DE LA MACETA AL JARRÓN
Nota espe_culera
By Syres
Sin palabras y con una profunda indignación nos tiene la ineficacia que permea en los tres poderes del Gobierno del Estado de Zacatecas, quienes poco o nada han hecho frente a una problemática tan grave como lo es la violencia de género, misma que representa en las estadísticas nacionales, que el 60% de las niñas, mujeres y ancianas en México sean o hayan sido víctimas de violencia de género en alguna etapa de sus vidas.
En noviembre del 2016, -dos meses después de la toma de protesta de Alejandro Tello- la Sexagésima Segunda Legislatura del Estado solicitaba ya la confluencia de la Federación para que fuera declarada la Alerta de Género en Zacatecas. Para agosto de 2018, Zacatecas se unía a la Alerta de Género con otras entidades, con la diferencia, que mientras los estados vecinos solo la declaraban en algunas de sus comunidades, en Zacatecas la violencia de género permeaba en toda la entidad, -lo bueno-, es que se reconocía que estábamos frente a un problema mayúsculo que impactaba tanto al Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Órganos Autónomos y a los 58 Municipios y por tanto, todas las entidades e instancias deberían incorporarse al diseño de política integral estatal y al quehacer del Sistema Estatal para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres. Para que nos indignemos juntos, convirtamos el problema en muertes y dinero.
Con casi 3 mil mujeres asesinadas en México, el Gobierno Federal entregó a los Estados de la república con alerta de género millones de pesos para que todos los actores políticos se pusieran a trabajar coordinada y conjuntamente, logrando disminuir la incidencia de violencia contra las mujeres. Por eso, el Presupuesto de Egresos en Zacatecas de los años 2018 y 2019, canalizaron recursos extraordinarios a todo su gobierno, pero en especial a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, quien acumuló mil millones de pesos por año, y adicionalmente, otros 200 para capacitar y emprender acciones en favor de la atención de la violencia de género y otra cantidad igual para fortalecer el Sistema Penitenciario en el Estado.
Aunque solo el Ejecutivo del Estado ésta siendo objeto de burla a nivel nacional por la entrevista que hiciera Ciro Gómez Leyva respecto al caso de la mujer que fue recluida en un Centro Penitenciario Mixto, sería incorrecto dejar de lado que todos los que comparten la vergüenza por omisos o pasivos, comencemos entonces por la Comisión Estatal de Derechos Humanos, quien tras conocer el hecho de que la mujer se encontraba recluida en una cárcel mixta y de la existencia de violaciones a sus derechos fundamentales, tardó casi un año en emitir su “recomendación”, que tan solo es eso, una sugerencia.
Otro peor -pero bien escondido- bajo las faldas del Poder Judicial es el Juez de Ejecución de Penas, quien evidentemente no se dio cuenta o no le dio seguimiento a que la mujer compurgaba su pena en un reclusorio mixto, presumiéndose entonces negligencia. Otro que ha brillado por su ausencia es el Fiscal General del Estado, quien no ha dado declaración alguna a nombre propio o del Ministerio Público que tuvo conocimiento de la violación de la cual fue objeto la ahora víctima-reclusa por el delito de violación a manos de su presunto custodio. Pero al que de plano ni como ayudar es al propio Secretario de Seguridad Pública, quien como los meros “machos” salió a dar su declaración dejando muestras de su prepotencia, ignorancia y misoginia, pues minimizo el hecho de la violación sufrida declarando que la “mujer no fue violada, nomas ultrajada con los dedos” por el Custodio encargado de velar por su integridad física.
No se si Usted sabia que nuestro Secretario de Seguridad Pública es Ingeniero Agrónomo en Fitotecnia con Maestría en Política Criminal, es decir, paso de cultivar hortalizas a estudiar los fenómenos de la criminalidad y los delitos, y tras haber demostrado a nivel nacional que durante su estancia en la maestría no supo si el Código Penal se plantaba o se regaba, por eso la estrategia de seguridad en el estado no sale de la maceta ni del jarrón.