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LOS MATRIMONIOS IGUALITARIOS

Por: Arturo Nahle G.

El artículo 100 del Código Familiar de Zacatecas establece que el matrimonio es la unión jurídica de un hombre y una mujer donde ambos, mediante una comunidad de vida y procurándose respeto, igualdad y ayuda mutua, constituyen una familia con la posibilidad de procrear hijos de manera libre, responsable e informada.

El artículo 103 agrega que el Estado establece el matrimonio como uno de los medios “morales” reconocidos por el derecho para fundar la familia. La redacción de estos artículos, no solo en Zacatecas sino en todos los Códigos Civiles y Familiares del país, data del siglo XIX.

Pues en la primera mitad del siglo pasado el movimiento lésbico-gay consiguió primero la despenalización de la homosexualidad, posteriormente los disturbios en Nueva York ocurridos el 28 de junio de 1969 marcaron un punto de inflexión en favor de los derechos civiles de los homosexuales en casi todo el mundo occidental.

En el caso de México, en el año 2011 nuestra Constitución tuvo una reforma histórica, en su artículo primero quedó prohibida toda discriminación motivada por las preferencias sexuales o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.
A partir de entonces empezaron a promoverse un sinfín de Juicios de Amparo contra la negativa de los Registros Civiles de casar a personas del mismo sexo. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos fue más allá, promovió ante la Suprema Corte Acciones de Inconstitucionalidad en contra de diversos Códigos Estatales que, como el de Zacatecas, solo permiten el matrimonio entre un hombre y una mujer.

Las sentencias emitidas por nuestro más alto Tribunal fueron contundentes, por ejemplo el 26 de enero del 2016 resolvió que los artículos 258, 260 y 267 Bis del Código Civil de Jalisco que solo permitían el matrimonio entre un hombre y una mujer, son inconstitucionales. El 19 de febrero de este año y por las mismas razones también echó abajo los artículos 140 y 148 del Código Civil de Nuevo León, y así sucesivamente.

El cúmulo de sentencias en el mismo sentido, dieron origen a una jurisprudencia que es obligatoria en todo el país desde el 22 de junio del 2015, esta jurisprudencia establece que la ley de cualquier Estado que considere que la finalidad del matrimonio es la procreación y lo defina como el que se celebra entre un hombre y una mujer, es discriminatorio y por lo tanto inconstitucional.

Y es que en el orden jurídico mexicano hay una gran cantidad de beneficios económicos y no económicos asociados al matrimonio, por ejemplo beneficios fiscales, de solidaridad, por causa de muerte de uno de los cónyuges, beneficios de propiedad, en la toma subrogada de decisiones médicas, beneficios migratorios para los cónyuges extranjeros, etcétera.

Negar a las parejas homosexuales estos beneficios es tratarlos como ciudadanos de segunda clase, ofende su integridad y dignidad como personas.

Por todo lo anterior, desde hace buen rato en el Congreso de Zacatecas hay diversas iniciativas para reformar el Código Familiar y empatarlo con nuestra Constitución, con los Tratados Internacionales y con las jurisprudencias que acabamos de comentar. Sin embargo nuestros legisladores pareciera que no se animan a hacer lo que tienen obligación de hacer.

Hay presiones de todo tipo, a favor y en contra, destaca el activismo natural del Obispo Sigifredo Noriega.

Mi opinión es que ni el Estado, ni la Iglesia, ni nadie, tienen por que meterse con la libertad y el derecho de las personas de amar a quien se les pegue la gana, de hacer vida en común y brindarse ayuda mutua con quien se les pegue la gana, de constituir una familia con quien se les pegue la gana. Son decisiones intimas y personalísimas acordes, entre muchas otras cosas, a la orientación sexual de cada quien.

Seguir debatiendo en favor o en contra de los llamados matrimonios igualitarios es perder el tiempo, es un asunto que por lo menos jurídicamente está totalmente resuelto en México desde hace más de cuatro años; Zacatecas no debe seguir restringiendo los derechos humanos de la comunidad LGBTTTIQ.