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BESTIARIO DE VIUDAS
¡He aquí! Lo que trata de San. Jorge y sus Animalazos
Roberto Sánchez Reyes
Les juro, hermanos míos, que en Viudas nos hay Pánico, ni PANDEMIA, sobre este asunto tan trillado del CORONAVIRUS. Para iniciar esta disertación tan particular, es necesario, poner los puntos sobre las íes: acá, en esta comuna, los habitantes determinaron abandonar el pueblo mucho antes de que apareciera este macrobiótico animal, ellos, quisieron salvar el caserío, antes que otra cosa. Se fueron, para que no hubiera luto aquí; para no derramar la única agua que traían sus ojos; para que no llegaran los paramédicos con sus vestidos de blanco angelical; para que no los enseñaran a comer salchichas, papistas adobadas, cacahuates japoneses, jamones, quesos, croquetas, leches, desodorizadas, aguas desmineralizadas, todo bellamente empacado ...etc, etc, etcétera.
Ellos, dijeron: si nos quedamos aquí, van a venir a "salvarnos" con sus modernidades, nosotros aquí hemos vivido sin tanto aparato, comiendo de todo lo que nuestra madre Naturaleza nos sazona en cada estación, y nos morimos, también en cada estación. Nosotros no nos alarmamos con la muerte, aquí nadie es eterno: cada quien llega cuando quiere y se retira a su hora. Su ciencia no nos iba a salvar, nosotros aprendimos a salvarnos, de la manera más sencilla: imitando a los sabios. Los sabios, o sea: nuestros viejos, ellos nos dijeron: a finales de este invierno, dispersémonos y acantonémonos en nuestras parcelas, donde el aire es transparente, el agua está limpia, el sol calienta, y donde hay hojas verdes y secas que nos dan sus aromas y esencias como linimentos de salud, hay que comerlos en abundancia.
Nuestros sabios nos dijeron, todos los seres vivos, pequeños y grandes, nacen y se mueren; nadie se pasa de la cuenta, todos tenemos nuestros días de luz y de noche: unos días tenemos vida y otros no. Nuestro ciclo de vida y de muerte, pertenece al universo de lo eterno; el universo es la suma de partículas, vivas y muertas y es la condición sine die, de este planeta y los demás. Lo eterno, cambia continuamente, se transforma y modifica, sin humano arbitrio.
Para concluir este pequeño y sabio consejo de nuestros sabios viejos, no le tengan pavor a la transformación o modificación. El bicho más depredador de este globo terráqueo es el hombre, y los otros seres vivos y materias no se han confabulado contra nuestra especie para aniquilarnos: el agua se transforma, el aire también, el sol también, la tierra por consecuencia. No nos alarmemos por este hallazgo del Coronavirus. No es ni el primero ni el ultimo microbio que descubre, nuestra debilidad, y nuestros miedos.
Apartaos del pavor del colectivo humano de ciudades y pueblos contaminados por una conducta del industrialismo que nos mantiene inhibidos. Vivamos dichosos en nuestras casas campestres contemplando lo que nace y muere en cada estación. Me resisto a cooperar, para el laboratorio y coadjutores médicos que pretenden desaparecer la infestación del coronavirus poniéndonos quietos.
Riamos como famélicas hienas de nuestros clínicos demiurgos de sales minerales y aguas de Lourdes y de Tlacotes y demás conjeturas

Del HABLAR POCO Y DECIR MUCHO EN VIUDAS
LIDIA REYES CÁRDENAS

QUIEN MUCHO ABARCA. POCO SUELE APRETAR. EL SOL, PARA TODOS SALE, Y PARA TODOS CORRE EL AIRE.
DANDO GRACIAS POR AGRAVIOS, ES COMO NEGOCIAN LOS HOMBRES SABIOS.
LOS PUEBLOS DORMITAN EN PAZ EN EL ENVILECIMIENTO DE LA SERVIDUMBRE.
DIJO EL JUSTO PADRE: A TODOS DARÉ HERENCIA SEGÚN VIERE SI LA MERECEN.
LO POCO O MUCHO QUE SE, NO LO HE ALCANZADO HOLGANDO, MUCHO TRABAJO ME COSTÓ.
GATOS Y MUJERES, BUENAS UÑAS TIENEN.
MÁS PIQUETES DA EL EL HAMBRE, QUE UN ENJAMBRE.
NINGUNA COSA HACE POBRE AL AVARIENTO SINO LA RIQUEZA.
DICE EL AVARIENTO: DE LO POCO, POCO; DE LO MUCHO, NADA.
A PERRO VIEJO NO CUZ CUZ