su reelección dentro de un año y para el cual se encuentra ya en campaña con todo lo que da.

Pero regresando al asunto que nos ocupa el de la MIGRACION, tenemos que entender que se trata de un asunto muy similar al del TRAFICO DE DROGAS, existen sin lugar a dudas grupos de mafias dedicadas a hacerse ilegalmente de recursos que están ganando enormes cantidades de recursos tanto con una como con la otra actividad a todas luces delictiva, es más existe quien asegura que los recursos que “los polleros” están embolsándose por el tráfico de migrantes está superando con mucho a aquellos recursos que les dejan el tráfico de estupefacientes.

Y al hablar de polleros no estamos hablando de personajes aislados sino de verdaderos consorcios criminales que están viendo – y viviendo – que este es un negocio prospero por lo que lo estimulan con todo y quienes tenemos que finalmente pagar la factura somos los mexicanos.

Esto es lo que intentamos aterrizar con estas reflexiones, LOS CULPABLES DEL TRAFICO DE DROGAS ES UN MERCADO NORTEAMERICANO QUE LAS REQUIERE PARA SU ELEVADO CONSUMO, son ellos la demanda y mientras haya demanda habrá oferta, pero en este proceso los mexicanos terminando pagando la factura con un estado de guerra entre los carteles de la droga pero también entre ellos y las autoridades que tiene a nuestro país hundido en una guerra que ya dura dos sexenios y que no se ve cuando terminara y donde los daños colaterales los vive la sociedad entera que ve ya sin mucha sorpresa las muertes aquí y allá que lejos de disminuir solo se incrementan sin que ello sea culpa del nuevo gobierno que no la tiene fácil, nos referimos a la tarea de al menos detener la mortalidad derivada de la violencia y mostrar un claro punto de inflexión que nos diga que existe alguna esperanza de que este problema mejore en el futuro.

Y esto es lo que no se ha sabido comunicar, que tan difícil es explicar que el momento en que vivimos es provocado por la inercia de un proceso de larga evolución y que las estrategias para frenarlo – no para revertirlo porque esto es menos que imposible – apenas se están iniciando.

AMLO menciona que veremos el punto de inflexión en 6 meses y que para cuando deje el poder los homicidios provocados por esta guerra tendrán que reducirse al menos a la mitad. Y ello son números más alcanzables pero solo el tiempo nos dirá si esta apuesta es algo que se pueda lograr, no estamos muy seguro de ello porque hay múltiples variables que el gobierno federal no tiene en las manos y que tendrían que consensuarse con nuestros vecinos del norte y Trump no se ve cómo hacerlo.

En la migración las cosas no son diferentes, y pueden estar seguros que de alguna forma o de otra el presidente norteamericano no solo no quiere que el problema pare, por el momento su verdadero deseo es que se incremente ¿Por qué? Por la sencilla razón que le favorece en sus propósitos electorales, él sabe perfectamente bien que golpear a nuestro país le da votos y que ponernos como culpables del problema migratorio – por no ser capaces de detener el flujo – le permite golpearnos una y otra vez y con ello lograr el voto y la simpatía de las clases medias y bajas que como lo dijimos en la primera parte de este ensayo son claramente no solo ignorantes del tema sino por encima de ello extraordinariamente arrogantes al sentirse en mucho superiores a nosotros.

Esta es una guerra – la de las drogas y la migración – que mientras más se intensifique más votos le dará a Trump, y quienes pagaremos seremos los mexicanos por un lado con la ya tan analizada violencia e inseguridad y por el otro con todo lo que implica atender de la mejor forma posible a la oleada de migrantes no solo ya centroamericanos sino también africanos y cubanos que atraviesan nuestro territorio y que ante la mirada internacional requiere que les sean respetados sus derechos humanos, y que sean debidamente tratados y alimentados en su estancia en nuestro país lo que representa miles de millones de dólares de dineros con los que claramente no contamos, pero que tendremos que buscar – de donde se pueda - para intentar un trato al menos mas humanitario a quienes así lo requieren.

Ya dijimos que la solución sería muy simple y está del lado norteamericano, SI SE LEGISLARA QUE UN MIGRANTE – centroamericano o de cualquier origen – PARA SER CANDIDATO A OBTENER UNA AMNISTIA por la razón que fuera – amenazas, etc. – SOLO LO PODRIA LOGRAR SIN NO HA COMETIDO UN ACTO ILEGAL POR LO QUE SI CRUZA LA FRONTERA EN AUTOMATICO CAERIA EN LA ILEGALIDAD Y NO SERIA CANDIDATO A ESTA AMNISTIA.

Con los cubamos el problema es diferente, hasta hace pocos años la llamada ley de “los pies mojados y pies secos” implicaba que si un cubano pisaba suelo norteamericano en automático tenía la ciudadanía, por lo que interesaba detenerlos cuando aún estuvieran en las barcas que les llevaban a territorio sobre todo de La Florida, pero cuando se vieron desbordados por sus propias leyes dieron marcha atrás – NO LES FUE DIFICIL – y ahora la actual ley implica que al detenerlos en territorio norteamericano CON QUE PERMANESCAN UN AÑO EN RESGUARDO – la cárcel o cualquier otro sitio – de las autoridades norteamericanas, al pasar el año se convierten en automático en ciudadanos.

Cambiar las reglas migratorias no es complejo, pero Trump no va a impulsar estos cambios porque la existencia de un problema como el que se vive solo le deja buenos dividendos electorales y es algo que no veremos al menos en el corto plazo.

Por lo pronto más de 100 mil migrantes entran a nuestro país por la frontera del sur – o por múltiples otros sitios – y caminan esperando – y algunas veces exigiendo - la ayuda del gobierno mexicano para lograr llegar a su destino y en el intermedio México tendrá que pagar una elevada factura por ello.

Y no como ni con quien negociar otros caminos mientras este Donald Trump en el poder, existen otros caminos, claro que los hay gestionar los cambios en la legislatura norteamericana y pensar en el PROYECTO DEE TEHUANTEPEC de lo que hablaremos en nuestra próxima entrega.