LA VULNERABILIDAD DEL SER HUMANO
IV PARTE, LA ECONOMIA MEXICANA
Para documentar mi pesimismo… y el de los demás
José de Jesús Reyes Ruiz
“Tal vez habíamos olvidado que somos un organismo frágil en extremo, que nuestra existencia tiene múltiples flancos vulnerables que hacen que nuestra vida – ahora nos damos cuenta – sea tan lábil que un microrganismo de 200 nanómetros de peso, invisible y aparentemente inofensivo nos ha puesto, - a la humanidad entera - en jaque y en estado de pánico, haciéndonos pasar por momentos que difícilmente hubiéramos imaginado”
Hace una semana nos atrevíamos a comentar que el problema de la pandemia que ahora vivimos no es esencialmente en contra de la salud, sino que lo es pero de la economía. En cuanto a la salud, aunque actualmente existen más de un millón de seres humanos contaminados y más de 100 mil fallecidos, en un universo de siete mil quinientos millones de habitantes, esto representa apenas un rasguño que como muchos ya han comentado no se puede comparar con los reales jinetes del apocalipsis, es decir la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y el hambre y sus devastadoras consecuencias en cuanto a la salud de los más pobres y marginados.
La economía es la que realmente saldrá más dañada de la presente contingencia que afectara esencialmente el 2020 pero que se alargara si no es que aparece la tan necesaria vacuna y los medicamentos que sean eficaces para controlarla.
La economía mundial vive hoy - así muchos expertos lo aseguran - el final de un ciclo, y este cierre es secundario a la pandemia sin lugar a dudas, por lo que un nuevo tipo de economía tendrá que surgir de las cenizas de la presente, y esperamos que esta represente una economía más justa y donde los equilibrios entre los que más tienen y los que de todo carecen sea más balanceada, donde la justicia social sea un elemento central y la inequidad el dragón a vencer.
Comentamos ya las bases de la economía tal y como la conocemos, una economía que comienza a delinearse con el fin de la edad media feudal y aislada, substituida por un renacimiento abierto, occidental y euro centrista, nacido de las ideas grecolatinas de la antigüedad. Posteriormente los procesos más importantes que contribuyeron al estado actual de las cosas fue el descubrimiento del Nuevo Mundo y de la globalidad, el incremento del comercio, la Revolución Francesa y las ideas del positivismo, posteriormente la Revolución Industrial ya en el siglo XIX y dentro de este siglo la alternativa marxista que derivó en un socialismo utópico manifestado en muchos sitios como un comunismo de estado, las dos grandes guerras ya en el siglo XX y la guerra fría donde los sistemas el capitalista y el comunista representados por EU y La Unión Soviética se confrontaron con todo, resultado vencedor el primero en 1988 con la caída del Muro de Berlín, y el fin de la utopía, y la declaratoria del Fin de la Historia por Huntington.
Quiero insistir porque creo que es central para entender nuestro mundo actual, la existencia de dos mundos tan distantes pero tan involucrados entre sí como son EL NORTE y el SUR, dos mundos que resultaron de la REFORMA LUTERANA con un norte protestante, con una usura permitida que serie el eje de su crecimiento, un norte trabajador responsable e individualista en extremo, de donde nace como lo comentamos hace una semana EL INDIVIDUALISMO COMPETITIVO propugnado por los “chicago boys” liderados por Friedman.
Y frente al norte, un SUR católico apegado más a las ideas esenciales traídas por Jesus de un HUMANISMO SOCIALISTA COMUNITARIO – como siglos después describiría Verdiaeff, mas obligado al prójimo que a sí mismos, un cuanto irresponsable y poco ahorrador pero más creativo y con raíces culturales más definidas que rápidamente conformo un universo de pobreza que tubo tarde que temprano que depender del norte rico que rápidamente se aprovechó de sus debilidades para beneficio propio.
En nuestro país como acertadamente lo acaba de describir Ortiz Pincheti, la confrontación de siempre pero más acentuada durante el siglo XIX fue la de los CONSERVADORES, poseedores de una economía pujante que querían conservar y que muchas veces – si no es que siempre – se basaba en hundir a sus semejantes y a utilizarlos, y que evidentemente no querían que las cosas cambiaran para mantener su status, de frente a los LIBERALES con ideas más cercanas a los intereses de la comunidad de frente a los personales, sobre todo el interés por las clases más marginadas y empobrecidas naciendo el concepto de JUSTICIA SOCIAL.
Si bien los liberales resultaron triunfadores en la Guerra de la Reforma y la intervención es importante tomar en cuenta que como lo describe Ortiz Pincheti el LIBERALISMO podía entenderse como de dos tipos, el LIBERALISMO POLITICO que pretendía gobernar con un sistema democrático, y el LIBERALISMO ECONOMICO que permitía nuevamente la libre competencia y daba entrada al individualismo competitivo.
No resulta difícil entender que nuestro país fue dominado por el LIBERALISMO ECONOMICO después de la muerte de Juárez y el ascenso al poder de PORFIRIO DIAZ, donde el liberalismo político y su democracia se mantuvo en el archivo y el liberalismo económico de la libre competencia produjo progreso y desarrollo pero acumulo la riqueza en unas cuantas manos y provoco una enorme pobreza. Esto y la falta de democracia provoco la Revolución Mexicana en la que fueron derrotados PANCHO VILLA Y ZAPATA triunfando CARRANZA y OBREGON y naciendo después con Calles la época de las instituciones y el partido único de estado.
En estas circunstancias se logró intentar la introducción de los conceptos del Socialismo Utópico con una democracia ausente durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, pero bajo el sistema sexenal establecido no se logró prolongar el concepto que se intentaba establecer – de un México socialista – regresando con los presidentes posteriores sobre todo con Miguel Alemán al liberalismo Económico que desde entonces pareció ser incompatible con el político, es decir con un sistema mínimamente democrático. Y nuestro país creció económicamente y se dio algo de progreso y desarrollo pero nuevamente se incrementó la inequidad y la concentración de riqueza, donde las elites económicas y políticas se fundieron en un cordial abrazo para beneficio propio y en perjuicio de las clases bajas de la base de la pirámide social donde se concentraba y se concentra la mayor parte de la población.
En estas condiciones el sistema pendular que opera dentro de los sistemas políticos que oscilan entre los extremos de lo que siempre se ha consabido como la izquierda (que privilegia el interés comunitario frente al individual) y la derecha (que por el contrario privilegia el interés individual) en forma por demás extraña no cambio de regreso a postular un gobierno diferente, sino que se fue hacia un extremo más distante del que hasta entonces se había vivido.
El mundo vivía la euforia del Fin de la Historia y con ella del socialismo y comunismo de estado, Ronald Regan y Margaret Teatcher habían postulado que con el fin del socialismo y el triunfo del capitalismo como consecuencia, tendrían que venir nuevos tiempos, los tiempos del LIBRE MERCADO donde este fuera el motor responsable de mantener los equilibrios, y la libre competencia derivada del INDIVIDUALISMO COMPETITIVO fueran la energía que moviera al mundo, donde la apertura de las fronteras a las mercancías pero no a los seres humanos, con el nuevo ídolo de oro – que siempre había estado ahí – el dinero y sus nuevas iglesias el BM y el FMI fueran los que definieran el futuro, donde el estado, la otra gran institución quedara marginada siendo parte de la historia y tan solo se mantuviera como un testigo lejano del acontecer.
Estos nuevos tiempos fueron traídos por los tecnócratas – personajes de la clase alta instruidos en las universidades del extranjero sobre todo de la Ive League – liderados por Salinas de Gortari, instalándose en México – en forma ligeramente tardía – lo que era la economía nueva que se instrumentaba en casi todo el mundo; el nuevo liberalismo, el NEOLIBERALISMO.
Pero los tiempos – 3 décadas – mostraron con claridad que estos nuevos tiempos solo trajeron la concentración de la riqueza en algunas manos con un crecimiento exponencial de la pobreza y un estancamiento del crecimiento y del desarrollo, y así la liga que nos llevaba – y nos llevó – al desastre se estiro demasiado, 6 sexenios de gobiernos prianistas que no permitieron soltar el poder en el 2006 cuando se cometió el fraude electoral imperdonable, más de 3 décadas de un crecimiento no mayor al 2% que con un crecimiento demográfico similar resultaba un crecimiento real de 0, con un crecimiento exponencial de la deuda externa que de un billón subió a 10 billones de dólares solamente en los últimos 3 sexenios, donde no solo los grandes empresarios – que en gran medida dirigían el barco frente a un estado ausente – sino también las cúpulas políticas, se hicieron de todos los recursos que enviaron a los Estados Unidos y a los paraísos fiscales ante la mirada complaciente de gobiernos que no solo no paraban sino que promovían los desvíos y participaban el ellos, donde floreció la corrupción como nunca antes – y valla que la corrupción es un cáncer que siempre nos ha acompañado – dentro de un liberalismo nuevo – neoliberalismo – de tipo económico, donde el liberalismo político es decir las aspiraciones democráticas, brillaban por su ausencia o eran ocultadas bajo fajos de billetes que compraban el voto absolutamente sin consecuencia alguna.
Con estos antecedentes podremos ya analizar la situación actual que no es – claro – como los medios nos quieren decirnos engañosamente.