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Derechos Humanos de los migrantes.
Por: Jenny González Arenas

En Zacatecas, la migración, dicen algunos, es tradicional. Lo que en su momento inició como una necesidad por la falta de oportunidades que la tierra prometía o la demanda de mano de obra en otro país, en la actualidad es un fenómeno cultural, lo suficientemente arraigado como para ubicar a nuestro estado en aquellos de más alto índice migratorio a nivel nacional.
Estos datos no son motivo para enorgullecernos ni tampoco para buscar responsables, ya que desde el inicio de la humanidad, el hombre fue nomada, trasladandose de un lugar a otro en busca de mejores condiciones de vida.
En este orden de ideas, la cultura de la migración ha desarrollado redes sociales que simplifican el tránsito de los migrantes a otros lugares, con la peculiaridad de que se van estableciendo nucleos de población que preservan las tradiciones del lugar de origen.
De lo anterior se desprenden dos elementos de vital importancia, que en todo fenómeno migratorio se deben considerar, haciendo necesario puntualizar que los aspectos económicos, sobre todo de la migración México – Estados Unidos, a pesar de ser importantes, para efectos de la presente colaboración no serán tomados en consideración, ya que pretendemos recalcar la importancia de la Dignidad Humana, como principio fundamental de los Derechos Humanos, así como el Derecho a la asistencia consular, como uno de los derechos más importantes con que cuenta toda persona al salir de su país, independientemente que sea de manera docuemntada o no.
La dignidad humana, es uno de los principios fundamentales para el pleno ejercicio de todos los derechos, este concepto posee dos dimensiones, la vertical, que hace al ser humano diferente y superior a los animales, por su capacidad de raciocinio, así como la dimensión horizontal, que hace a todos los seres humanos iguales entre si, independientemente de su raza, género, condición social, origen étnico, creencia religiosa o política, nacionalidad, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra condición que pueda ser considerada como discriminatoria.
El pleno ejercicio de la dignidad presupone la existencia de un trato respetuoso entre los seres humanos, que fomente, no solo la sana convivencia, sino también un desarrollo pleno de todo individuo.
En esta tesitura, para los migrantes, el cambiar su lugar de residencia implica cambios radicales en alimentación, educación, normas, cultura, tradición y el lenguaje.
Sin embargo, en nuestro entorno, resulta cotidiano percatarnos de las continuas vejaciones de que son víctimas cualquier persona que ha ingresado en el territorio de otro país, independientemente de su situación migratoria.
Los derechos humanos de los migrantes, cualquiera que sea su calidad migratoria, documentada o no documentada, laboral, académica, dependiente económico, ministro de culto religioso, investigador, etc., deben de ser respetados, por cualquier autoridad del país receptor.
En aras de salvaguardar las garantías de cualquier individuo migrante, podemos consultar diversos documentos internacionales, como la Convención de Viena sobre relaciones Consulares, en donde se fijan las garantías mínimas que el país receptor deberá respetar cuando un migrante violente su legislación local.
Notificar al país de origen del individuo sobre su detención, proporcionar un traductor en caso de que el idioma o dialecto no sea el mismo, garantizar la presencia de un abogado, entre otras garantías que tienen como finalidad propiciar un trato digno e igualitario del extranjero frente a las autoridades, son algunos de los aspectos que podemos encontrar regulado en la convención.
Pero no solo regula garantías penales, también podemos encontrar normas que evitan la doble tributación, o pago de aranceles superiores por ser extranjero, régimen de seguridad social para los extranjeros que les otorguen los mismos beneficios que a los nacionales en caso de encontrarse en igualdad de condiciones, entre otras salvaguardas.
Existen también otros documentos como la Convención internacional sobre la protección de los derechos de los trabajadores migrantes y sus familias, donde específicamente se sientan las bases para proteger a los trabajadores independientemente de su calidad de documentado o no documentado.
Y así podemos encontrar dentro de los marcos jurídicos internos de cada país reglas que protejan los Derechos Humanos de los migrantes extranjeros, sin embargo, depende de la cultura de respeto a la dignidad humana lo que conlleve al respeto de todos los derechos consagrados en las normas.