Dr. José de Jesús Reyes Ruiz
¿ESTAMOS REQUETEBIEN?
II parte
Para documentar mi pesimismo… y el de los demás
Hace una semana, en esto de repensar Los Caminos de López – que todos caminamos querámoslo o no – platicábamos lo “requeté mal” que estamos frente a todas las adversidades que se nos presentan un día si y el otro también.
Comentamos la amenaza de Trump de imponer aranceles de un 5% en el caso de que nuestro país no detuviera la avalancha de migrantes principalmente de origen centroamericano, pero también cubanos y africanos que en un numero de casi 150 mil ingresan casi todos en forma ilegal a nuestro territorio para caminar hacia la frontera norte, cruzarla – también ilegalmente – sin esconderse ni mucho menos sino con la intención de que sean detenidos por la patrulla migratoria para en ese punto iniciar el trámite en búsqueda de la amnistía.
Comentamos – y bien vale la pena insistir en ello – que los norteamericanos podrían enviar una iniciativa de ley que criminalizara – como de hecho sucede – a quien cruzara la frontera sin papeles y que este acto delictivo imposibilitara la posibilidad de adquirir una visa humanitaria, pero claro es prácticamente imposible en el momento actual que se pongan de acuerdo demócratas y republicanos para sacar una iniciativa de este tipo pero que en automático bloquearía y detendría el ánimo de los migrantes ante la imposibilidad de ser si quiera considerados como candidatos y les retendría en su lugar de origen donde tendrían que tocar las puertas de las embajadas y consulados norteamericanos en la búsqueda del sueño americano.
Pero como eso no va a pasar tenemos que vivir con la realidad y la realidad no es que digamos muy alentadora para nuestro país, porque la negociación que dio como resultado que no se aplicaran los aranceles programados de un 5% solo significo – y hay que decirlo – una decisión parcial y temporal habiéndosele dado a nuestro país un plazo de 90 días para modificar el flujo de migrantes, la pregunta es será esto posible, lo dudo, los migrantes seguirán buscando caminos y nuevas rutas para atravesar nuestro país y llegar a la frontera norte, tal vez no en las cantidades que estamos viendo pero el flujo continuara porque nuestro país no tiene la capacidad para detenerlo con todo y los 6 mil miembros de la Guardia Nacional que desplegara en nuestra accidentada frontera del sur, y claro el hecho de que otras policías municipales, estatales o federales participaran en la detención y repatriación de los migrantes en la medida de que esto sea posible.
Pero es claro que detener el flujo de migrantes no es todo lo que se negoció en el reciente arreglo hubo más, mucho más y ya Trump anuncio que en algún momento – cuando más le convenga – sacara a la luz el resto de los asuntos que nuestro país – inclinado y de hinojos – tuvo que aceptar paras evitar la amenaza que anunciaba con tronar nuestra de por si alicaída economía.
Acordaron muchas cosas más que no nos quedan claras aun pero que poco a poco irán saliendo, como la de comprar alimentos – maaas – de las granjas y huertas de los Estados Unidos con el principal propósito de hundir, aun mas nuestra agricultura.
Y ello seguramente porque Trump vio un superávit a favor de nuestro país en este rubro el de alimentos y bebidas, pero nadie le dijo que fuera de hortalizas como el aguacate y el tomate – a los que les ponen múltiples peros como lo hicieron antes con el atún – el superávit tiene que ver con las compras monumentales que los norteamericanos hacen de la cerveza mexicana, del tequila y ahora del mezcal.
Para darnos una idea de lo que se trata todo esto, en alguna ocasión me encontré en un editorial de un medio de comunicación norteamericano que en los Estados Unidos sobre todo en estados como Texas y California, se consumía mas tequila que el resto de las bebidas espirituosas juntas, es decir ron, wisky, vodka etc.
Todo lo que requerimos se los compramos a los norteamericanos, es así como hemos con los lustros recientes ido ahorcando al campo mexicano, cada día estamos lejos de ser autosuficientes y compramos más del 50% de los gramos que utilizamos para nuestro consumo, incluso del Maíz que es originario de estas tierras, ya no se diga de otros como Trigo y mucho más, pero eso es algo que ya estaba implementado, pero ahora el neoyorquino quiere que compremos más, ¿Cómo de qué? Sería la pregunta, y claro los primeros que se tienen que poner a temblar son los agricultores que de por si apenas sobrevivían con los precios bajos en que se cotizaban sus productos, la pregunta es que pasara ahora en que el compromiso es inundar el mercado con productos agrícolas y comestibles de los Estados Unidos solo para satisfacer la necedad del presidente norteamericano para encontrar los votos que tanto le hacen falta en las comunidades del medio oeste que se verán beneficiadas con este tipo de acciones.
Y al parecer eso no es todo para lograr el visto bueno del ogro seguramente cedieron en muchas cosas más que aún no conocemos pero que irán saliendo a la luz poco a poco – espero que no por la boca del loco del peluquín güero, ojala que Marcelo Ebrard le hable con toda la claridad al pueblo mexicano – que lo merece – de todo lo que cedieron para frenar el intento de gravar con un 5% inicial a todo lo que entra a los Estados Unidos proveniente de nuestro país.
Ahora bien, yo creo que a ´pocos nos puede quedar alguna duda de que esta amenaza no fue más que una balandronada, porque su implementación hubiera sido extraordinariamente compleja en vista de las cantidades de mercancías que cruzan todos los días nuestra frontera norte provenientes de México, es claro que no estaban listos para dar ese paso, y también es claro que ellos con la elevación del costo de los productos de origen mexicano serian también en gran medida perjudicados.
Y es claro que esto lo sabían pero la amenaza era solamente con la idea de doblegar al vecino débil del sur y lograr que hiciéramos lo que a ellos les venía en gana.
Pero también tenemos que aceptar que nuestro presidente y sus negociadores no tenían muchas alternativas, sabedores que en un escenario en donde se hubiera cumplido la amenaza derrumbaría la de por si alicaída economía de nuestro país y con ello sería altamente probable que entráramos en un proceso recesivo del cual es difícil si no es que imposible salir, hiperinflación, devaluación, entonces si nos convertiríamos en un estado fallido un poco al estilo de lo que sucede en Venezuela principalmente por causa de los intereses norteamericanos en su petróleo donde – no tengo duda – la ineficiencia de Maduro no es el principal causante de la crisis que viven nuestros hermanos venezolanos.
Es claro que nuestros negociadores tuvieron que aceptar lo que les propusieron, y hubieran aceptado más si es que más les hubiera sido requerido por que nos tenían contra la pared, Y ESTO TENEMOS QUE ACEPTARLO NOES UN TRIUNFO DE NUESTRA DIGNIDAD.
López Obrador tenía ya lista un acto multitudinario en Tijuana principalmente elaborado para mostrar al extranjero a un país unido ante la adversidad, pero al lograrse un acuerdo la víspera, el acto tuvo que transformarse en una especie de celebración de un logro sin precedentes - ¿realmente hubo algún logro? – no lo creo le llamaron una reunir para demostrar la dignidad de un pueblo que en realidad fue manipulado y forzado a aceptar lo que a sus contrapartes norteamericanas se les ocurrió y nada hay más lejano del concepto de dignidad que lo que ocurrió la semana previa.
La pregunta es qué es lo que sigue, porque este asunto no es cosa terminada, en el momento en que el bufón del reino del norte se le ocurra volverá a vociferar en contra de nosotros, porque no nos olvidamos que es lo que le trae más votos, y nuestro país tendría que estar preparado para ello, y no digo que exista un camino real en donde podemos decir que estemos preparados para la adversidad, pero al menos ir buscando reunir a todos los expertos en la política norteamericana y en la relación MEXICO – EU para analizar el tema a fondo y buscar un PLAN B que nos lleve ante la presencia de una posible segunda amenaza a contestar con más elementos, a estar mejor parados, y en la medida de lo posible equipados con las armas para intentar contrarrestar una segunda embestida.