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Divagaciones de la Manzana
Urge recobrar conciencia ecológica
Martha Chapa

Una nueva amenaza se cierne sobre el planeta, sin que se vean respuestas prontas y eficaces para contrarrestarla.
Me refiero a una cuestión crucial, vinculada al medio ambiente mismo, a los incendios forestales que ocurrieron en estos días con una devastación que no dudo en llamar criminal, pues se trata del Amazonas, es decir del pulmón que oxigena a nuestro propio planeta.
Desde que empezaron los conatos de incendio en la propia selva amazónica hasta el cierre de esta semana, se habían perdido ya más de 20,000 hectáreas.
El presidente Bolsonaro, de Brasil, minimizó lo que estaba ocurriendo en esa región estratégica para la humanidad y apenas unos días después empezó a tomar medidas que no fueron además las que se esperaban ni menos aún con la urgencia que merecía.
Mientras tanto en muchos países se levantaba un clamor para exigir acciones inmediatas y de fondo para parar el siniestro, al grado de que se dieron manifestaciones de protesta en las embajadas brasileñas en distintos puntos del mundo y no sólo de grupos ecologistas sino de sectores ciudadanos para poner alto ya a tantos daños y perjuicios contra la sustentabilidad del planeta.
Lo mismo ha ocurrido en otras cuestiones, ya se trate del calentamiento global que de la contaminación de ríos y mares y ahora con los incendios en zonas verdes.
Surgió a la vez, el ofrecimiento de gobiernos de varios países para sofocar de inmediato tal siniestro en el Amazonas.
Las últimas noticias, aseguran que ya se contuvieron las llamas y que afectaron sobretodo zonas que estaban deforestadas. Pero al respecto habría que decir que también se acusa al presidente brasileño de ser cómplice de la desforestación y de no aplicar la ley, ya que las multas y sanciones por incendios provocados se ha reducido sensible y sospechosamente entre el año pasado y el presente.
Si bien el tema ocupará también en estos días a la reunión del G7, vemos a través de los años que se abordan los asuntos de manera muy general y sin compromisos concretos para resolver los grandes retos de nuestro mundo global.
Hace falta entonces redoblar las acciones preventivas al igual que reforzar los cuerpos de bomberos y hasta crear una brigada especializada a nivel internacional, a fin de que auxilien a los países con grandes zonas boscosas y selváticos, como en nuestro caso, en México, donde por cierto escandalosamente se pierden 200,000 hectáreas cada año y no se aprecia tampoco la aplicación de medidas consecuentes.
Urge entonces que recobremos esa conciencia ecológica con un sentido de sobrevivencia y autocrítica, para no ver sólo la paja o peor aún la viga en el ojo ajeno, sin mirar hacia dentro lo que ocurre dentro de nuestras propias fronteras.
El planeta es de todos y sin excepción debemos cuidarlo, día a día.

Página web:
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Sala-Museo Martha Chapa:
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