“Y tú ¿qué me cuentas?”
primera parte
Por LA MADA (Magdalena Edith Carrillo Mendívil)
www.lamaddalenaedi.blogspot.com
Abrir diálogos es fundamental para desarrollar cualquier tema, no garantiza llegar a un acuerdo o a una conclusión sin embargo abre puertas que de otra forma sería imposible.
El diálogo se puede dar hasta con las piedras, me consta. Uno de mis favoritos es el que se da con uno mismo, con la propia conciencia, el propio espíritu, la propia soledad, el propio ego, el propio espejo o la propia sombra. A veces el diálogo no es muy amable, en ocasiones la voz interna parece tan ajena que nos hace pedazos con un discurso que nos aplasta, otras veces se escucha una delicada voz que nos acaricia y nos susurra al oído “tranquilo, todo va a estar bien”. Esa voz puede ser sabia y nos ayuda a resolver problemas o tan prudente que casi nos grita desde muy adentro “¡cállate por favor!”.
Para una servidora, el diálogo es tan importante que el no tener este diálogo “indirecto” con quien me lee me ha provocado una profunda tristeza. Estos tiempos de incertidumbre, pueden hacer que nos metamos en la concha interna de la estática y seamos incapaces de abrir espacio para sentirnos y escucharnos a nosotros mismos, con mayor razón, hacernos escuchar. El sentir que a mis palabras se las lleva el aire o saber que se quedan anidadas en mi cabeza solo dando vueltas sin salir provoca una falta de sentido que me agobia. Esta pandemia, no hablaré de ella ya que está más manoseada que aguacate en mercado, nos ha traído, y dejado a muchos, una sensación de nunca terminar lo que se tiene y debe hacer en un día. La Mada no pretende dejar de dialogar de una de las formas que más feliz la hacen, y esta es, por medio de la escritura. Una vez hecha mi catarsis, continuemos.
El diálogo con desconocidos puede ser tan revelador que podemos encontrar, en aquel extraño, un reflejo de nuestro yo, una chispa fugaz de aquello que buscábamos y ni siquiera el espejo, o el psicoanalista, nos podrían regresar. En primera instancia hablo de ese diálogo que se da en directo, persona a persona. A veces, después de esa conversación casual se llega a pensar que se ha conocido a dicho sujeto de siempre. Me he enterado de situaciones personales que me han sido confiadas y jamás he vuelto a tener contacto con sus protagonistas, ni su nombre recuerdo, pero si recuerdo perfectamente nuestro diálogo, y si hay algo importante para mí, es que me cuenten historias… soy como niña en juguetería con cada una de ellas, y las tomo con todo el respeto que me merecen. Son como una pieza de un lego con las que puedo formar una aldea completa y una vez formada, la desbarato y la vuelvo a armar y así hasta donde lo finito me lo permita. Hay historias tan pegadas a la realidad que pido autorización, a veces escribo historias ficticias que parecen tan reales que pido disculpa anticipada si tiene parecido con la realidad y alguien se puede ofender. Si tengo suerte, me encuentro con historias infinitas, siempre sujetas a los cambios que dicten los aires de mis propias circunstancias que al momento de ser leídas se vuelven las circunstancias de otros… y es justo aquí a donde quiero llegar para partir…
Hay un diálogo que se abre con el arte y que a primera instancia y principalmente se tiene con una persona “imaginaria”, más que cuestionar al autor, esta conversación se abre directamente con su obra. Este, podría decirse que es el mejor diálogo que yo puedo tener, mucho más entretenido que aquel que llego a tener conmigo misma, y mire usted que en ocasiones me encuentro muy divertida. En los próximos articulines,” dialogaré con algunas obras de arte”, respaldada y guiada por estudiosos y críticos de cada tema, mezclando aquel diálogo que yo he tenido personalmente con la obra, en momentos tratando de meterme con calzador en los zapatos de del autor, otras veces formando parte de la obra, otrora recordando vidas pasadas… hasta realmente escuchar su voz, lo digo en serio.
En el próximo articulín hablaré del diálogo que actualmente tengo con la obra “Guernica” de Picasso, guiada por 7 investigadores del tema. Esta obra maestra, nos da mucha tela de donde cortar que va más allá del análisis de la composición de la misma enfrascándola en una corriente artística, las obras de arte, desde mi punto de vista, son mucho más que eso. Entonces, comenzaremos a platicar con la pintura, la literatura, la escultura, la música, la arquitectura, la danza, con alguno, o algunos, de sus representantes... Lo invito a que usted inicie su propio diálogo que seguramente será muy diferente al mío, tal vez el mío no le guste o puede que mi diálogo le encante y podamos conversar, sin ni siquiera saber que lo hacemos.
Fin de la primera parte abriendo diálogos…