AHOGADO EL NIÑO, TAPADO EL POZO
Nota Espe_culera
By Syres
Durango, Sinaloa, Nayarit, Chihuahua y Zacatecas, son los estados que al igual que Baja California y Michoacán no han logrado salir del semáforo rojo que indica la alerta máxima por los contagios del Covid 19. Aunque a nivel Estatal hemos de reconocer que el gobierno de Alejandro Tello ha hecho lo propio, no se puede decir lo mismo de sus Ediles Municipales, y me refiero específicamente a Julio Cesar Chávez Padilla, quien con tal de quitarle adeptos a su colega Ulises Mejía, ya tiene un brote de contagios entre los empleados de la Presidencia Municipal, pues este Ayuntamiento, fue de los únicos, por no decir, el único que decidió trabajar sin filtros de seguridad, avalando también, que los guadalupenses que requieren un servicio, se presenten sin las medidas elementales de salubridad.
Con esto Guadalupe se posiciona en el primer lugar de contagios en el Estado, muy por encima de capital, donde no es por intrigar, pero su Presidente Municipal innovo con la idea de un servicio de transporte público para el personal de hospitales y servicios de salud mientras que Julio Cesar abonó sus votos a buscar hoteles para albergar al personal médico a inicios de la pandemia.
Así las cosas, el Municipio de Guadalupe es el que mantiene el mayor número de casos activos y contagios, sumando 519 para ser más precisos, posicionando por encima de Zacatecas y Fresnillo, este último encabezado por Saúl Monreal, quien pese a que supera a Guadalupe en extensión y población ha sabido controlar la incidencia de contagios con efectividad sin dejar de trabajar.
Pero que hacía Julio Cesar Chávez antes de ser el flamante candidato a la presidencia Municipal, la verdad es que no mucho, fungía como Subsecretario de la Secretaría General de Gobierno cuando Fabiola Torres era la titular, y tenía bajo su responsabilidad, entre otras cosas, conciliar la situación laboral de los trabajadores de la educación, cosa que como ya se imaginará querido lector, no pudo solucionar, tal vez porque nunca se presentaba a las reuniones que convocaba el SNTE o porque de plano, no tenía el tacto político necesario para resolver ese tipo de problemas.
A esto súmele que recién estrenado Edil, solicito una licencia indefinida para someterse a una operación de columna por secuelas de un accidente automovilístico años atrás. Parece que fue ayer cuando con lagrimas en los ojos Julio Cesar apelaba al buen corazón de los regidores a quienes pedía su licencia “de manera sincera y con el corazón sus oraciones, refrendándoles que como saben él es un hombre de fe y creyente”. Y no es que me mofe de su discurso por ser yo un hombre de poca fe, al contrario, pero si me queda claro que cuando se trato de su salud fue capaz de abandonar hasta la política, y ahora con un tema tan serio de salud nacional, se le olvido la benevolencia y omitió los cuidados necesarios para proteger al personal del ayuntamiento, quienes ya forman parte de la lista de enfermos, confinados y fallecidos. Y como dice el dicho, ahogado el niño tapa el pozo, pues fue hasta esta semana que decidió llevar a cabo los trabajos de sanitización el palacio municipal.