Skip to main content

EL PÉNDULO – Y LA FOSA – LATINOAMERICANA
EPILOGO… Y ADVERTENCIA
Para documentar mi pesimismo… y el de los demás
Dr. José de Jesús Reyes Ruiz

Durante todo el mes de noviembre escribí sobre los sistemas políticos latinoamericanos, sobre el desgaste en el uso – y abuso – del poder y como los votantes iban de un extremo a otro a la hora de elegir sobre una nueva presidencia,  y como ello alteraba – para bien o para mal – el caminar de un país hacia el progreso o hacia el fracaso.
Tendría que insistir de nueva cuenta aquí - en este espacio - sobre los términos de izquierda y de derecha que para muchos son anacrónicos y obsoletos por que según ellos los tiempos han cambiado. Yo no lo veo así, y los entiendo en la medida de  que un pensamiento – o gobierno – de izquierda es aquel que ve por los intereses de la comunidad antes que por los propios, mientras en de derecha ve primero por los intereses personales y de grupo antes que por los del país entero.
Dejando esto en claro recordare que las cuatro participaciones previas fueron sobre el péndulo en el que viven al menos las democracias latinoamericanas que de un gobierno de izquierda pasan a uno de derecha sin quedarse prácticamente nunca en el centro. Es la teoría pendular donde nadie en su sano juicio podría imaginar que el péndulo se detuviera en medio después de toda la inercia con la que cae sin poder detenerse hasta alcanzar el otro lado, y si recordamos la película de ya hace más de medio siglo de la FOSA Y EL PENDULO con Vincet Price – una película de horror – bien podemos aplicar lo que hoy algunos – ya viejos, que remedio – vimos con horror en aquella cinta.
Prometimos que la última participación sería suficiente para dejar el tema aparte, pero hacía falta - según mi apreciación – un epilogo, es decir un cierre adecuado para terminar por entender el concepto que no aplica – al menos no por el momento – a nuestro país.
En Latinoamérica parecería que los diferentes sistemas de los diferentes países, los cambios pendulares se habían alineado,  y que en alguna ocasión la mayoría eran ocupados por gobiernos de izquierda – con sus excepciones por supuesto – y en otras por gobiernos de derecha, es decir que hubo momentos en  que la mayoría de los gobiernos latinoamericanos estaban alineados dentro de una izquierda progresista (Lula, y  Dilema Russeff en Brasil, Bachelet en Chile, Correa en el Ecuador, Evo Morales en Bolivia – Chavez Maduro en Venezuela, Los Kitshners en Argentina) y claro con el tiempo estas formas y modos de gobernar se desgastarían,  así como cabría esperar también que aquellos que hacían su agosto con los gobiernos de derecha y conservadores, ejercieran la presión para que tarde que temprano las cosas cambiaran… y cambiaron.
Se vino el ataque judicial en contra de los líderes de la izquierda en Brasil que finalmente le permitió a Bolsonaro acceder al poder,  mientras que en Argentina el péndulo no fallo,  lo que permitió a Macri – un dirigente de un equipo de fut bol de Buenos Aires a la vez que empresario – llegar al poder, en Chile el péndulo llevo a Piñero lograr de nueva cuenta la presidencia,  y así sucesivamente.
Solo que la evolución ahora no se dio de la forma en que uno lo hubiera esperado, los opositores por ejemplo en Bolivia, con el apoyo de los empresarios y claro de los Estados Unidos  provoco el Golpe de Estado, y claro,  como hemos escrito ampliamente los errores de Evo Morales también contribuyeron al respecto al impedir que el péndulo realizara su trabajo e irse sin insistir – lo que hubiera sido el ideal – por un cuarto mandato. Ello conjuntamente con las recientes conversaciones que salieron a la luz de los arreglijos entre quienes pretenden desde la derecha con centro de gravedad en Santa Cruz, de los dineros que se darían para competir juntos por el poder, han hecho peligrar lo que muchos daban por seguro, el hecho de que la derecha conservadora ganara fácilmente el siguiente proceso electoral gracias al desgaste del poder de Evo y la historia reciente de todos conocida. Por lo que la contienda por venir desafortunadamente organizada por un gobierno usurpador y autoproclamado con el apoyo de la OEA – y de los Estados Unidos – que es lo mismo, puede hacer que la izquierda de MAS el partido de Evo, resulte finalmente triunfante dejando al péndulo con un palmo de narices.
El caso de Ecuador es diferente, ahí el péndulo estaba sobre su extremo izquierdo por que el gobierno de Correa – que quiéranlo o no hiso un buen trabajo – permitió que los votantes eligieran a un sucesor del mismo espectro político y de ahí fue como Lenin Moreno llego al poder, pero ya en el poder – y esto puede suceder – el péndulo con su fuerza de gravedad empujo al mandatario a seguir rumbos distintos a los de su predecesor y seguir por el camino de un neoliberalismo – ya obsoleto – y acatar los mandatos del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional lo que provoco el levantamiento sobre todo de los más marginados que son los grupos indígenas y hoy por hoy no sabemos dónde pueda terminar.
El Caso de Chile y de Colombia es similar, pues ahí tenemos a dos personajes conservadores y de derecha quienes dirigen esos dos países y que llegaron al poder por la vía democrática ganando sendos procesos electorales que estuvieron – claro – reñidos y altamente competitivos. En ambos casos el resultado de la política fue que quienes al final de cuentas resultaron triunfadores fueron las fuerzas internacionales del neoliberalismo y las cosas  se hicieron según sus dictados como en el caso del Ecuador, y por estas razones la ciudadanía de ambos países no tuvo la paciencia de esperar a que el péndulo realizara su trabajo y en un nuevo proceso electoral elegir una alternativa, sino que salieron a las calles, no por un incremento en el precio del metro sino por la distancia cada día mas importante entre las elites políticas y los problemas que viven quienes se encuentran en la base de la pirámide, es decir las clases más marginadas que han salido a las calles a expresar un ¡YA BASTA! Y exigir un cambio diametral en las formas de hacer gobierno.
Permítanme ahondar un poco en este asunto particular del que hablo, y es el de la lejanía de quienes viven en el círculo de las elites - en el olimpo -  frente a quienes habitan en tierra firme,  es obvio que la perspectiva de las cosas es absolutamente diferente.
La semana pasada tuve el privilegio de estar todos los días de la Feria Internacional del Libro, y una de las mesas redondas se trató de la corrupción donde María Amparo Casar se dedicó – como es normal en ella – a atacar con toda la visceralidad de la que es capaz sobre la falta de apoyo del presidente actual a los organismos – supuestamente – autónomos. Sobre todo aquellos como los engendros anti corrupción y los de la supuesta transparencia. Con un Leonardo Cursio que con un poco más de mesura la apoyaba con todo, al final me permití hacer un comentario haciéndoles ver que estos elefantes blancos burocráticos tenían resultados raquíticos – como lo aceptaron recientemente aquí en Zacatecas – porque ya en el puesto poco les interesaba su trabajo, o por que como en nuestro estado sus dirigencias eran reciclados de administraciones previas en donde la regla no escrita era la de no hacer mayor cosa, donde los consejeros eran electos en forma por demás corrupta con sueldos exorbitantes y donde fuera de anuncios de firma de convenios y otras cosas, de resultados nada de nada, fuera de peses pequeños sin mayor importancia, la consigna era proteger a los peses grandes, y eso tuvieron que aceptar los dos politólogos en el evento al que hago referencia.
Pero regresando a nuestro tema, tenemos a dos países vecinos Uruguay donde 3 periodos gobernó – y gobernó bien – la izquierda, mientras que en la Argentina un periodo gobernó y gobernó mal la derecha empresarial y conservadora, y en ambos el péndulo hiso su trabajo y los votantes votaron en contra de la izquierda independientemente de los buenos resultados en Uruguay y por la derecha por los resultados terroríficos de Macri por razones obvias.
“En Argentina 60 por ciento de los menores de 17 años sobrevive en la pobreza y 15 por ciento en la indigencia. El 9.3 por ciento de la población sufre hambre y cuatro de cada 6 niños reporta inseguridad alimentaria severa”
En Venezuela y en Nicaragua – aunque se trate de un país centroamericano bien vale ponerlo dentro de la canasta – una izquierda que no lo es tal – de acuerdo a lo enunciado en el párrafo inicial – no quieren soltar el poder y manipulan la ley para intentar seguir en el puesto, pero elecciones las tendrá que haber tarde que temprano, y sin duda la derecha tomara el poder en cuanto se dé el caso y cobrara las facturas que tiene pendiente de cobrar, pero las fuerzas de la izquierda chavista en Venezuela y sandinista en Nicaragua no perderán por mucho y seguirán representando un contrapeso que tarde que temprano y aprendiendo la lección podrán capitalizar siempre por el bien de las clases más marginadas que son en principio y al final de cuentas las que más importan porque “Por el bien de todos, primero los pobres”