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Resaca educativa
DIVAGACIONES DE LA MANZANA
POR MARTHA CHAPA
20/06/2020 - 00:12 HS

La pandemia, lo sabemos, ha permeado nocivamente en nuestra vida personal y social.

Así también, hemos constatado que los perjuicios se extienden a los más diferentes ámbitos, como ha ocurrido en el sistema educativo.

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Los estragos son muchos y van desde la desconexión entre alumnos y maestros, apenas subsanada vía internet, la posposición en varias ocasiones del regreso a clases o hasta la suplencia pedagógica que muchos padres de familia han tenido que asumir, explicablemente con más empeño que eficacia.

Pero también las consecuencias en el orden económico afectan y afectarán en mayor grado a todos los padres de familia y a sus hijos, especialmente a quienes están inscritos en escuelas privadas.

En días recientes, nos consternó el anuncio de la Unión Nacional de Padres de Familia en el sentido de que 800,000 estudiantes se verían obligados a abandonar sus estudios, por la incapacidad de seguir pagando colegiaturas.

Tan desalentadora realidad, se agrava aún más, cuando constatamos que le es imposible al sistema de educación pública, incorporarlos por sus limitaciones en cuanto a infraestructura, escuelas, aulas e inclusive al número de maestros disponibles.

Dentro de esas mismas estadísticas, baste mencionar para concebir la dimensión del problema, que el 10% de la matrícula total escolar de educación básica del país se ubica en escuelas privadas, y qué decir de la educación superior, qué alarmantemente llega al 30%

Urge entonces que el gobierno actual busque e instrumente alternativas en el corto plazo para atender a esa población que casi representa un millón de estudiantes.

Por eso, nadie podría concebir que la reciente convocatoria que hiciera el Presidente López Obrador, a todas y todos para reinsertarnos en la llamada nueva normalidad, pueda lograrse si no aseguramos la educación para nuestros niños y jóvenes en su totalidad.

Un derecho además, que si bien solo podrá ejercerse con la conjunción de recursos y voluntades del gobierno federal con los estados y municipios, así como con la participación plena de los padres de familia, requiere igualmente el uso de las nuevas tecnologías…, y mucha, mucha imaginación y creatividad.

Desde luego, un factor indispensable es y será no dar cabida a polarizaciones, clasismos o discriminaciones, tan usuales en el discurso de nuestros días.

¡Primero los niños!