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La Manzana Flechada
Otro año
Martha Chapa

Llega de nueva cuenta mi cumpleaños y ahora tengo una sensación extraña, pues nunca se habían presentado las condiciones que marcan los tiempos actuales.
No me refiero a un cumpleaños rumboso, sino simplemente a celebrarlo como en los años recientes, es decir con toda mi familia que reside en la ciudad de México y con algunas amigas.
Hoy, fue diferente, ni mis hermanos ni mis hijos y algunas buenas amistades: pudieron estar presentes, tal como lo marca la sana distancia. Mi hijo Federico, por ejemplo, reside en Nueva York y no puede ni debe tomar un avión para llegar hasta acá. Y es el mismo caso de mis dos hijas, Marta y Laura, que aquí viven en nuestra ciudad capital, pero no es aconsejable por igual, sobre todo como ellas dicen con su consabida generosidad, de que no quieren exponerme a mí a un contagio con todo y que ellas se han cuidado y cuidan, muy de acuerdo a las recomendaciones sanitarias establecidas por las autoridades en la materia.
Aun así, no dejó de ser para mí un día especial, pues en primer término debo agradecer que sigo con vida y continúo muy activa en la pintura y la investigación gastronómica, entre otras tareas. En esta ocasión, tuve también el privilegio de estar con mi compañero, Alejandro, ya juntos desde hace 18 años y quien se esmeró para alegrarme el día y compartir recuerdos gozosos, además de que aunque no es muy ducho en las labores de la cocina, se alió a Lidia, ya con 25 años de trabajar conmigo a la vez que una magnifica cocinera, y me prepararon un rico y sorpresivo menú, aunque no escape de darles su ayudadita.
Sigo entonces creando y tengo todavía mucho que dar, a la espera igualmente de que regresemos no a la “nueva normalidad” como truculentamente se le ha querido llamar, sino a la estabilización de nuestra vida social, profesional, familiar y humana.
Estoy entonces en un enclaustramiento creativo concentrada en mi pintura y asimismo, ensayando nuevas formas de comunicación, bien se trate de las videoconferencias o de otros encuentros vía Zoom.
Creo también que buena parte de estos hábitos que hemos adoptado prevalecerán, aunque en ningún caso pueden ser tan completos y satisfactorios como en la convivencia presencial.
He leído mucho, escuchado música muy variada, preparado los alimentos de casa con mayor frecuencia e intensidad y hasta he inventado nuevas recetas y con ellas he pensado hacer un libro.
Mantengo sí, mi preocupación por tantos contagios y los tan lamentables y dolorosos decesos, entre ellos el de mi amiga Pilar Pellicer y su esposo Javier Gallástegui, con unos cuantos meses de diferencia, así como el de mi colega Manuel Felguerez, que tanto me entristecieron.
Estoy consciente de que vivimos tiempos difíciles: por una parte nuestra economía que no creció nada el año pasado y los elevados índices de violencia que se registraron y siguen incrementándose escandalosamente. Y por otra los registros económicos decrecientes de hoy y las consecuencias terribles en términos de falta de empleos, bienestar, seguridad y paz.
Con todo, subsiste en mí una confianza razonada y razonable de que juntos, unidos y sin polarizaciones que nos dividan, saldremos adelante.
Llego por tanto a mis 74 años de edad con un explicable sabor agridulce pero con la convicción de qué tenemos que reconstruir con más sacrificios, esfuerzo y compromiso, todos los daños y perjuicios que ha resentido nuestro México y apuntalar así los cimientos y raíces de nuestro futuro.
Gracias, muchas gracias al público que tanto me ha apoyado y alienta para seguir como artista plástica, al igual que a mis entrañables familiares: mis hijas e hijo, hermana y hermanos, por supuesto a mis queridas amigas y amigos, a mis colaboradores y desde luego, a mi gran compañero de vida.
Y parafraseando esa letra que ya es un clásico: Gracias a Dios y gracias a la vida, que me han dado tanto.

Página web:
http://www.marthachapa.mx

Sala-Museo Martha Chapa:
http://www.dgb.uanl.mx/bibliotecas/burrf/salamuseomarthachapa/

Facebook: Martha Chapa Benavides
Twitter: @martha_chapa