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Para documentar mi pesimismo… y el de los demás

AMLO a favor de la apertura “no se puede con tanto encierro” 

Es una pregunta - la del título que enmarca estas reflexiones - que muchos nos hacemos, y consideramos – yo al menos – que como están las cosas la llamada “nueva normalidad” tendría que haberse postergado uno o dos meses más.

En otro espacio comenté que el Presidente se había enfrentado al dilema de  la salud o la economía,  y se había decidido por la economía, siguiendo un poco los pasos de Trump y Bolsonaro, así es que no le sorprenda que lo comparen con estos dos desastrosos personajes que los norteamericanos y los brasileños eligieron contra natura. Aquí las cosas se dieron diferente, pero en estos momentos yo y  muchos comenzamos a hacernos la pregunta de ¿Por qué? El parecido entre estos tres si en teoría tendrían que ser radicalmente diferentes.

Por lo que nos dicen las cifras – que para acabarla de amolar están seguramente maquilladas – es que no son los tiempos - o no lo fueron -  para declarar que la pandemia estaba domada y que todo estaba bajo control y mucho menos para asegurar que la curva se había aplanado y que México estaba logrando, como algunos otros países, el control del problema sanitario. Los números nos hablan de lo contrario.

Pero la decisión de abrir la economía y con ella múltiples negocios que no son esenciales - de acuerdo al catálogo realizado por el mismo gobierno federal - y dejarle el reto – es decir la papa caliente – a los gobernadores para que ellos decidieran qué hacer y qué no, fue desde todos los puntos de vista, un despropósito.

La terminación de lo que conocimos como “sana distancia” que concluyó el último día de mayo, permitió que muchos mexicanos pensaran que el problema se había controlado y que  podrían salir de las casas sobre todo bajo el ejemplo del primer mandatario que contra todas las opiniones, decidió salir de gira al sur y al sureste del país, siempre sin el cuidado mínimo de un cubre bocas.

Según lo que le entendimos al doctor López Gatell el primero de junio se iniciaron nuevos tiempos. Sus declaraciones confundieron a los mexicanos debido a que, por un lado, nos decía que lo más fuerte de la pandemia estaba por venir, pero por el otro, seguía asegurando que la curva se había aplanado sin decirnos claramente cómo. Además, las cifras de contagiados de enfermos y de fallecidos por el covid-19 se seguía incrementando exponencialmente, y seguramente se olvidó que hace un par de meses comento que según los cálculos matemáticos de sus expertos México terminaría con seis a ocho mil muertes; pues bien, ese número ya se superó con creces y ahora tiene que cambiar su pronóstico y nos habla de entre 30 y 35 mil muertes mientras los mexicanos vemos con horror que expertos de la Unión Americana nos hablan de 135 mil decesos en territorio nacional, solo cien mil por debajo de las que se presagian para los Estados Unidos.

Me da la impresión que existe una trampa en esta la nueva etapa, y es que se habla de los semáforos que en teoría tendrían que cancelar la simple idea de salir y abrir comercios y empresas no esenciales, pero al mismo tiempo, se anuncia la apertura de sectores como el de la construcción, la minería, las ensambladoras de carros y otras, asegurando que vigilarán que estas empresas cumplan los estándares de seguridad que demanda la pandemia para evitar los contagios.

Sin embargo, es bien sabido que estas empresas que de por sí ya perdieron mucho en su economía difícilmente van a atender estas recomendaciones - aun y cuando se viven nuevos tiempos - porque no hemos olvidado que por no poner unos cuantos miles de pesos cuando se ganaban millones, la compañía México no dispuso de los mínimos elementos para dar seguridad a sus mineros que en consecuencia perecieron  con la explosión de Pasta de Conchos, sin que nadie pague esos pecados a dos sexenios de distancia.

Se nos dice una y otra vez que los semáforos se encuentran en rojo en todo el país, pero se cierran los ojos ante la desbandada de aquellos que no quieren recluirse, que no le temen a la pandemia y que serán los primeros en enfermar y posiblemente morir bajo las actuales circunstancias.

Y no es que nos opongamos a que cualquiera exponga su vida según sus formas de pensar, lo que pasa es que a todos como Nación nos costará enormes recursos que no tenemos para intentar auxiliarles cuando eso pase, y la saturación de los hospitales – no solo el costo – hará que otras vidas de aquellos que si entendieron el problema también se pierdan porque estoy seguro que el gran pintor y escultor zacatecano Manuel Felguerez no caminó por las calles de la ciudad de México exponiéndose a contraer la infección y de todas formas le llegó hasta la privacidad de su domicilio donde disciplinadamente realizaba la cuarentena.

No me queda la menor duda de que la actitud firme de extender la cuarentena seria lo congruente, incluso hasta dejando la actividad arriba mencionada pero que se realice bajo estrictos cuidados sanitarios. En todo caso, el mensaje debe ser claro no confuso ni ambivalente.

Tampoco se debe ir a extremos como los que sucedieron en Jalisco, porque es muy diferente a que las policías estén en las calles INVITANDO a que no salgan de casa y que si salen usen cubre bocas, incluso que los regalen a quienes transiten sin utilizarlos, a que repriman con la fuerza a aquellos que desobedecen las indicaciones.

España por ejemplo acaba de implementar una multa de cien euros a quien este en la calle sin cubre bocas, Inglaterra prohíbe estrictamente que aquellos que no viven juntos tengan relaciones sexuales, y cosas por el estilo vemos en el mundo mientras que aquí simplemente lo dejamos pasar.

AMLO tiene según entiendo 65 años, pero ya da muestras de DEMENSIA PRESENIL, yo vote por él y lo apoyo en la mayoría de las cosas que hace, pero el sí tendría que utilizar cubre bocas no solo para prevenir la infección sino para evitar que diga tantas tonterías.

Por qué solo analizando alguno de sus últimos comentarios como decir que ser honestos, no robar, no mentir y no traicionar es suficiente para prevenir al coronavirus, (a quién se le ocurre tal estupidez), entonces tenemos que pensar que personajes como Oscar Chávez o Manuel Felguerez, mentían, robaban y traicionaban ¿O qué?

Yo pensé que era una persona que sabía de la historia de la Nación, pero utilizar frases como Lucas Krause Alamán para humillar a Enrique Krause al que llama “intelectual orgánico al servicio de las elites que dominaron al país”, cosa que yo no estaría tan seguro.

Estos intelectuales orgánicos como Aguilar Camín, Jorge Castañeda, Silva Herzog Márquez, Leo Sukerman y tantos otros siento que se sentían mucho más cómodos con los regímenes anteriores pero no es por que necesariamente vivieran de ellos. Me da la impresión que son parte de la elite que jamás ha bajado a reconocer su país a ras de tierra, nunca han caminado por los pueblos que López Obrador ha recorrido una y otra vez, son gente que lee y mucho pero no escucha la voz de los de abajo, en fin, esta es una discusión que tendremos que dar más adelante y en otro espacio.

Pero lo que AMLO olvida es que Lucas Alamán si fue un personaje conservador que apoyaba el centralismo de frente al federalismo, pero era un personaje culto en extremo que no por sus ideas dejaba de ser un amante de México y lo demostró en mil ocasiones intentando defender la mutilación de nuestro  territorio, y sobre todo AMLO olvida – o no lo sabe – que el primer presidente de México, y uno de los mejores presidentes que este país ha tenido Guadalupe Victoria, liberal, progresista y federalista, al tomar el poder lo primero que hizo fue llamar a dos de sus grandes opositores a formar parte del gabinete donde colocó dos liberales y dos conservadores, uno de ellos Lucas Alamán a quien escuchaba siempre intentando buscar el equilibrio en cuanto a las ideas porque sabía bien que gobernaba no solo para los liberales sino también para los conservadores.

Un editorialista de izquierda reaccionó ante las absurdas palabras recientes del presidente de que: O se está a favor de la 4T o se está en contra - una actitud totalmente carente de sentido -  o estás conmigo o estás contra mí, Y menciona que si bien muchos estamos de acuerdo con las metas que la 4T se ha planteado, no estamos de acuerdo en los caminos que se han tomado para llegar a ellas, e incluso para llegar a ellas necesitamos de la opinión y el pensamiento de aquellos que piensan diferente.

Antes de que la izquierda se hiciera con el triunfo no me olvido de una de las imágenes que se me venían a la mente como una utopía que podría lograr fácilmente la victoria, y que era ver caminar a López Obrador con Cuauhtémoc Cárdenas, juntos empujando a México por el lado correcto de la historia.

Una utopía de esas me permite soñar a AMLO sentado y escuchando cuidadosamente a sus opositores y tomando en cuenta las cosas buenas – que serán muchas – de lo que ellos tienen que proponer, pero esa utopía nunca la verán mis ojos.

QUE TRISTE.