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Dr. José de Jesús Reyes Ruiz

¿EL MANEJO DE LA PANDEMIA EN MEXICO HA SIDO?
BUENO, REGULAR o MALO
II PARTE

Para documentar mi pesimismo… y el de los demás

En nuestra colaboración previa intentamos analizar en forma objetiva - sin favoritismos o visceralidades de tipo político - si nuestro país había manejado mal, regular o bien la pandemia. Insistimos en que el EPICENTRO de la misma estaba de lleno en nuestro continente por lo que comparamos los números de los tres países con más población de América para poder intentar sacar conclusiones.

Insistimos en que la mortalidad por población era en mucho similar en los tres países mayormente afectados, nuestro México con 120 millones de habitantes y más de 50 mil muertes por Covid-19, Brasil con el doble de muertes, por arriba de los 100 mil pero con una población por arriba de los 200 millones de habitantes, y finalmente los Estados Unidos con más de 150 mil defunciones con una población mayor a los 300 millones.

Donde las cifras no coinciden es en el número de contagios detectados. En Estados Unidos ya sobrepasaron la cifra de cinco millones (más de medio millón solamente en California) Brasil tiene más de dos millones de contagios mientras que nuestro país se encuentra en el medio millón, y comentamos que pudiera ser que aquí exista un subregistro por la cantidad sensiblemente menor de pruebas realizadas con respecto a las efectuadas en Brasil y en los Estados Unidos.

Donde sí tendríamos que estar preocupados es en el sentido de que con estos números tanto Brasil como Estados Unidos tienen cifras de mortalidad de alrededor del 5% mientras en nuestro país la mortalidad está por arriba del 10% y tendría que preocuparnos este punto en lo particular que siento que es resultado de una deficiente atención medica por no contar con el número de especialistas en el área del manejo de la insuficiencia respiratoria, y aunque – tengo que insistir – la conversión Covid de unidades hospitalarias, así como el número de ventiladores que se han adquirido – muy por arriba de los 10 mil necesarios – no ha sido suficiente en el manejo del paciente grave por falta de recursos humanos.

Mientras en el mundo entero estamos por llegar a los 20 millones de contagios, y al millón de fatalidades, existen lugares que han logrado realmente controlar el problema aunque no son muchos y son países pequeños que forman parte del primer mundo como Nueva Zelandia, mientras en otros como los países europeos empiezan a preocuparse por los rebrotes o incluso por la llamada segunda ola de la pandemia.

Con todos estos análisis realizados a conciencia, y con la buena nueva de que ya podemos asegurar que la curva por fin realmente se ha aplanado – solo en la semana pasada a nivel nacional -, y mientras nuestro estado que entró en esta problemática demasiado tarde, que tal vez se aisló antes de tiempo y que en consecuencia se abrió a la economía también antes de tiempo, está pagando las consecuencias con un numero diario de contagios de alrededor de cien – y subiendo – y una mortalidad promedio por arriba de las diez defunciones diarias, donde esperamos y vemos como datos prometedores que los porcentajes de personas que utilizan el cubre bocas es cada día mayor, pero donde nos preocupa que la movilidad de la sociedad está muy por arriba de la que tendríamos que esperar en la idea de que la curva finalmente también se aplanará en nuestro entorno cosa que no vemos cuando pueda finalmente suceder.

Las propuestas de una oposición visceral y de unas élites empresariales e intelectuales interesadas en golpear al presidente más que el mejorar las cosas, son, desde mi particular punto de vista, total y absolutamente improcedentes. Sin embargo Lopez-Gatell tendría que aceptar mínimamente la revisión de la estrategia, nada le costaría ampliar el número de expertos y conocedores y repensar lo que se ha hecho bien, o regular, o definitivamente mal, en el manejo de este problema. Pienso que su error es tratar de proteger al presidente en sus necedades y no obligarlo, - como el que define la estrategia de salud - a utilizar obligatoriamente el cubre bocas, y sobre todo buscar la forma de que así como accedieron a adquirir un número elevado y prácticamente imposible de ventiladores, también exigir la adquisición de pruebas para la detección de casos, las que utilizan pero también las rápidas y rediseñar un planteamiento estratégico desde el punto de vista epidemiológico para lograr la reducción en las condiciones actuales de la apertura de la economía – seguir con el aplanamiento primero de la curva y después el necesario y anhelado escenario de la reducción de casos.

Comentamos que fueron dos las decisiones ordenadas sin lugar a dudas por el presidente que han afectado y sobre todo que han alargado el problema de la pandemia en nuestro país, y con ello han incrementado la mortalidad. La primera, como lo comentamos hace una semana, fue la decisión de la apertura de la economía el día primero de junio, y; como también comentamos tal vez no existía alternativa por que la economía caía en un abismo donde los más pobres y los más desprotegidos que son los que más le interesan al presidente – ¿Alguien lo puede culpar por ello? – eran los mayormente afectados. Pero TENDRIA QUE HABER ACOMPAÑADO ESTA APERTURA CON UNA INDICACION CLARA EN EL SENTIDO DE QUE AQUEL QUE NO TENGA QUE SALIR PARA LA MANUTENCIÓN DE SU FAMILIA QUE NO SALGA, Y SOBRE TODO EL QUE TENGA QUE HACERLO QUE LO HAGA CON LOS CUIDADOS DE LA SANA DISTANCIA, EL ASEO DE MANOS Y SOBRE TODO, ¡SOBRE TODO! EL USO DEL CUBRE BOCAS.

Y este es el segundo punto que muchos de quienes aún creemos en este gobierno como un gobierno de cambio de muchas – miles de cosas que estaban mal -, no podemos entender. La actitud del presidente en cuanto al uso del cubre bocas. No puede ir a contra corriente del flujo del resto del mundo. Un López-Gatell serio y firme en su misión de proteger a la población tendría que exigirle que lo utilizara y no solo justificarle como inadecuadamente lo ha hecho. Y qué decir de los otros poderes como el legislativo que no tendría en esto y en muchas cosas más que estar totalmente supeditados al Ejecutivo.

No podemos entender que López Obrador - por ejemplo - salga a darles órdenes de desaparecer todos los fideicomisos, el Legislativo tendría que decir simple y sencillamente NO SEÑOR de ninguna manera, no lo haremos porque no estamos de acuerdo, es decir el punto de vista del presidente no tiene que ser necesariamente el de todos los demás, y si a él le molesta – no existe otra forma de entenderlo – utilizar el cubre bocas, aun así tendría que utilizarlo porque su ejemplo – él lo sabe – es importante para una sociedad expuesta a sufrir y a morir bajo el coronavirus.

¿Cuántas muertes se podrían haber evitado con la exigencia del uso del cubre bocas? O la pregunta extrema ¿Cuántas defunciones han sido secundarias al contagio de aquellos que decidieron seguir las sugerencias de López Obrador en este sentido y se desentendieron de una protección que les podría haber evitado el contagio y eventualmente les habría salvado la vida? Es claro que parte de las 50 mil defunciones SOLO UNA PARTE tendría que cargarlas AMLO sobre sus espaldas y especialmente sobre su conciencia; una sola muerte sería una pérdida inaceptable, pero seguramente son muchas más, miles tal vez. Alguien tendría que decirle al presidente que es en gran medida su responsabilidad.

Él mismo tendría que entender que no es una persona joven, que ciertamente tiene una comorbilidad que implica un serio problema de circulación en su corazón, con un infarto previo y angioplastia realizada hace ya algunos años. No es bueno para nadie y claro no es bueno para México si el presidente enfermara y eventualmente muriera, nuestro país entraría en un caos peor que el que estamos viviendo, y esto ¿es algo que no ha pasado por su mente? Si como se advierte no tiene asesores que valgan, uno esperaría que al menos su esposa -que claramente es una persona pensante- se lo dijera y le exigiera protegerse mediante el uso del cubre bocas, y así podríamos esperar que no dijera las estupideces que de repente salen de su boca sin que piense mucho lo que está diciendo, como aquella de que:

“Me pondré el cubre bocas cuando se acabe la corrupción” es decir NUNCA

Si como vemos el Ejecutivo no actuara, como tendría que hacerlo, la única esperanza tendría que recaer en el Legislativo para que hiciera lo que tiene que hacer es decir legislar y mostrar que no son subordinados sino -como tendría que ser - un Poder independiente y dictaminar la obligatoriedad de las siguientes medidas:

I -Todos, absolutamente todos – el presidente incluido – están obligados a utilizar el cubre bocas en los espacios públicos, de lo contrario serán sancionados.
II – Quédate en casa a menos que sea absolutamente indispensable tu salida para tu subsistencia o para la subsistencia de la actividad esencial de la sociedad.
III – Si tienes que salir mantén la sana distancia – 2 metros – con los demás, y lleva contigo gel que utilices mínimamente cada dos horas o más si entras en contacto con cualquier tipo de superficie.

¡CUIDATE, CUIDEMOSNOS!