Skip to main content

Del HABLAR POCO Y DECIR MUCHO EN VIUDAS
LIDIA REYES CÁRDENAS

LA GENTE QUE CREE A CIEGAS TODO LO QUE LE DICEN, SE VUELVE FERVOROSO PELIGROSO.

¡MANDE QUIEN MANDE, NADIE OBEDECE CUANDO REINA EL HAMBRE!

A TODO EL MUNDO SE LE LLEGA SU HORA: DE COMER, DORMIR, BAILAR Y DE MORIR.

EN EL CAMINO, CUALQUIER SALIENTE PUEDE SER UN PELIGROSO TROPEZÓN.

DESPUÉS DE TRES DÍAS DE MUERTO, NI EL MÁS HABLADOR ABRIRÁ LA BOCA.

PARA QUE TU MULA NO TE MUERDA, PONLE UN BOZAL DE SUS PROPIAS CERDAS.

NO HAY PELO MÁS RARO QUE EL DEL CALVO.

DE PRESTADO Y FIADO, ENTIÉRRENME PARADO.

¡PRENDIÓ AQUELLO, COMO REGUERO DE PÓLVORA!

EN LA VARIEDAD ESTÁ EL GUSTO.

NO REPLIQUES, HASTA QUE TU INTERPELADO TERMINE SU ORACIÓN.

EN VÍSPERAS DE COMBATE, HAY QUE CONTENER EL ALIENTO, PONER ATENTO EL OÍDO Y LOS OJOS BIEN ABIERTOS PARA CONOCER AL OSADO ENEMIGO.

BESTIARIO DE VIUDAS.
¡He aquí! Lo que trata de San Jorge y sus animalazos.
Roberto Sánchez Reyes.
Del animal que habla y escribe...
¡Desde allá, de aquél tiempo, hasta acá, en éste tiempo!
Lectores de este ZOOLOGICO verbal, espero encuentren en esta alegoría una posible simetría con lo que usted ha visto y oído en esta cañada mineralizada de Viudas.
Si esta ciudad es vetusta, sus hombres también lo son y por por ello, usted podrá muy bien colegir nuestra consideración: ¡vayamos juntos al grano como van los gallos!
Un matrimonio entrado en años aceptó de buen grado heredar a sus hijos en vida, para no morir intestados y marchar al lugar del sueño eterno con la satisfacción de haber dado a cada uno de sus hijos según su mérito, y consideró con escrupulosa justicia lo que a cada uno le correspondería y formó consejo enseguida.
Díjole al menor de sus hijos, traedme por vida tuya la escoba de zacate conque tu madre barre esta morada todos los días y enseguida, procedió con su lección de sesuda probidad.
¡Miren todos esta escoba! Con este utensilio de limpieza, probaremos la fuerza y la inteligencia de cada uno de ustedes, vamos a proceder invitando al más grande de ustedes a que rompa este haz de zacate, si él no lo rompe probaré con los que siguen, hasta encontrar al de mayor fuerza e inteligencia.
Ninguno de los diez hijos superó la prueba de romper el conglomerado de popotes abrazados por una hilacha que daba cuerpo y resistencia a tan útil instrumento para la limpieza; y, para esta ocasión, servía para ilustrar el más humano de los propósitos: LA FRATERNIDAD.
De mucha instrucción es, examinar lo que hace fuerte a los popotes reunidos por un cordel. Esta hilacha, abraza y da cohesión a los débiles popotes otorgándoles fortalezas insospechadas, para enfrentar el peligro unidos por un cabo de hilo.
El hilo, hace más fuerte a cada uno de los popotes abrazados por él, y soltándoles los vuelve débiles. El lazo de la concordia vuelve a los popotes fuertes e invencibles, como lo pudo comprobar cada uno de ustedes en su intento.
Ahora probaremos que frágiles son los popotes separados, y en esta acción de separar los popotes y romperlos, será para ustedes en este tiempo, la útil lección de concordia que los mantendrá unidos después de nuestra larga y eterna ausencia.
La elocuente lección de la escoba, era un rezo ciudadano de unidad familiar mientras el padre y la madre de ésta décima de hijos aventajan en su marcha de reintegración.
Sabia disposición había sido la de heredar a sus hijos en su tiempo, con apego al código de justicia salomónica del merecimiento.
Ahora veremos cómo lo resolvió el nuevo tiempo:
Los viejos cordeles humanos se rompieron, y al romperse soltaron a la décima de hijos a la buena de Dios...; encontraron estos hermanos una copiosa heredad hecha de ahorros sustantivos y depurada de acreedores, amasada que lo fue esta fortuna con el amor paterno, y con la propuesta de que en adelante se mantuviera y creciera, con el amor fraterno.
La propuesta salomónica de los viejos, pronto muy pronto fue desoída, y más temprano que tarde aparecieron juicios adversos a la voluntad salomónica. Se entrometieron en la dicha heredad la ambición y la envidia y agregase a esto un grande cuerpo de doctores de la ley; facultativos exacerbados para la justa partición....: abogados y heredados disienten y pretextan razones sin razón; El togado Juez, dictamina la heredad protestada y da a cada quien según la paga.
Moraleja: de la cuantiosa fortuna heredada, constituida por suntuosas fincas, campos de jugosa renta, fábricas de ingenio y de la fraternidad encomendada. Ahora, de aquella colosal fortuna solamente quedan: diez hermanos que contemplan su ruina en un estrellado espejo de recuerdos: endeudados con los doctores de la ley y con un juez ventajoso y redondo, en créditos.