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Dr. José de Jesús Reyes Ruiz
EL FEMINISMO “LA CUARTA OLA”

I PARTE

Para documentar mi pesimismo… y el de los demás

Aquellos que hayan vivido el último cuarto del siglo XX, recordaran la “TERCERA OLA” de Alvin Toffler quien predecía el futuro que se esperaba en aquellos tiempos con el “liberalismo nuevo” o neoliberalismo donde cambiaria de manos el poder y la riqueza, y; como estos cambios que en gran medida se producían tras la posesión por algunos países del oro negro – el petróleo – las grandes transnacionales, el mercado, la debilitación del Estado etc.

En su libro – un libro que todos tendríamos que leer – exponía que las olas como en el mar se inician con mucha fuerza, y en el camino se encuentran con los residuos de la ola anterior con la que inevitablemente chocan destruyendo lo poco que queda de ella, y esto, es lo que según el autor pasaba con los diferentes cambios que se daban en la humanidad donde lo que él llamo la tercera ola, la del inicio del nuevo modelo el neoliberal, acababa con su fuerza lo que el entendía como la segunda ola iniciada en el siglo XIX con el inicio de la era industrial que nace en Inglaterra y de ahí se extiende al mundo entero.

El concepto de la cuarta ola – claro – no es mío, lo leí en alguno de los medios impresos de comunicación donde se predecía que el feminismo era en si una nueva ola que cambiaría sin lugar a dudas al mundo tal y como lo conocemos y que arrasaría la civilización y las formas de la cultura actual para producir un nuevo mundo que al menos en el momento no podemos imaginar todavía.

Esto es algo que tendríamos que pensar y analizar en forma profunda si queremos que los nuevos tiempos no nos agarren desprevenidos, y que podamos entender al menos poco a poco los cambios por venir para actuar en consecuencia o de lo contrario, ser arrastrados por una ola que ya se ve en el horizonte y que nos agarrara en medio de su fuerza y la resaca de la ola que ya fue y pronto dejara de ser, ante los cambios que sin lugar a dudas son inevitables.

Estamos en la víspera del 8 de marzo, el día internacional de la mujer, y del tan anunciado en el mundo entero la protesta que se realizara un día después de “un día sin nosotras” es decir un día sin la presencia del sexo femenino en todos los espacios, desde los educativos, conformados por la educación básica y la media, hasta los universitarios y tecnológicos, pero claro también en todos los espacios laborales etc.

Se dice fácil, pero imaginemos solo por un momento un día en una sucursal bancaria donde las mujeres son más que los hombres y donde la atención estaría necesariamente limitada si no es que imposible de ofrecer, y extendamos esta idea a restaurantes, supermercados etc.

En el sector público por adelantado se curan en salud diciendo que permitirán a sus empleadas a no acudir a sus labores habituales, pero aquí no se trata de permisos por que las feministas nos dicen claramente, no le estamos pidiendo permiso a nadie para ausentarnos y marchar por las calles para que sepan nuestro malestar ante el incremento de los patrones de violencia en contra de la mujer, para detener el incremento del acoso del que son víctimas – pudiéramos decir desde siempre – y claro para detener el feminicio que se ha incrementado a cifras que no podíamos haber previsto.

CADA DIA MUEREN EN NUESTRO PAIS 10 MUJERES VICTIMAS DE FORMAS CADA DIA MAS VIOLENTAS EN CONTRA DEL QUE ALGUNA VEZ FUE CONOCIDO COMO “EL SEXO DEBIL”

Ahora bien lo primero que tendríamos que preguntarnos es quien o quienes son responsables de que esto suceda, por que tendríamos que empezar por aceptar que no es un fenómeno local sino uno que se presenta en el mundo entero. Pero claro, sin lugar a dudas es más importante en países como el nuestro donde el machismo fue llevado durante los últimos siglos a su máxima expresión.

Nuestro análisis tendría que seguir por entender ¡todos! – hombres y mujeres – que no hay un solo responsable, no podemos achacarle el problema ni al Estado ni por ejemplo a la Iglesia que son las dos grandes instituciones que de alguna forma han normado nuestro ser para bien o para mal, nuestra cultura, nuestros usos y costumbres etc.

Quien encabeza - en estos momentos de enorme crisis - el gobierno federal, o aquellos que lo encabezan en los niveles estatales o municipales no pueden entenderse como culpables del problema que ahora enfrentamos, la violencia contra la mujer o el feminicidio – que dicho sea de paso se ha manifestado con una violencia – perdón por utilizar este término tantas veces - sin precedentes como lo hemos vivido en las últimas semanas, y en contra incluso de niñas como fue el caso de FATIMA de tan solo 7 años y que fuera ultimada en forma imposible de entender, sin un motivo que salte a la vista ¿venganza? O como se dijo en los medios el caso de una mujer “consiguiéndole novia” a su pareja ¿? En una niña de 7 años de edad, ¿puede haber aberración más surrealista que esta?

Bajo este escenario al menos tendríamos que aceptar unas cuantas cosas que saltan a la vista, ¡NO SE PUEDE COMBATIR LA VIOLENCIA CON VIOLENCIA! porque en las recientes marchas, por más que sepamos que existen infiltrados, no puede aceptar una sociedad moderna que es empática con el movimiento feminista, que las marchantes destruyan lo que se les pone al paso, rompiendo vidrios, realizando pintas, prendiendo fuego a libros y a portales ancestrales etc.

También tendríamos por otro lado que entender que las víctimas, en este caso la mujer, reprimida, violentada y acosada por siglos, pero sobre todo por generaciones salga a protestar y decida mostrar todo su enojo reprimido durante tanto tiempo y se exprese como lo hemos visto en fechas recientes.

Por otro lado es entendible aunque inaceptable que sobre los hombros de una protesta con todo el sentido se monten grupos anarquistas o infiltrados que buscan otros intereses totalmente distantes a los del movimiento feminista, y que tienen el propósito de destruir no solo materialmente los edificios y monumentos por donde pasan, sino la imagen de las instituciones que comenzaba a cambiar y de quienes las dirigen en todos los niveles hasta llegar a intentar dañar la imagen del jefe del ejecutivo.

Es claro - para mí al menos – que él no es responsable de la violencia de la que hemos hablado, pero de lo que sí es responsable es de no poder contestar en forma adecuada cuando se le pide su opinión sobre el tema saliendo con un despreciable decálogo que no es más que un nuevo catálogo de buenas intenciones, un poco o un mucho moralista y que se enlista en – con perdón de quien esto lea – sus formas estúpidas de manejar temas tan importantes o trascendentes para la sociedad mexicana, como aquel que reza “abrazos y no balazos” que desde mi particular punto de vista es no darle la seriedad a las cosas que para la sociedad requieren.

Ahora bien la siguiente pregunta sería la de si el presidente de la republica puede hacer algo para detener la violencia en contra de la mujer y los femenisidios, y la respuesta que yo tengo muy clara es que NO, POR MAS QUE HAGA NO PODRA DETENER UN FENOMENO que no es tan simple como muchos quieren verlo y del que la mayoría desconoce sus causas.

Es tan ingenuo como el discurso que escuchamos una y otra vez en voz de tantas y tantas gentes que “EXIGEN DETENER LA VIOLENCIA EN CONTRA DE LA MUJER Y LOS FEMINICIDOS” COMO AQUELLOS QUE EXIGEN “NI UNA MAS” porque son exigencias que no están en las manos de nadie el conceder, me queda claro el que una buena estrategia en contra de la violencia y la inseguridad, seria en el mejor de los casos tratar de que el problema no se incremente pero de que persistirá como hasta hoy, sin lugar a duda y el éxito – insisto – seria que la curva ascendente de estos fenómenos se detuviera y viéramos realmente el punto de inflexión. Y aun eso es difícil de lograr – si no es que imposible –

Ahora bien, también siento que es un despropósito decir como lo han hecho algunos editorialistas afines a los antiguos regímenes de corrupción PRIANISTAS que el grito femenino es para AMLO lo que Ayotzinapa fue para Peña Nieto, realmente no lo creo pero no estaría por demás que nuestro presidente pensara antes de dar sus respuestas donde siempre descalifica lo que no acepta, porque esto de asegurar que el paro del 9 de marzo está convocado por las fuerzas conservadoras de la derecha es una más de sus torpezas – ojala que hubiera alguien que se lo dijera – que las fuerzas políticas de una oposición conservadora sobre todo las panistas, y todos aquellos que tienen un problema visceral anti López Obrador, se monten en la ola, esto es otro cantar, pero claro que no son los responsables de esa ola que va creciendo y que no hay nadie ni nada que la pueda detener, y que claro puede destrozar con su fuerza muchas cosas incluso gobiernos que en forma democrática llegaron al poder.

Esta historia continuara…